La economía y la corrupción son dos desafíos de Rousseff
Dividido. Brasil queda en dos bloques tras las reñidas elecciones
El segundo mandato de la presidenta reelecta de Brasil, Dilma Rousseff, no será fácil según los analistas, pues enfrentará una economía casi paralizada, corrupción y un país dividido tras una durísima elección en la que triunfó por escaso margen.
Con el 51,6% de los votos, frente al 48,3% de Aécio Neves, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), Rousseff conquistó el domingo el cuarto mandato consecutivo del Partido de los Trabajadores (PT). Los dos primeros (de 2003 a 2010) correspondieron a Luiz Inácio Lula da Silva, quien dejó una economía que crecía un 7,5% por año y una población eufórica con la mejora en el nivel de vida, pues en ese periodo 29 millones de brasileños salieron de la pobreza y se ampliaron el crédito y el consumo.
Ahora, el panorama es prácticamente opuesto. El politólogo independiente André César resume los retos a los que se enfrenta el país y, por tanto, su Mandataria: “La economía —que crecerá cerca de cero este año— no va bien; el Congreso está fragmentado en 28 partidos y la mayoría de la Presidenta es volátil; existen graves denuncias de corrupción en Petrobras, y el país está dividido tras unas elecciones extremamente polarizadas”.
La campaña giró en varios momentos alrededor de la corrupción, sobre todo con el caso de la empresa petrolera estatal Petrobras, que podría salpicar directamente a la Presidenta. Varias investigaciones siguen la pista de multimillonarios desvíos de dinero de la que, al final podrían haber llegado al PT y sus aliados.
La prestigiosa Fundación Getulio Vargas recuerda las multitudinarias protestas callejeras de 2013 y 2014, en las que miles de brasileños pidieron un freno a la corrupción y reclamaron urgentes mejoras en los servicios públicos. La fundación no cree que estas demandas se satisfagan porque “habrá restricciones fiscales debido a la situación económica”.
Y Rousseff, además, tendrá que vencer el descrédito de los políticos. “El 92% de los electores piensa que los candidatos elegidos el domingo no impulsarán los cambios que Brasil necesita”, advirtió Renato Meirelhes, analista del instituto de opinión pública Data Popular.
Mandatarios destacan la reelección de la Presidenta
Las elecciones del domingo en Brasil eran seguidas con gran expectación en todo el mundo, pues decidían si la séptima economía del planeta, y hegemónica en la región, cambiaba totalmente de orientación política internacional.
Para el presidente de Bolivia, Evo Morales, el triunfo de Dilma Rousseff contribuye “al engrandecimiento de nuestros países y su soberanía, y a acabar con la pobreza”. El mandatario de Venezuela, Nicolás Maduro, sostuvo que ahora Brasil refuerza “el compromiso con la unión de la región suramericana, latinoamericana y caribeña”.
“Brasil es un socio importante para Estados Unidos”, afirmó el presidente estadounidense, Barack Obama, quien dijo que espera “estrechar las relaciones en la educación, la energía y en el comercio”, a pesar de que en los últimos años hubo un claro enfriamiento entre ambas superpotencias.