El Tigre tira la copa
Imagen: Archivo La Razón
Ricardo Bajo
Imagen: Archivo La Razón
Introducción: es el tercer “round” entre The Strongest y Wilstermann. Es la vuelta de los cuartos de final de la Copa. Cabanillas arma un equipo alterno con jugadores fuera de su posición. No tiene otra. En la puerta cinco, el presidente Crespo me muestra la carta/informe con la cual Ortega ha pedido permiso para viajar a Colombia y atenderse de sus lesiones. Triverio, Ursino, Jusino y Sotomayor también arrastran lesiones y serán operados (el “Pito” ya pasó por quirófano).
El vestuario stronguista parece una enfermería después de una larga batalla. El “eleven” titular suena así: Banegas; Castillo, Pedraza, Carrasco e Isnaldo; Quiroga y Arano; García, López, Bustos; y Arias. En la banca aparecen changos como el prometedor enganche Roberto Diez, Somoya y Corpus.
Castillo, en su último partido, va de lateral derecho; Isnaldo es el lateral zurdo; López va de enganche en ese dibujo 4-2-3-1; y Bustos aparece como… ¡volante por izquierda!. Hay mil hinchas del “Rojo” en la curva norte.
Hay un “trapo” con la “B” en la curva sur. Han venido los stronguistas fieles; los que solo vienen a ver vueltas y copas se han quedado (otra vez) en casa.
Nudo: “Wilster” se toma el partido como una final; el Tigre, como la última clase antes de la vacación. La visita llega más/mejor. El gualdinegro -relajado en extremo- no tiene profundidad, ni ritmo.
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Físicamente mermado y psicológicamente en otra parte, el Tigre va a tirar la Copa. Apenas Banegas salva la estantería con tapadas dignas del gran Viscarra. El arco está asegurado en campamento stronguista. Y por detrás viene Kioto.
John García desaprovecha la enésima chance de ganarse un lugar. A ratos parece un amistoso. El mexicano López sale a hacer presión alta pero sus colegas lo ignoran olímpicamente. En el descuento, una falta en la media luna es cambiada por gol por Amaral.
Desenlace: regalada la primera parte, Cabanillas ordena al equipo. Mete en la cancha a Wayar y Arrascaita. Entonces Castillo vuelve a su puesto (de central) y Bustos retorna al lateral. Y cuando se va García, Isnaldo también regresa a su lugar, con Lino de lateral. Para entonces Díaz (¡oh sorpresa!) ha metido atrás a su equipo para jugar de “contra”. En una de esas y gracias a su mejor hombre (“Papu” Velásquez, el punta que pertenece a Bolívar) llega la sentencia de la eliminatoria. No habrá penales, como el sábado.
Post-scriptum: Marcelo Claure quería un clásico paceño para definir al “verdadero campeón”. Vive tan lejos (de la realidad) el presidente (aún) del club Bolívar que no se ha enterado (todavía) que el único campeón nacional de 2023 es el club The Strongest. ¿Se viene una final con clásico cochala?
(10/12/2023)