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Sunday 19 May 2024 | Actualizado a 12:50 PM

GOBIERNO APUESTA A MEGAPROYECTOS PARA ESTE AÑO

Decisión. En la reunión no se tocó el tema del gabinete, como pedían sectores

Por La Razón

/ 8 de enero de 2011 / 05:00

En la reunión ampliada del gabinete, el Gobierno tocó el tema del equipo ministerial y decidió apostar a la ejecución de megaproyectos en áreas como hidrocarburos e infraestructura vial y férrea para acelerar y mejorar la ejecución de la inversión pública.

La reunión se inició a las 8.30 y se prolongó por más de 13 horas. En el acto de inauguración del encuentro, el presidente Evo Morales anticipó que el nivel de inversión pública es bajo. «Esta reunión es para ver cómo acelerar la inversión, sobre todo cuando a finales de año vemos que la ejecución presupuestaria de la inversión pública está con 50 ó 60 por ciento», cuestionó.

A partir de las medidas que se tomen, se espera que en el primer y segundo mes de este año se ejecute entre el 6 ó 7 por ciento de la inversión, de tal manera de superar los niveles de ejecución que, en el pasado, eran inferiores al uno por ciento en ese periodo, expresó en la mañana. «Habiendo plata ¿por qué no gastan?», desafió.

Luego del acto de inauguración, la reunión se realizó a puertas cerradas en Huajchilla. Morales, junto al vicepresidente, Álvaro García, presidieron el encuentro del que participaron ministros, viceministros, directores generales y presidentes de empresas e instituciones del Estado.

Cerca de las 19.30, el ministro de la Presidencia, Óscar Coca, informó las decisiones de la reunión ampliada. Empezó explicando que se decidió mejorar la coordinación interministerial y la capacitación de funcionarios públicos para acelerar la inversión.

Como parte de la estrategia para superar esta debilidad en la gestión, se definió focalizar esfuerzos en proyectos estratégicos como carreteras, un ferrocarril rápido que irá de Puerto Suárez hasta el Pacífico, el desarrollo de la industria hidrocarburífera, obras aeroportuarias, mecanización del agro, energía tradicional y alternativa y salud.

No se informó sobre el monto de recursos que demandarán estos proyectos, aunque Coca sostuvo que siete instituciones vinculadas con las áreas priorizadas manejan el 80 por ciento del presupuesto de inversión.

El Presupuesto del Estado 2011 asignó 2.428,3 millones de dólares a la inversión; 11 por ciento más que el 2010, cuando se presupuestó 2.179 millones. La ministra de Planificación, Viviana Caro, informó de que la ejecución del 2010 cerrará en 85 por ciento de ejecución ($us 1.500 millones).

En la reunión no se trató el tema de la subvención a los hidrocarburos y el incremento de salarios. En el caso de la inflación, Coca explicó que los efectos de medidas como un gasolinazo y su posterior anulación «demoran varios días o semanas en ajustarse». Negó un proceso inflacionario.

A diferencia de lo que esperaban algunos movimientos sociales, en la reunión no se evaluó al gabinete. «No es para decir este ministro sirve o este ministro no sirve, se equivocan los sectores que creen eso», anticipó Morales ya al inicio del encuentro.

El dirigente del Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (Conamaq), Rafael Quispe, lamentó que no se hayan tomado en cuenta las sugerencias de ajuste ministerial. Diferentes sectores exigían cambios en el gabinete económico, al que responsabilizaron del gasolinazo.

Coca resumió que el encuentro concluyó con la decisión de elevar la eficiencia y ejecución presupuestaria.

Contratos en Emapa
«Nosotros no quisiéramos hablar de incrementar personal, sin embargo en alguna áreas va a ser necesario aquello», afirmó el ministro Óscar Coca, quien señaló que la empresa Emapa mostró que requiere de mayor apoyo.

Romero: Gobierno es responsable del 748

El ministro de Autonomía, Carlos Romero, calificó de injustas las críticas contra los ministros del área económica por el Decreto Supremo 748 de nivelación de precios de los carburantes, porque la medida fue responsabilidad de todo el gabinete del presidente Evo Morales.

«Me parece injusto cuestionar a algunos ministros en particular porque (la decisión) fue responsabilidad solidaria y colectiva que asumimos como gobierno nacional y no tenemos que sentirnos avergonzados», afirmó el ministro.

El decreto se emitió el 26 de diciembre y causó un conflicto social que obligó al Gobierno a derogarlo el 31 de diciembre.
Romero explicó que la medida se la había pensado y aplicado para sincerar la economía, «poniendo las cartas sobre la mesa» de un tema tan delicado y estratégico como hidrocarburos.

Reveló que días antes de lanzar la medida, las autoridades del Ejecutivo habían analizado si se debía preanunciar el incremento de precios. Finalmente, explicó, se optó por guardar reserva hasta el último momento, para no generar especulación.

«Evaluamos que una implementación gradual hubiera generado un proceso especulativo permanente y una incertidumbre en la gente porque en cualquier momento se hubiera esperado un ajuste en los precios», explicó.

Los desafíos

Caminos
Conclusión de las carreteras San José de Chiquitos – San Ignacio de Velasco y San Matías – Santa Rosa del Sara en Santa Cruz. Puesta en marcha del proyecto del ferrocarril de alta velocidad que unirá Puerto Suárez (Santa Cruz) con el Pacífico, pasando por Cochabamba, Oruro y La Paz. El ferrocarril transportará el hierro del Mutún, pero también productos como del complejo azucarero de San Buenaventura; además beneficiará al futuro Parque Industrial de La Paz.

Hidrocarburos
Recursos para proyectos de Urea, GTL (Gas To Liquid), Plantas separadoras de líquidos y Petrocasas. YPFB invertirá en 15 pozos exploratorios, 26 de producción y 14 equipos de perforación.

Aeropuertos

Construcción de cinco aeropuertos de pista corta en San Ignacio de Velasco, Camiri, Monteagudo, Puerto Rico y Copacabana para favorecer al turismo. Se reactivará el plan de construcción de aeropuertos internacionales en los nueve departamentos.

Alimentos
Créditos y mecanización del agro. La próxima semana se distribuirán 200 tractores.

Salud
Construcción de un hospital de tercer nivel en cada departamento.

Energía eléctrica
Conclusión de los proyectos de la Empresa Nacional de Electrificación (ENDE). Priorizar las energías geotérmicas en la Laguna Colorada y energía eólica.

Seguridad ciudadana
Creación de nueve centros de rehabilitación.

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Dilemas opositores

Por La Razón

/ 19 de mayo de 2024 / 00:12

Un reciente estudio de opinión pública realizado por el Celag en el país revela importantes percepciones respecto a la oposición política. Estos datos son significativos en medio de los dilemas de las dirigencias opositoras en torno a su reiterado discurso de unidad versus sus prácticas divisorias. Corre cuenta regresiva para las definiciones rumbo al próximo ciclo electoral.

 La encuesta del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag) incluye tres preguntas sobre el campo de la oposición. Las tres son críticas. La primera tiene que ver con la mentada unidad. ¿Podrá la oposición política unificarse para las elecciones generales 2025? Solo el 28% de las personas consultadas cree que habrá unidad. Hay, pues, un sentimiento mayoritario de escepticismo respecto a la posibilidad de que la oposición logre un candidato único o un frente amplio.

La segunda pregunta se refiere a la expectativa de los votantes opositores sobre el candidato o dirigente más capacitado para derrotar al MAS en las urnas. El 58% de los encuestados espera un candidato nuevo, reniega de las actuales opciones o no sabe. El apoyo a los candidatos en escena (Reyes Villa, Mesa, Cuéllar, Camacho, algún empresario) es muy bajo y estadísticamente irrelevante. No son buenas noticias para la oposición: la gente ve división y ausencia de un liderazgo ganador.

La tercera indagación de opinión pública del Celag es la más sensible. Casi dos tercios de las personas consultadas, nada menos, afirma que cuando la oposición pierde elecciones “no reconoce su derrota y está dispuesta a generar violencia”. Esta conducta antidemocrática de no reconocimiento del resultado electoral y falta de respeto a la institucionalidad, quizás se deba a que algunos candidatos opositores proclaman “fraude” cuando pierden elecciones. Y a veces lo hacen por anticipado, como en 2019.

Estas percepciones mayoritarias de la ciudadanía respecto al actual campo de la oposición son preocupantes. Más todavía en el actual contexto, degradado y contaminado por la división interna en el oficialismo. Y nos lleva a preguntar en qué condiciones llegará el país al próximo ciclo electoral: con un MAS-IPSP fracturado, muy lejos de ser nuevamente un partido dominante; y una oposición fragmentada, que reafirma su debilidad, su carencia de líderes y su falta de propuestas. El escenario es incierto.

Una democracia de calidad requiere partidos democráticos, líderes representativos y sólido pluralismo político, entre otras condiciones. Ello implica que tanto el oficialismo como las oposiciones deben consolidar sus estructuras partidarias, renovar liderazgos y, en especial, diseñar proyectos de futuro y plataformas programáticas. Nada de eso ocurre a poco más de un año de las elecciones 2025. Hoy la disputa política, entre la división, la polarización y la fragmentación, está concentrada en las minucias. Urge cambio de rumbo.

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Riesgo de convulsión

De nada sirvieron las escasas y tardías explicaciones de algunas autoridades, el rumor había echado raíces

Por La Razón

/ 16 de mayo de 2024 / 06:25

En menos de una semana, el Gobierno promulgó un decreto supremo y lo abrogó debido a amenazas de movilizaciones y actividades de protesta contra la norma, que, como tantas otras, no había sido promocionada y mucho menos socializada, lo cual permitió que circule abundante desinformación que galvanizó las posiciones de rechazo. El Gobierno dio el paso atrás para evitar la “convulsión”.

Se trata del DS 5143, creado, según autoridades de gobierno, para transparentar los trámites de propiedades en las oficinas de Derechos Reales y desburocratizar el procedimiento, que actualmente puede tardar hasta dos o tres años. Según el viceministro de Defensa del Consumidor, el decreto disponía la bancarización, para pagos en línea, y la interoperabilidad, para el cruce de información entre gobiernos municipales, el Servicio General de Identificación Personal (Segip) y el Servicio de Registro Cívico (Serecí); además, se trataba de la actualización de un decreto promulgado durante el gobierno de Carlos Mesa en 2004.

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Nada de esto es lo que se discutía en las calles y centros de reunión de opositores: se especuló que el decreto serviría para posibilitar la intromisión del Estado en la administración y la tenencia de la propiedad inmueble de privados o que exigiría una nueva certificación para trámites de compra-venta. De nada sirvieron las escasas y tardías explicaciones de algunas autoridades, el rumor había echado raíces y se multiplicaban las amenazas de movilizaciones.

Más tardó el Presidente en anunciar la abrogación de la norma que los líderes de las únicas dos fuerzas políticas con representación parlamentaria en salir al espacio público y celebrar la “derrota” del Gobierno. En tiempos de política de suma cero, poco o nada importa la relevancia o necesidad de políticas públicas: todo se reduce a imponer las ideas propias y evitar a cualquier costo las opuestas. Agréguese a ese estado de cosas una gestión gubernamental llena de contradicciones y se produce lo que tantas veces se ha lamentado en este mismo espacio: pérdida de confianza de la población en las instituciones gubernamentales.

La creciente conflictividad, las dirigencias opositoras claramente orientadas a la solución por el desastre y la incapacidad gubernamental para crear y sostener alianzas y consensos (excepto cuando se trata de apropiarse del partido político), son un buen caldo de cultivo para la convulsión, lo cual no significa que haya, en realidad, planes para provocarla y forzar la caída del Gobierno.

En tiempos cuando menudean los discursos desinformadores y polarizadores, además de la memoria reciente de hechos sediciosos, es tentador acusar a la oposición, o a agentes no identificados, de buscar la convulsión; sin embargo, también suele ser evidente que los conflictos pueden ser fabricados con el propósito de influir sobre el ánimo de la población. Identificar quién gana más con la polémica, el conflicto y la abrogación del mentado decreto serviría para señalar quién es el más interesado en que haya miedo por la amenaza de convulsión.

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Día del Periodista

Por La Razón

/ 12 de mayo de 2024 / 00:57

El 10 de mayo, las y los periodistas de Bolivia recordamos nuestro día. ¿Hay algo que celebrar?, nos preguntamos. Y sí, existen motivos. Pero también hay nubarrones para el oficio. Por ello, más allá de los homenajes, fue un día de balance y reflexión. ¿En qué condiciones realizamos nuestra labor? ¿Cuánto aportamos a la conversación pública en democracia? ¿Cómo nos ve la sociedad?

Hace más de ochenta años, en 1938, el presidente Germán Busch promulgó un decreto supremo – luego elevado a rango de ley– que creaba la Caja de pensiones, jubilaciones y montepíos de los trabajadores asalariados de la prensa. No fue una concesión, sino una conquista como resultado de años de exigencia de derechos. Así, el 10 de mayo fue declarado Día del Periodista. Tiempo después, en 1953, un decreto supremo del presidente Víctor Paz Estenssoro estableció ese día como feriado para los periodistas.

De ese modo, cada 10 de mayo las y los periodistas revindicamos nuestro oficio y recibimos homenajes, salutaciones, reconocimientos. Es como un día destinado a elogiar el lugar que ocupa el periodismo en una sociedad democrática. Celebramos pues que, pese a dificultades y condiciones adversas, seguimos en el empeño diario de brindar información y opiniones como insumo para la deliberación colectiva. Sostenemos asimismo la necesidad de garantizar la libertad de expresión y el derecho a la información.

Pero el Día del Periodista es, o debiera ser, además, una ocasión propicia para el balance, para mirarnos puertas adentro y evaluar nuestro desempeño. Este ineludible ejercicio frente al espejo no puede ser autocomplaciente ni tampoco de solo flagelación, sino autocrítico. Para empezar, es importante evaluar las condiciones difíciles, a veces precarias, en las que estamos realizando nuestro trabajo, en un contexto donde las nuevas tecnologías digitales plantean serios desafíos a los medios de comunicación.

Es preocupante asimismo para el oficio periodístico el escenario de crisis no solo político-institucional en el país, sino también la complicada situación económica. Trabajamos en medio de la incertidumbre, sin horizonte de futuro. Y somos parte de la persistente polarización, que bloquea el diálogo plural y dinamita los puentes de encuentro. Diferentes estudios de opinión señalan que la ciudadanía y los liderazgos ven a los medios como promotores del enfrentamiento. Y hasta nos perciben como actores políticos.

¿Cuánto estamos contribuyendo, en el día a día, a la convivencia en democracia? ¿Cómo mejorar nuestras condiciones de trabajo, libres de presiones y amenazas? Y la pregunta esencial: ¿estamos haciendo buen periodismo, conforme a nuestros códigos de ética o, más bien, un periodismo instrumental, con arreglo a nuestra propia agenda y otros intereses? Hay que celebrar el Día del Periodista con llamamiento urgente para cuidar el oficio y, entre otras cosas, frenar la degradación de nuestras asociaciones. 

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El MAS y la crisis

La democracia, o las formas que la hacen legítima, importan cada día menos

Por La Razón

/ 9 de mayo de 2024 / 06:39

Para nadie debe ser desconocido que el Movimiento al Socialismo (MAS) es la fuerza política más importante de las últimas décadas y el único partido con estructura y potencia suficientes para intervenir en todas las esferas de la vida pública. Sin embargo, precisamente por estos atributos, la feroz lucha que han desatado sus dirigentes no solo afecta al partido, sino a todo el Estado.

Más tardó en terminar el X Congreso del partido, el domingo, en la ciudad de El Alto, convocado por el “ala arcista” del partido, que portavoces del “ala evista” en descalificar el encuentro de la peor forma posible y amenazar con todo tipo de recursos, legales y no, para impedir que las decisiones acordadas lleguen a materializarse.

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No es para menos: se ha elegido a un nuevo jefe nacional del partido, honor que recayó en Gróver García, dirigente de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), afín al presidente Arce, y se ha decidido revisar el estatuto del MAS para eliminar la disposición que concede la dirección vitalicia del partido al expresidente Evo Morales y para eliminar la restricción de antigüedad como militante para asumir cualquier candidatura.

Para que el congreso masista pudiese llevarse a cabo y que contase con la presencia de veedores del Tribunal Supremo Electoral (TSE), hizo falta que una Sala Constitucional de La Paz ordenase al Órgano Electoral cumplir con el artículo 30 de la Ley de Partidos Políticos. Entre analistas y opinadores de todas las tendencias hubo consenso en que se trata de un nuevo “fallo a la carta”, de los que menudean desde que los magistrados del Órgano Judicial decidieran autoprorrogarse.

A esta evidente muestra de injerencia de un órgano sobre otro (primero el Ejecutivo sobre el Judicial y luego éste sobre el Electoral), se suma la cantidad de ocasiones en que delegados y portavoces del evismo han descalificado al TSE y sus resoluciones por ser contrarias a sus intereses y expectativas. La democracia, o las formas que la hacen legítima, importan cada día menos.

Súmese a este estado de cosas la previsible pugna que se desatará en la Sala Plena del TSE cuando algunos vocales intenten incidir en favor de uno u otro aspirante a candidato. Entonces, las acusaciones y descalificaciones que hoy se sugieren, serán amplificadas, dañando de manera feroz la credibilidad y reputación del órgano llamado constitucionalmente a administrar los procesos que dan sustento al sistema democrático boliviano y a dar legitimidad a las autoridades electas.

A estas alturas de la lucha es, pues, evidente que sin importar el tono y el contenido de los mensajes que una y otra facción del MAS publicitan, lo verdaderamente central para ambas partes es asegurar que el candidato propio llegue a la papeleta y/o que el contrincante no lo logre. Si para tal fin tienen que terminar de romper la institucionalidad del Estado, no dudarán en hacerlo, y eso son malas noticias.

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Democracia en riesgo

Por La Razón

/ 5 de mayo de 2024 / 00:34

La reciente decisión de una sala constitucional en torno al “congreso del MAS-IPSP” convocado por dirigentes de la facción arcista constituye una tosca injerencia en las competencias del TSE. Y cruza un límite que pone en riesgo no solo la institucionalidad electoral, sino la propia democracia. Es fundamental ponerle freno antes de que conduzca a una deriva autoritaria.

 Una de las condiciones fundamentales de un Estado de Derecho es la autonomía e independencia de los órganos del poder público, además de su separación. Cuando uno o más órganos se subordinan a otro o surge una especie de suprapoder, esa estructura y organización funcional del Estado se resquebraja. Asimismo, cuando el sistema de gobierno empieza a depender de decisiones arbitrarias e inconstitucionales, la democracia está en riesgo. Estamos transitando ese muy peligroso umbral en el país.

En nuestro proceso de construcción y reforma estatal, no es nuevo que el Legislativo dependa de los mandatos del Ejecutivo. Tampoco es raro que la administración de justicia esté subordinada al poder político y a poderes fácticos. Lo crítico es que surja un suprapoder que imponga sucesivos fallos por fuera del marco constitucional y pisoteando la institucionalidad democrática. Desde el año pasado hay un suprapoder en Bolivia que, en consorcio con actores políticos, opera desde el TCP y algunas salas constitucionales.

A punta de sentencias, declaraciones y autos constitucionales, y algunas acciones de defensa, un arriesgado suprapoder está llevando a límites insostenibles el funcionamiento de los órganos del poder público y del sistema de gobierno. Así, bloquearon las elecciones judiciales, suspendieron las funciones de fiscalización de la ALP, se autoprorrogaron, beneficiaron a terratenientes y ahora están emitiendo “instrucciones” sobre las organizaciones políticas y los procesos electorales. Es inaceptable.

Es muy complicado y sensible para el TSE gestionar las disputas internas en los partidos, en especial en este momento la batalla entre facciones en el MAS-IPSP. Debe hacerlo en estricto cumplimiento de la Ley de Organizaciones Políticas y de los estatutos partidarios. ¿Qué ocurre cuando una sala constitucional, desde su filiación política, impone acciones que violan la normativa y vulneran las atribuciones del organismo electoral? Eso es lo que acaban de hacer, sin sonrojarse, los vocales Campero y Angles.

En un pronunciamiento difundido este viernes, las autoridades del Órgano Electoral Plurinacional exigen con timidez el respeto a la independencia de poderes para garantizar la democracia en el país. No es una exigencia menor. En realidad, se está advirtiendo que, si magistrados y jueces continúan perforando el sistema y la institucionalidad electoral, la democracia boliviana está en riesgo. Es fundamental que la disputa política no termine derrumbando el orden constitucional y el régimen democrático.

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