EL TERROR LLEGA A NORUEGA
Desconcierto. Un hombre abrió fuego en un encuentro laborista
«Al menos 80 personas han muerto en el tiroteo» ocurrido en la isla de Utoeya, cerca de Oslo, declaró la madrugada de hoy a la AFP el portavoz de la Policía, Are Frykholm, precisando que otras siete personas murieron en la explosión perpetrada cerca de la sede del Gobierno y causó nueve heridos graves.
Investigación. La Policía ha detenido a un hombre de 32 años, no-ruego «de pura cepa», sospechoso de estar implicado en ambos atentados. Según TV2, el sospechoso es una persona cercana a movimientos de extrema derecha y tenía dos armas registradas a su nombre, una de ellas un fusil automático, dato que no ha sido confirmado por la Policía.
Información aparecida en el New York Times identifica a Anders Behring Breivik como el autor de los disparos y presuntamente de las explosiones en la capital noruega.
La Policía indicó ayer que el detenido vestía una prenda con insignias de la entidad del orden cuando fue arrestado en la isla, aunque nunca trabajó para las fuerzas de seguridad.
Testigos en la isla de Utoeya explicaron que el individuo que disparó es de tipo nórdico y habla noruego. Por el momento se desconocen los motivos del doble atentado.
Horas antes, el ministro de Justicia, Knut Storberget, había anunciado la detención de este hombre. «Una persona fue detenida (…) Me informaron que se trata de un noruego», dijo Storberget en conferencia.
En esa misma comparecencia, el primer ministro, Jens Stoltenberg, agregó que «es muy temprano para decir quién está detrás» de este doble atentado. Según el balance precedente, la Policía cifró en 17 los muertos en el doble atentado, aunque ya previno que el número podía aumentar.
La explosión ocurrida en pleno corazón de la capital noruega, en un barrio donde se encuentra la oficina del primer ministro, Jens Stoltenberg, que no estaba en ella en ese momento, fue causada por «una o dos bombas», afirmaron testigos a la Policía.
El Primer Ministro noruego, que tenía previsto participar hoy en la isla de Utoeya en el mitin laborista donde se produjo el tiroteo, hizo declaraciones a la prensa para mostrar que estaba sano y salvo tras el atentado y calificó la situación de «muy grave».
Compromiso. «La respuesta a la violencia es más democracia, más humanidad, pero menos ingenuidad», dijo Stoltenberg. «No nos destruirán. Somos una pequeña nación, pero una nación orgullosa. Nadie nos reducirá al silencio por las bombas. Nadie nos reducirá al silencio por las balas. Nadie impedirá a Noruega ser», agregó.
Al parecer, es la primera vez que se comete un atentado con bomba en Noruega, país miembro de la OTAN implicado en las operaciones en Afganistán y Libia.
En las imágenes de las televisoras noruegas podía verse la sede de las oficinas del Primer Ministro y otros edificios completamente destruidos y las aceras llenas de cristales, así como una humareda y numerosas ambulancias amarillas.
Condena mundial
-La condena a los atentados en Noruega es encabezada por el secretario de la ONU, Ban Ki-moon. EEUU, la OTAN, la UE y los países que la componen repudiaron los hechos. En América Latina también se levantaron voces de rechazo y Bolivia no estuvo al margen.
-En un comunicado, la Cancillería lamenta referirse al atentado terrorista ocurrido el día de hoy en la ciudad de Oslo, Noruega, el mismo que afectó las oficinas del primer ministro, Jens Stoltenberg, y manifiesta su enérgica condena a esos actos.
2 pistas sobre los responsables
La confusión rodeaba el bombazo y el posterior tiroteo que ayer estremecieron a Noruega, hasta ahora inmune a los atentados. Las autoridades solo acertaban a facilitar información tardía y a cuentagotas.
La reivindicación del ataque por parte de un grupo desconocido, Colaboradores de la Yihad Global, acrecentó las sospechas de la autoría islamista, que habían emergido desde el primer momento. Pero, horas más tarde, la noticia de la detención de un ciudadano noruego como sospechoso del ataque al campamento juvenil del Partido Socialista alentó la pista de la extrema derecha.
Recientes informes de las fuerzas de seguridad noruega indican que los grupos neofascistas han intensificado sus actividades desde el año pasado y que han desarrollado vínculos con correligionarios suecos y rusos. Y el tiroteo contra el campamento no acaba de encajar en el modus operandi de los terroristas islámicos.
«Sería muy raro que los islamistas tuvieran un enfoque político tan local. El ataque al campamento de los jóvenes socialistas sugiere que se trata de otra cosa. Si los islamistas querían atacar, hubieran podido poner la bomba en un centro comercial en lugar de una isla remota», según Jakub Godzimirski, investigador del Instituto Noruego de Asuntos Internacionales. «El ataque tiene más en común con lo que pasó en Oklahoma que con una acción islamista», añadió.