Entregan a familiares los restos de 14 víctimas del conflicto armado Colombia
Según informó la Fiscalía General de la Nación, entre las víctimas figuran hombres y mujeres, con edades que oscilan entre los 15 y los 55 años, que fueron asesinadas por la guerrilla y los paramilitares en los departamentos de Antioquia y Caldas.
Los restos de 14 víctimas del conflicto armado colombiano, asesinadas entre 1994 y 2004, fueron entregados hoy en la ciudad de Medellín (noroeste) a sus familiares, en una ceremonia con reflexiones sobre la paz y el perdón.
Según informó la Fiscalía General de la Nación, entre las víctimas figuran hombres y mujeres, con edades que oscilan entre los 15 y los 55 años, que fueron asesinadas por la guerrilla y los paramilitares en los departamentos de Antioquia y Caldas.
«Las entregas de restos son de alta importancia pues permiten a las víctimas cerrar un ciclo y seguir con los planes que fueron interrumpidos por la violencia del país», dijo a periodistas el director nacional de Justicia Transicional, Carlos Villamil.
En medio del evento, que incluyó emotivos discursos de los familiares y actos religiosos, Villamil enfatizó en la importancia de «perdonar» y ratificó que trabajarán para «darles respuestas» a los afectados por el conflicto.
«No nos vamos a cansar de seguir buscando a los desaparecidos; si encontramos la verdad, se las contaremos», apostilló el funcionario.
En la ceremonia fue entregado el cuerpo de una mujer de 23 años asesinada por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en el municipio de Pensilvania, en el departamento de Caldas (centro).
Asimismo, el de un joven al que «grupos subversivos» lo desaparecieron hace 14 años en Barbosa, Antioquia (noroeste).
«Es un día especial. A pesar de tanto dolor hay alegría porque hoy puedo abrazar de nuevo el cuerpo de mi hijo», sostuvo Ana Muñetón, quien reportó como desaparecido a su familiar Juan Pablo Gutiérrez, de 24 años, el 20 de septiembre de 2002.
Entre los restos exhumados por las autoridades están los de dos menores de edad, que fueron asesinados en una incursión armada de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) el 20 de mayo de 2004 al corregimiento El Prodigio del municipio de San Luis, en Antioquia.
«Fueron asesinatos crueles que no pueden quedar impunes», dijo Ramón Eduardo Hoyos, a quien le entregaron los restos de cuatro familiares que fallecieron en esa toma.
Hoyos añadió sobre ese hecho que comenzó con la llegada de «uniformados que amarraron y degollaron a siete personas, entre ellas a cuatros familiares míos».
El corregimiento El Prodigio era una zona con presencia de paramilitares y guerrilleros, en la que «todos se daban plomo», consideró Hoyos, para quien «sin reparación integral» no termina la guerra, pues «con hambre no hay paz».
La Fiscalía tiene en su poder más de 3.000 cuerpos pendientes por identificar, y en el caso de Antioquia se han encontrado más de 1.100 restos, de los cuales han sido entregados 900.
«Trabajamos en identificación para continuar con las entregas; detrás de esto hay una tragedia familiar», precisó Villamil. (02-09-2016)