Dinamarca recuerda a víctimas con un mensaje de fraternidad
Atentados. Dictan prisión preventiva a acusados de ayudar al sospechoso abatido.
Copenhague recordó a las víctimas de los atentados del fin de semana con una ceremonia junto al lugar del primer tiroteo en la que entre flores, antorchas y música se envió un mensaje de unidad y convivencia entre religiones.
Unas 30.000 personas, según estimaciones de las autoridades, se congregaron en la plaza próxima al centro cultural Krudttønden, donde el sábado un joven de 22 años mató presuntamente al cineasta danés Finn Nørregaard, presente en un debate sobre blasfemia al que asistía el artista sueco Lars Vilks, amenazado por islamistas.
El príncipe heredero Federico; la primera ministra danesa, Helle Thorning-Schmidt; otros miembros del Gobierno y políticos siguieron la ceremonia desde un lateral del escenario, donde también estaban el primer ministro sueco, Stefan Löfven, y el ministro de Exteriores noruego, Børge Brende.
Decenas de agentes armados vigilaban la zona, la ceremonia arrancó con un tema de gran contenido simbólico: Man binder os på mund og hånd (Nos tapan la boca y nos atan las manos), una canción vinculada a la resistencia danesa a la ocupación nazi, a la que siguió el inevitable Imagine de John Lennon.
La concentración en Copenhague culminó una jornada en la que varias localidades del país celebraron actos similares en recuerdo de las víctimas. Las flores depositadas estos días en las escenas del doble ataque no son las únicas: el lugar en el barrio multicultural de Nørrebro donde fue abatido el domingo de madrugada el supuesto tirador también apareció con ramos.
Un grupo de muchachos con la cara cubierta, que dijeron ser amigos del fallecido, las retiraron horas después ante las cámaras de la televisión danesa y dejaron en su lugar dos papeles con un texto en árabe y danés mostrando su deseo de que descanse en paz.
Mientras la Justicia danesa decretó prisión preventiva de diez días para dos sospechosos de ayudar al presunto autor de los atentados, Omar Abdel Hasmid El Hussein, que dejaron el saldo de dos muertos; y sigue la investigación.
Los jóvenes, de 19 y 21 años, fueron imputados por colaboración en asesinato, intento de asesinato y violencia grave y por posesión ilegal de armas, aunque la Fiscalía no ha presentado cargos por terrorismo al considerar que aún no hay pruebas suficientes.
La Policía cree que proporcionaron el arma para el primer atentado y ocultaron durante un tiempo al tirador mientras era buscado por decenas de agentes, que lo abatieron el domingo de madrugada en el barrio de Nørrebro.
El Hussein mató supuestamente al cineasta danés de 55 años e hirió a dos agentes en el centro cultural, y varias horas más tarde asesinó a un muchacho judío e hirió a tres agentes delante de la sinagoga en el centro de Copenhague.
De delincuente común a terrorista islamista radical
AFP / Copenhague
Omar El Hussein, un danés de 22 años de origen palestino considerado por la prensa como el autor de los tiroteos que dejaron dos muertos en Copenhague, tenía un pasado de delincuente antes de radicalizarse influido por el islamismo.
Si al final es el hombre que la Policía mató el domingo, los investigadores tendrán que entender cómo logró sembrar el terror armado con un fusil ametrallador dos semanas después de salir de la cárcel donde purgó una condena por agresión con un cuchillo.
Los que le conocían, entre ellos una compañera de clase, lo describen como una persona inteligente y servicial, pero con un lado un poco oscuro. Parecía impulsivo, lo que su adicción a las drogas ha podido empeorar, y era musulmán practicante.
Pero, nada dejaba presagiar que empuñaría las armas contra los participantes de un debate sobre el islamismo y la libertad de expresión y contra una sinagoga, matando a dos personas.