La Villa Imperial está unida, movilizada y desabastecida
La ciudad se encuentra desolada. Los comercios están cerrados y hay control
Aunque existen diversas versiones sobre los motivos del paro potosino que hoy cumple 15 días, lo que es innegable es que la medida ha unido a sus habitantes, pese al desabastecimiento que soporta la Villa Imperial. Al menos esa es la impresión que queda luego de transitar los 153 kilómetros que separan a Sucre y Potosí, recorrido que La Razón realizó en compañía de periodistas de otros dos medios.
Los bloqueadores se unen alrededor de consignas antigubernamentales y el grito de «¡Potosí federal!», mientras cientos de vehículos (más de 700 según la red Erbol) permanecen varados en la carretera, con pasajeros desesperados porque ya no tienen dinero, alimentos ni agua tras 14 días de bloqueo.
«Estamos preocupadas y afligidas, la desesperación es grande, por favor ayúdennos, déjennos salir, esto ya es el colmo, estamos entre la salida y entrada de Potosí muriéndonos de hambre, los niños se están enfermando por el intenso frío en las noches, en mi caso hasta tuve que vender mis prendas en medio de mi desesperación para comprar, conseguir algo de dinero para comprar comida», declaró a Erbol una de las víctimas del bloqueo a la altura de San Antonio, en la carretera Oruro-Potosí. La desesperación de los atrapados en la carretera hizo que se organicen y ayer analizaban la idea de iniciar una huelga de hambre para exigir que les permitan circular.
En el caso de la ruta Sucre-Potosí, La Razón llegó hasta la Villa Imperial sorteando una alfombra de piedras desparramadas a lo largo de la carretera. El bloqueo comienza a 45 kilómetros, en el límite interdepartamental.
Puntos. Los puntos de bloqueo más grandes están en Villa del Carmen, Betanzos, Chaqui, Don Diego y en la tranca, a nueve kilómetros de la ciudad. Los periodistas lograron sortear cada uno de ellos recogiendo testimonios y mostrando sus cámaras, micrófonos y grabadoras.
Las consignas se repiten en los cercos: «Potosí, federal», «Que Evo Morales venga a Potosí», «Los potosinos hemos votado por el MAS, ahora debe responder con el mismo compromiso».
Los mineros marcan su presencia en la carretera con dinamita en mano y los campesinos hacen vigilia junto a ellos, con el mismo compromiso en defensa de sus demandas regionales.
Luego de cinco horas de recorrer la ruta en vehículo privado y un pequeño tramo a pie —habitualmente ese recorrido se lo hace en dos horas—, los periodistas llegaron a la ciudad recogidos por una ambulancia.
La primera impresión es la desolación. Las calles de Potosí están prácticamente vacías y sucias, y muy pocas tiendas de barrio venden lo poco que queda. Las puertas de las instituciones públicas y privadas están cerradas, al igual que las escuelas, los mercados y los bancos. Incluso los cajeros automáticos están sin dinero.
Por las calles circulan pocos vehículos, sólo los autorizados por el Comité Cívico, y algunos citadinos utilizan sus motocicletas o bicicletas para trasladarse por las calles que no están bloqueadas (el centro histórico se encuentra cerrado) y de rato en rato se escuchan detonaciones de cachorros de dinamita, que hacen recordar que un pueblo está movilizado.
La ciudad de 160.000 habitantes está llena de banderas rojo y blanco y de piquetes de huelga de hambre instalados en viviendas y en las calles, con más de 1.000 ayunadores, entre ellos los presos de la cárcel de Cantumarca y las meretrices. Entre tanto, la población sigue paso a paso las decisiones que toma el Comité de Movilizaciones, cuyas reuniones son transmitidas por los medios locales de comunicación.
En otras regiones
En Santa Cruz, los residentes potosinos comenzaron a recolectar alimentos y vituallas para enviarlos a Potosí. En La Paz, los artistas potosinos Luis Rico, Gerardo Arias y Ricardo Pérez Alcalá reclamaron al Vicepresidente atención para su pueblo. En el norte potosino, los pobladores de Uncía (provincia Bustillos) y Pocoata (provincia Chayanta) decidieron sumarse a las medidas de presión a partir de hoy. En Tarija, Cochabamba y Sucre hay protestas.
El Gobernador de Potosí está en terapia intensiva
El gobernador de Potosí, Félix Gonzales (MAS), experimentó un deterioro en su estado de salud y fue internado en un nosocomio de la capital potosina donde se encuentra en terapia intensiva. La autoridad departamental se encontraba hasta ayer en ayuno voluntario en adhesión a las medidas de protesta en esa región.
Nelson Ticona, director del Servicio Departamental de Salud de Potosí, informó que el Gobernador presentaba ya antes de la huelga de hambre una gastritis aguda que fue empeorando según avanzaba el ayuno.
«El Gobernador decidió hacer un ayuno rígido porque al final no quería consumir mate o alguna cosa que le invitaban. Él viajó a Sucre y en el trayecto no consumió nada, y entonces el viaje lo fatigó y llegó agitado, le bajó la presión arterial y estaba decaído, también presentaba una depresión fuerte, nosotros aconsejamos que no siga la huelga», explicó.
El Director del Sedes informó que el Gobernador potosino se encontraba con oxígeno y experimentó «una descompensación», por lo que aproximadamente a las 16.00 tuvo que ser trasladado a un centro médico de la ciudad.
«Lo está estabilizando un médico internista, ya está con soluciones y de acuerdo con la evolución y al problema gástrico que estaba cursando, los médicos evaluarán si sigue hasta mañana (en terapia intensiva)», sostuvo Ticona, según un informe de Erbol.
Félix Gonzales candidateó por el MAS para gobernador de Potosí y fue electo en los comicios del 4 de abril. Se sumó a la presión de su región y se alejó de su partido. Las organizaciones sociales le dieron su respaldo.