Cuenta regresiva, EEUU a 4 días de entrar en cesación de pagos
Los senadores estadounidenses terminaron ayer un fin de semana de negociaciones infructuosas pero constructivas, que buscan poner fin al impasse presupuestario y aumentar el techo de la deuda, a cuatro días de que Estados Unidos entre en default.
Los senadores estadounidenses terminaron ayer un fin de semana de negociaciones infructuosas pero constructivas, que buscan poner fin al impasse presupuestario y aumentar el techo de la deuda, a cuatro días de que Estados Unidos entre en default.
“Soy optimista”, dijo Harry Reid, jefe de la bancada de la mayoría demócrata del Senado, al concluir una rara sesión dominical y tras dos días de “sustanciales” discusiones con los republicanos.
La Casa Blanca recordó que el presidente Barack Obama no cambió de posición respecto a que cualquier acuerdo para salir de la crisis debe implicar una reapertura total del Estado federal y un aumento del techo de la deuda, sin condiciones.
En una conversación telefónica con Nancy Pelosi, jefa de los demócratas en la Cámara de Representantes, el Presidente volvió a manifestar esa posición.
“El Presidente y la jefa (de la bancada demócrata) también discutieron sobre su voluntad, una vez que el límite de la deuda sea elevado y el Estado reabierto, de negociar una solución presupuestaria a mayor largo plazo”, indicó la Casa Blanca.
Por primera vez, Reid y el jefe republicano del Senado, Mitch McConnell, negocian directamente un plan que permita elevar el límite legal de la deuda para antes del 17 de octubre, fecha en que el Estado entrará en cesación de pagos por falta de recursos, así como la reapertura del Estado federal, que cerró sus servicios no esenciales el 1 de octubre, pues el Congreso no aprobó un presupuesto para el año fiscal 2014.
Claves. El mayor diferendo radica en el monto de la ley de presupuesto para el ejercicio 2014, de acuerdo con varios senadores.
Estados Unidos enfrenta dos crisis vinculadas políticamente, pero cuya coincidencia obedece a un azar del calendario. Una, es la ausencia de un acuerdo en el Congreso para el presupuesto.
La otra es el bloqueo en el Congreso para elevar el techo de la deuda antes del 17 de octubre, fecha en que el Tesoro estadounidense no podrá honrar algunos compromisos de su deuda. Los mercados, que siguen de cerca los debates, podrían reaccionar negativamente esta semana ante la falta de un acuerdo.
En momentos en que las dos cámaras disponen de apenas tres días laborales para acordar un alza del tope de la deuda, los senadores mostraron su voluntad de lograr un acuerdo.
La senadora republicana Susan Collins, involucrada en las negociaciones, aseguró el domingo a CNN que habría “una solución esta semana” y que los parlamentarios iban a “continuar trabajando, transmitiendo propuestas a los dirigentes de ambos bandos”.
Pero su colega Lindsay Graham admitió a ABC que “no veía ningún” acuerdo por el momento.
Por su lado, los legisladores de la Cámara de Representantes se retiraron de Washington por el fin de semana hasta la tarde del lunes, tras mantener una corta sesión el sábado en la mañana.
Ese día, los republicanos acusaron a Obama de haber rechazado su propuesta. “Estoy decepcionado”, dijo Eric Cantor, jefe de la mayoría republicana en la Cámara. El Presidente expresó su hostilidad a la idea de extender sólo por algunas semanas el alza del techo de la deuda y lamentó que se haya rechazado una medida del Senado que habría permitido al Estado federal continuar pagando sus deudas hasta fin de 2014.
‘Peligroso’ momento para el mundo
El presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, previno la noche del sábado que se está cerca “de un momento muy peligroso” para la economía mundial.
La directora general del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, advirtió el domingo en declaraciones a NBC que un fracaso sobre el aumento del techo de la deuda podría implicar “perturbaciones masivas en el mundo entero” y el riesgo de una nueva recesión en Estados Unidos.
Lagarde comparó los efectos que tendría un cese de pagos estadounidense con los de la crisis financiera de 2008.
“El estatuto de la economía estadounidense estaría, de nuevo, en peligro”, advirtió.
Los directores de los grandes bancos también expresaron su inquietud sobre un eventual default, como Jamie Dimon, director de JP Morgan, la entidad financiera más grande de Estados Unidos.