Francia ataca posiciones del EI en Siria y busca a Salah Abdeslam
Este lunes se hará un minuto de silencio a las 11.00 GMT tanto en las ciudades de Francia como en varias otras urbes de todos los países de la Unión Europea (UE)
Aviones franceses bombardearon ayer masivamente un campamento del grupo terrorista Estado Islámico (EI) cerca de la localidad siria de Raqqa (este), considerado el feudo de los yihadistas en ese país, indicaron a EFE fuentes del Ministerio francés de Defensa.
Según las fuentes consultadas, los bombardeos de Francia, que se producen dos días después de la ola de atentados que provocaron al menos 132 muertos en París y 350 heridos, tuvieron como principal objetivo “un puesto de mando” del Daesh (acrónimo del Estado Islámico) que también servía como centro de reclutamiento y de depósito de armas y municiones, y que resultó destruido. Además, los aviones también destruyeron un campo de entrenamiento del grupo yihadista.
Las autoridades de defensa francesas indicaron que en total se lanzaron una veintena de bombas desde diez cazas, un ataque de mayor envergadura de los que hasta ahora venía haciendo la aviación francesa en Siria. Los aviones despegaron desde las bases que Francia tiene en Emiratos Árabes Unidos y en Jordania, y el ataque se produjo en coordinación con las tropas militares de Estados Unidos desplegadas en la zona, explicó la fuente.
La aviación francesa ejecuta bombardeos desde hace más de un año en contra de ese grupo terrorista en Irak con cazas Rafale y Mirage 2000 y un contingente de más de 700 efectivos. Pero desde el 27 de septiembre los bombardeos se ampliaron a localidades sirias, justificados por el Gobierno francés en la necesidad de su “legítima defensa” contra un grupo que golpea a su país dentro de sus propias fronteras.
La Policía francesa lanzó ayer una orden de búsqueda y captura contra un hombre identificado como Salah Abdeslam, por su presunta implicación en los atentados perpetrados en París el viernes, con al menos 132 muertos y centenares de heridos.
Buscado. Según la nota divulgada por las fuerzas del orden, que pide a quien tenga información sobre el sospechoso que se ponga en contacto inmediato con las autoridades, Abdeslam, nacido en Bruselas, tiene 26 años, ojos marrones y mide 1,75 metros. Se advierte a la ciudadanía de que, en caso de dar con él, no intervenga directamente porque es un “individuo peligroso”. Se trata del hombre que alquiló en Bélgica el Volkswagen Polo utilizado por los yihadistas que atacaron la sala de conciertos Bataclan, donde se produjo la mayor matanza.
Un tercer hermano Abdeslam, al que los medios de comunicación franceses identifican como Ibrahim, es uno de los terroristas suicidas que saltaron por los aires con los chalecos explosivos en los atentados del viernes. Junto a él fue identificado ayer otro yihadista que murió en los ataques, también con residencia en Bélgica y nacionalidad francesa.
De acuerdo con un comunicado de la Fiscalía de París, uno de estos dos individuos, de 20 años, cometió su acción terrorista en inmediaciones del Estadio de Francia, luego de que intentara infructuosamente ingresar a ese centro deportivo, donde 80.000 personas (entre ellas el presidente François Hollande) observaban un partido entre Francia y Alemania. Mientras que el otro murió tras detonar su chaleco de explosivos frente al restaurante Comptoir Voltaire, muy cerca de la sala de conciertos Bataclan.
Los investigadores ya habían identificado el sábado a uno de los terroristas suicidas, el tercero por ahora, Ismael Omar Mostefai, delincuente común reincidente de 29 años de nacionalidad francesa, uno de los tres que se suicidó por los aires con un chaleco explosivo después de cometer la masacre del Bataclan.
132 víctimas mortales
La cifra provisional de las víctimas mortales causadas por los atentados de París del viernes se elevaron a 132, después de que tres de los 99 heridos graves fallecieran ayer.
Atentados avivan rechazo a migrantes
AFP
Los atentados de París y el hallazgo de un pasaporte sirio cerca de uno de los suicidas han avivado las tensiones en la Unión Europea sobre la acogida de los migrantes, en tanto los partidarios de la línea dura estiman fundados sus temores.
Frente a ellos, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, intervino el domingo en defensa de la línea aplicada hasta ahora y aseguró que no hay motivo para “revisar en su conjunto las políticas europeas en materia de refugiados”. Atenas y Belgrado confirmaron que el pasaporte sirio hallado cerca de un autor de las explosiones en las inmediaciones del Estadio de Francia, que no se sabe todavía si es suyo, es de un migrante llegado el 3 de octubre por la isla griega de Leros y que luego pasó por Serbia.
“Todos los refugiados no son terroristas del EI. Pero pensar que no hay ningún combatiente entre los refugiados es ingenuo”, afirmó ayer Markus Soder, un responsable del partido conservador católico bávaro CSU. “París lo ha cambiado todo” y ya no hay cabida para una “migración descontrolada”, recalcó este dirigente, cuyo partido critica desde hace semanas la política de la canciller alemana, Angela Merkel.
A su vez, el futuro ministro de relaciones europeas polaco, el conservador Konrad Szymanski, anunció el sábado que su país, hostil a la acogida de refugiados, no tendrá “la posibilidad política” de respetar los acuerdos europeos de relocalización de migrantes. A través de un comunicado, el movimiento islamófobo alemán Pegida señaló por su parte que habrá atentados en Alemania “si no se para la avalancha de solicitantes de asilo, si no se garantiza correctamente la seguridad en las fronteras”.
Identifican a 103 de las 132 víctimas mortales
EFE
La identificación de las víctimas mortales de los atentados del viernes en París progresa, con 103 de los hasta ahora 132 fallecidos ya identificados, mientras continúa la atención psicológica a los familiares y amigos, algunos de los cuales continúan sin saber qué suerte corrieron sus seres queridos.
“No los olvidaremos”, “Francia no tiene miedo” o “Recen por París” son algunos de los mensajes que los ciudadanos, volcados en mostrar su solidaridad con los afectados por la tragedia, han dejado en un altar improvisado junto al cerco policial que rodea Bataclan, la sala de conciertos en la que fueron masacradas al menos 89 personas. En medio de una alfombra de velas y flores, una guitarra en la que se puede leer “Bataclan 2015” homenajea a los amantes de la música que murieron cuando asistían a un concierto en esa sala.
Las personas que han querido mostrar su solidaridad se multiplicaron ayer en el bulevar Voltaire, una de las calles más castigadas en estos ataques: padres con sus hijos, parejas jóvenes, vecinos todavía conmocionados con lo ocurrido se han acercado con flores en la mano y gesto grave.
Incluso representantes religiosos musulmanes y judíos han rezado juntos en las inmediaciones de Bataclan y han pedido que no se estigmatice al islam por unos atentados cometidos por “bárbaros”, declaró el imam de la mezquita de Drancy (periferia noreste de París).
Islamistas luchan contra los estigmas
EFE
La etiqueta “Los musulmanes no son terroristas” se convirtió ayer en hashtag (tendencia) en Twitter tras la masacre del viernes en París, en la que murieron 132 personas y 350 resultaron heridas. Frases como “el islam es la religión del amor, de la tolerancia, de la paz y el bien”, acompañaban ayer en este sitio web los tuits de otros internautas que aseguraban que los atacantes no eran musulmanes o a los de quienes acusaban a Europa y a Estados Unidos de ser los verdaderos terroristas.
“¿Por qué son los musulmanes los terroristas, cuando, en primer lugar, fueron ustedes los que crearon el terrorismo ocupando nuestra tierra, matando a millones y todavía lo sufrimos?”, se preguntaba la internauta identificada como Nadia Shokry, quien como muchos otros tuiteros cargaron contra Occidente usando este hashtag.
Para el experto en psicología egipcio Hany Henry, esta reacción es una respuesta al empleo del término “terrorismo islámico” que han empleado algunos medios en la cobertura de los atentados de París, que se atribuyó el grupo yihadista Estado Islámico. Henry se identifica con aquellos que han respondido reafirmando su identidad musulmana y ensalzando los valores humanísticos de esta religión. No obstante, señala que en todos estos mensajes nadie hace un verdadero examen de conciencia, ni se reconoce que los musulmanes han permitido que los terroristas den una “imagen monstruosa” del islam.