El Papa busca frenar sangría de fieles en el país
El total de fieles de iglesias evangélicas representa el 22,2% de la poblaciónLa población católica cayó del 91% al 64% en los últimos 40 años
Una Iglesia simple, cercana a los pobres, fiel al evangelio, coherente: estas son las armas del papa Francisco, que llega en su primer viaje a Brasil para frenar la sangría de fieles en el país con más católicos del mundo.
El exarzobispo de Buenos Aires, un argentino hijo de inmigrantes italianos, desembarcará por primera vez como Papa en América Latina, el mayor reducto de la Iglesia Católica, pero donde millones de fieles han desertado hacia iglesias evangélicas en las últimas décadas.
El viaje de Francisco no apunta a hacer proselitismo, pero su voluntad de acercar a los fieles al evangelio y hacer hincapié en la labor social de la Iglesia puede frenar la tendencia a que los católicos funcionen como una especie de “donador universal” para otras religiones, sobre todo para el pentecostalismo evangélico, según expertos.
“Frenar el crecimiento evangélico no es su objetivo (…). Francisco es un papa más pastor, más humilde, más profeta (…) que recupera la Iglesia del testimonio, coherente con los valores fundamentales del evangelio” y que se opone a “la Iglesia esplendorosa, del palabrerío doctrinal, portadora de la única verdad” de las últimas décadas, dijo a la AFP Faustino Teixeira, profesor de Ciencias de la Religión de la Universidad Federal de Juiz de Fora, en Minas Gerais.
Durante sus siete días en Brasil, el Pontífice visitará una favela, un hospital para tratar adictos al crack y se reunirá con presos, y sobre todo con más de un millón de jóvenes en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). Su deseo es mostrarse como el “Papa del pueblo, cerca de la gente”, según fuentes vinculadas a la organización.
Religión. “El Pontífice no viene a hacer proselitismo a Brasil contra otros grupos religiosos”, señaló Iván Rocha, historiador y especialista en religiones de la Universidad estatal de Sao Paulo.
Unos 123 millones de brasileños se declararon católicos en 2010, el 64,6% de la población, contra el 91,8% en 1970, de acuerdo con cifras del último censo.
Los evangélicos, en tanto, no paran de crecer, apoyados por su diestro manejo de la televisión, la radio y las redes sociales, su extensa red de templos donde los fieles tienen voz sin necesidad de ser ordenados sacerdotes: crecieron del 5,2% en 1970 al 22,2% en 2010, 42,3 millones de personas.
Los expertos consideran que el catolicismo ya no podrá volver a representar al 70% u 80% de la población brasileña, pero creen que puede aumentar sus fieles si el papa Francisco “consigue activar a los grupos de base de la Iglesia, la pastoral social, la pastoral de la juventud”.