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Monday 13 May 2024 | Actualizado a 00:29 AM

Chile niega que tenga alguna deuda con Bolivia

Bolivia. El vicepresidente García Linera dice que la relación con Chile ‘está mal’

Por La Razón

/ 11 de junio de 2011 / 05:00

Según el diario chileno La Tercera, Moreno reforzó la posición del Gobierno de Chile sobre el diferendo marítimo y anunció que su país obtuvo el respaldo de la Organización de Estados Americanos (OEA), que calificó el problema con Bolivia como un asunto bilateral. 

«Ésta es una responsabilidad de Chile y de Bolivia, de buscar qué cosas podrían hacerse, y siempre partiendo de la base de que Chile hoy día no tiene una deuda con Bolivia», afirmó el Canciller a la radio Agricultura de Chile y publicado por el periódico La Tercera.

Además, Moreno ratificó que su Gobierno no cederá un espacio soberano a Bolivia. «Éste es un tema que tiene 130 años y que permanentemente ha sido difícil de resolver. Hemos pasado por muchas situaciones como la actual. Aquí, lo que hay es una discusión y un planteamiento en Bolivia que pone como una exigencia una salida soberana al mar, cosa que Chile no está en condiciones de hacer. Esa solución hoy no es posible», remarcó.

El jueves, el canciller David Choquehuanca informó que la administración de Evo Morales espera que Chile presente «soluciones definitivas y prontas» a la demanda marítima. Dijo que es un tema bilateral, pero de interés hemisférico.

En la Asamblea de la OEA desarrollada en El Salvador entre el lunes y el martes, Moreno planteó la posibilidad de conceder terrenos y mejorar la cualidad marítima boliviana, con lo que cerró el paso a una salida al Pacífico con soberanía. Ayer, el jefe de la diplomacia chilena ratificó esa posición. «Lo que Chile está en condiciones de resolver es darle facilidades a Bolivia de otra naturaleza, pero entregar una parte de nuestro país no es una cosa que sea posible.

No existe ningún ejemplo de un país que haya regalado una parte de su territorio», aclaró. 

Crisis. El vicepresidente Álvaro García Linera, en el programa Del cielo al infierno de la red PAT, reconoció que la relación entre Bolivia y Chile «está mal». Afirmó que el Gobierno no abandonará el diálogo. «Estamos explorando otras alternativas para volver al mar», afirmó.

Morales anunció el 23 de marzo que se llevará el conflicto marítimo a tribunales internacionales ante la falta de propuestas útiles, concretas y factibles por parte de Chile. Ante eso, Chile respondió con «o diálogo o juicio». La Dirección Estratégica Marítima, dirigida por el exministro de Defensa de Bolivia Rubén Saavedra, tiene la misión de preparar la estrategia boliviana.

Cuando en la OEA Bolivia planteó la multilateralidad de la solución del diferendo, Chile respondió con «bilateralidad». Y cuando el canciller Choquehuanca pidió una propuesta escrita, la respuesta de su par, Moreno, fue que la base de cualquier conversación parte de la posición de su país de no ceder soberanía.

Moreno dijo que su Gobierno intenta reanudar el diálogo bilateral. Volvió a afirmar que Bolivia abandonó la relación cuando decidió recurrir a tribunales internacionales. El Canciller de Bolivia convocó para el lunes a los excancilleres para seguir, en su criterio, fortaleciendo la estrategia de salida soberana al océano Pacífico.

La región pidió volver al diálogo

Representantes de 13 naciones de la OEA exhortaron a los gobiernos de Bolivia y de Chile a retomar a la brevedad posible el escenario del diálogo bilateral para encontrar una solución al conflicto que los enfrenta desde la guerra de 1879.    

La difícil relación entre Chile y Bolivia

Bolivia y Chile rompieron relaciones diplomáticas en 1978, tras casi un siglo de infructuosas negociaciones para resolver la demanda boliviana de acceso al océano Pacífico y no las han restablecido pese al acercamiento, el más franco en décadas, cuando se estableció la agenda de los 13 puntos, vigente entre 2006 y 2010 y congelada en los últimos meses luego del anuncio que hizo el Gobierno de Evo Morales de recurrir a tribunales internacionales para recuperar la soberanía marítima.

Morales selló la agenda bilateral con la expresidenta de Chile Michelle Bachelet. El actual mandatario chileno, Sebastián Piñera, ratificó el diálogo bilateral. Ambos jefes de Estado encomendaron a sus cancilleres encabezar la negociación, luego de que el punto 6 —la demanda marítima— no tenía avances. Bolivia pidió «propuestas útiles y concretar» a Chile sobre el tema, pero la administración de Piñera no las presentó.

Por eso, Bolivia anunció un juicio internacional y la creación de la Dirección Estratégica Marítima, a cargo del exministro de Defensa de Evo Morales, Rubén Saavedra. La relación se puso más tensa cuando el ministro de Defensa y canciller subrogante de Chile, Andrés Allamand, afirmó que sus «Fuerzas Armadas están en condiciones de defender los tratados vigentes». 

Humala decide ‘no meterse’ en conflicto

El presidente electo del Perú, Ollanta Humala, considera que lo mejor que puede hacer su gobierno respecto del diferendo marítimo que sostienen Chile y Bolivia es «no meterse».

Humala dio una entrevista a El Mercurio de Santiago en la que habló de sus proyectos y la relación entre ambos países. El periodista además le consultó su posición ante la demanda marítima boliviana de una salida soberana al océano Pacífico.

«Creo que el reclamo de Bolivia a Chile, para tener una salida al mar, es un asunto que deben resolver ambos países. Creo que la mejor intervención que podríamos hacer nosotros es no meternos», respondió Humala cuando el periodista le preguntó cuáles serían los términos en los que Perú podría colaborar en el problema marítimo entre Bolivia y Chile.

Respecto de la posibilidad de que Bolivia tenga un corredor marítimo por el norte de Chile, el mandatario electo peruano aseguró que «esa situación, si se diera (…), se verá en su momento».

Humala, en plena campaña electoral, calificó la demanda marítima de Bolivia como legítima. Dijo que su país no será un obstáculo si es que Chile decide ceder un territorio en el norte de Arica, cuyo territorio antes pertenecía al Perú.

El gobierno del presidente Evo Morales expresó su confianza para que Humala apoye a Bolivia en su reclamo para que Chile le otorgue una salida soberana al mar. Humala aclaró, no obstante, que el diferendo marítimo entre ambos países «es de interés bilateral y no trilateral». 

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Día del Periodista

Por La Razón

/ 12 de mayo de 2024 / 00:57

El 10 de mayo, las y los periodistas de Bolivia recordamos nuestro día. ¿Hay algo que celebrar?, nos preguntamos. Y sí, existen motivos. Pero también hay nubarrones para el oficio. Por ello, más allá de los homenajes, fue un día de balance y reflexión. ¿En qué condiciones realizamos nuestra labor? ¿Cuánto aportamos a la conversación pública en democracia? ¿Cómo nos ve la sociedad?

Hace más de ochenta años, en 1938, el presidente Germán Busch promulgó un decreto supremo – luego elevado a rango de ley– que creaba la Caja de pensiones, jubilaciones y montepíos de los trabajadores asalariados de la prensa. No fue una concesión, sino una conquista como resultado de años de exigencia de derechos. Así, el 10 de mayo fue declarado Día del Periodista. Tiempo después, en 1953, un decreto supremo del presidente Víctor Paz Estenssoro estableció ese día como feriado para los periodistas.

De ese modo, cada 10 de mayo las y los periodistas revindicamos nuestro oficio y recibimos homenajes, salutaciones, reconocimientos. Es como un día destinado a elogiar el lugar que ocupa el periodismo en una sociedad democrática. Celebramos pues que, pese a dificultades y condiciones adversas, seguimos en el empeño diario de brindar información y opiniones como insumo para la deliberación colectiva. Sostenemos asimismo la necesidad de garantizar la libertad de expresión y el derecho a la información.

Pero el Día del Periodista es, o debiera ser, además, una ocasión propicia para el balance, para mirarnos puertas adentro y evaluar nuestro desempeño. Este ineludible ejercicio frente al espejo no puede ser autocomplaciente ni tampoco de solo flagelación, sino autocrítico. Para empezar, es importante evaluar las condiciones difíciles, a veces precarias, en las que estamos realizando nuestro trabajo, en un contexto donde las nuevas tecnologías digitales plantean serios desafíos a los medios de comunicación.

Es preocupante asimismo para el oficio periodístico el escenario de crisis no solo político-institucional en el país, sino también la complicada situación económica. Trabajamos en medio de la incertidumbre, sin horizonte de futuro. Y somos parte de la persistente polarización, que bloquea el diálogo plural y dinamita los puentes de encuentro. Diferentes estudios de opinión señalan que la ciudadanía y los liderazgos ven a los medios como promotores del enfrentamiento. Y hasta nos perciben como actores políticos.

¿Cuánto estamos contribuyendo, en el día a día, a la convivencia en democracia? ¿Cómo mejorar nuestras condiciones de trabajo, libres de presiones y amenazas? Y la pregunta esencial: ¿estamos haciendo buen periodismo, conforme a nuestros códigos de ética o, más bien, un periodismo instrumental, con arreglo a nuestra propia agenda y otros intereses? Hay que celebrar el Día del Periodista con llamamiento urgente para cuidar el oficio y, entre otras cosas, frenar la degradación de nuestras asociaciones. 

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El MAS y la crisis

La democracia, o las formas que la hacen legítima, importan cada día menos

Por La Razón

/ 9 de mayo de 2024 / 06:39

Para nadie debe ser desconocido que el Movimiento al Socialismo (MAS) es la fuerza política más importante de las últimas décadas y el único partido con estructura y potencia suficientes para intervenir en todas las esferas de la vida pública. Sin embargo, precisamente por estos atributos, la feroz lucha que han desatado sus dirigentes no solo afecta al partido, sino a todo el Estado.

Más tardó en terminar el X Congreso del partido, el domingo, en la ciudad de El Alto, convocado por el “ala arcista” del partido, que portavoces del “ala evista” en descalificar el encuentro de la peor forma posible y amenazar con todo tipo de recursos, legales y no, para impedir que las decisiones acordadas lleguen a materializarse.

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No es para menos: se ha elegido a un nuevo jefe nacional del partido, honor que recayó en Gróver García, dirigente de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), afín al presidente Arce, y se ha decidido revisar el estatuto del MAS para eliminar la disposición que concede la dirección vitalicia del partido al expresidente Evo Morales y para eliminar la restricción de antigüedad como militante para asumir cualquier candidatura.

Para que el congreso masista pudiese llevarse a cabo y que contase con la presencia de veedores del Tribunal Supremo Electoral (TSE), hizo falta que una Sala Constitucional de La Paz ordenase al Órgano Electoral cumplir con el artículo 30 de la Ley de Partidos Políticos. Entre analistas y opinadores de todas las tendencias hubo consenso en que se trata de un nuevo “fallo a la carta”, de los que menudean desde que los magistrados del Órgano Judicial decidieran autoprorrogarse.

A esta evidente muestra de injerencia de un órgano sobre otro (primero el Ejecutivo sobre el Judicial y luego éste sobre el Electoral), se suma la cantidad de ocasiones en que delegados y portavoces del evismo han descalificado al TSE y sus resoluciones por ser contrarias a sus intereses y expectativas. La democracia, o las formas que la hacen legítima, importan cada día menos.

Súmese a este estado de cosas la previsible pugna que se desatará en la Sala Plena del TSE cuando algunos vocales intenten incidir en favor de uno u otro aspirante a candidato. Entonces, las acusaciones y descalificaciones que hoy se sugieren, serán amplificadas, dañando de manera feroz la credibilidad y reputación del órgano llamado constitucionalmente a administrar los procesos que dan sustento al sistema democrático boliviano y a dar legitimidad a las autoridades electas.

A estas alturas de la lucha es, pues, evidente que sin importar el tono y el contenido de los mensajes que una y otra facción del MAS publicitan, lo verdaderamente central para ambas partes es asegurar que el candidato propio llegue a la papeleta y/o que el contrincante no lo logre. Si para tal fin tienen que terminar de romper la institucionalidad del Estado, no dudarán en hacerlo, y eso son malas noticias.

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Democracia en riesgo

Por La Razón

/ 5 de mayo de 2024 / 00:34

La reciente decisión de una sala constitucional en torno al “congreso del MAS-IPSP” convocado por dirigentes de la facción arcista constituye una tosca injerencia en las competencias del TSE. Y cruza un límite que pone en riesgo no solo la institucionalidad electoral, sino la propia democracia. Es fundamental ponerle freno antes de que conduzca a una deriva autoritaria.

 Una de las condiciones fundamentales de un Estado de Derecho es la autonomía e independencia de los órganos del poder público, además de su separación. Cuando uno o más órganos se subordinan a otro o surge una especie de suprapoder, esa estructura y organización funcional del Estado se resquebraja. Asimismo, cuando el sistema de gobierno empieza a depender de decisiones arbitrarias e inconstitucionales, la democracia está en riesgo. Estamos transitando ese muy peligroso umbral en el país.

En nuestro proceso de construcción y reforma estatal, no es nuevo que el Legislativo dependa de los mandatos del Ejecutivo. Tampoco es raro que la administración de justicia esté subordinada al poder político y a poderes fácticos. Lo crítico es que surja un suprapoder que imponga sucesivos fallos por fuera del marco constitucional y pisoteando la institucionalidad democrática. Desde el año pasado hay un suprapoder en Bolivia que, en consorcio con actores políticos, opera desde el TCP y algunas salas constitucionales.

A punta de sentencias, declaraciones y autos constitucionales, y algunas acciones de defensa, un arriesgado suprapoder está llevando a límites insostenibles el funcionamiento de los órganos del poder público y del sistema de gobierno. Así, bloquearon las elecciones judiciales, suspendieron las funciones de fiscalización de la ALP, se autoprorrogaron, beneficiaron a terratenientes y ahora están emitiendo “instrucciones” sobre las organizaciones políticas y los procesos electorales. Es inaceptable.

Es muy complicado y sensible para el TSE gestionar las disputas internas en los partidos, en especial en este momento la batalla entre facciones en el MAS-IPSP. Debe hacerlo en estricto cumplimiento de la Ley de Organizaciones Políticas y de los estatutos partidarios. ¿Qué ocurre cuando una sala constitucional, desde su filiación política, impone acciones que violan la normativa y vulneran las atribuciones del organismo electoral? Eso es lo que acaban de hacer, sin sonrojarse, los vocales Campero y Angles.

En un pronunciamiento difundido este viernes, las autoridades del Órgano Electoral Plurinacional exigen con timidez el respeto a la independencia de poderes para garantizar la democracia en el país. No es una exigencia menor. En realidad, se está advirtiendo que, si magistrados y jueces continúan perforando el sistema y la institucionalidad electoral, la democracia boliviana está en riesgo. Es fundamental que la disputa política no termine derrumbando el orden constitucional y el régimen democrático.

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Elección en suspenso

Las reacciones luego de conocido el fallo revelaron, cómo no, una nueva fuente de incertidumbre

Por La Razón

/ 2 de mayo de 2024 / 06:16

Como se decía días atrás en este mismo espacio, hace mucho que actores políticos y operadores judiciales están empeñados en frenar sin fecha las elecciones judiciales. El más reciente fallo constitucional ordena no solo paralizar el proceso, sino devolverlo al inicio y comenzar con una nueva ley de convocatoria; el argumento es la defensa de derechos, pero la intención tal vez no.

El 18 de abril, Yeny Duri, dirigente indígena y abogada, candidata eliminada en el proceso de preselección, presentó una acción popular en la que denunció que las aspirantes indígenas de Pando no recibían un trato equitativo en comparación con las de otros departamentos, señalando la falta de oportunidades equitativas en el proceso de preselección. La Sala Constitucional Primera de Cobija emitió el lunes una medida cautelar que suspendió el proceso de preselección en curso y luego, el martes, dictaminó que el proceso de preselección debía dejarse sin efecto completamente, argumentando que la convocatoria inicial no había considerado adecuadamente la inclusión de mujeres e indígenas, e instruyó elaborar una nueva.

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La reacciones luego de conocido el fallo revelaron, cómo no, una nueva fuente de incertidumbre, pues si bien hay voces, como la del expresidente Eduardo Rodríguez, quien argumentó que la Sala Constitucional de Cobija era incompetente para emitir tal fallo y que sus razonamientos eran improcedentes, sugiriendo que la Asamblea Legislativa debería continuar con el proceso de preselección, la Comisión Mixta de Constitución decidió entrar en cuarto intermedio hasta hoy, a la espera de la notificación oficial del fallo.

El Presidente de la Comisión, Miguel Rejas, del MAS, afirmó que la intervención de la Sala es una «aberración» y criticó duramente a los vocales que concedieron la tutela a la candidata Duri; dijo también que el fallo fue resultado de manipulaciones por parte de vocales y jueces, sugiriendo que algunos de ellos habían sido influenciados por quienes presentaron amparos.

A su vez, la senadora Andrea Barrientos indicó que el fallo de la Sala es «ilegal e inaplicable» y que ninguna sala constitucional tiene la competencia para declarar la inaplicabilidad de una ley, especialmente de la Ley 1549, que ha pasado por control constitucional y cuenta con amplio respaldo legislativo. El diputado por Creemos Leonardo Ayala argumentó que la decisión vulnera los derechos de los más de 400 postulantes habilitados para el proceso de preselección. El Presidente Nato de la Asamblea, como es habitual, no apareció.

La interminable sucesión de recursos judiciales y constitucionales, sumada a la incapacidad de las y los legisladores para acordar un plan de acción capaz de superar los obstáculos que unos y otros ponen en el camino, muestra todo, menos voluntad política, para cumplir con el mandato constitucional de realizar la elección de autoridades del Judicial. Mientras tanto, el sistema judicial boliviano se hunde irremediablemente.

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¿EJ en septiembre?

Por La Razón

/ 28 de abril de 2024 / 00:18

Renovadas acciones de amparo y medidas cautelares están paralizando nuevamente y dejan en incertidumbre las Elecciones Judiciales (EJ). Según lo establecido en la ley transitoria, este 5 de mayo debe concluir la fase de preselección de postulantes en la Asamblea Legislativa Plurinacional. Y el TSE anunció que la votación popular sería en septiembre. Hay duda sobre tales plazos.

Desde hace un año, el proceso electoral para renovar el Órgano Judicial y el Tribunal Constitucional está a la deriva. Según el mandato constitucional, las elecciones debieron realizarse en 2023. Pero políticos y operadores del sistema, en especial del TCP, se encargaron de frenar, congelar y a la postre postergar la elección. Como no se eligieron nuevas autoridades, los actuales magistrados (cuyo mandato ya se cumplió) decidieron autoprorrogarse. Fue como un guion escrito desde el principio para boicotear el proceso.

Como efecto de un bloqueo de caminos realizado en enero, finalmente la bancada oficialista en la Cámara de Diputados viabilizó las truncadas elecciones. Se aprobó entonces una ley de consenso que trazó la ruta, sus fases y los plazos tanto para la preselección a cargo de la ALP como para la votación bajo responsabilidad del TSE. Así, se publicó la convocatoria, se recibieron más de 700 postulaciones, se verificaron requisitos y se resolvieron las inhabilitaciones. Hasta ahí todo conforme a lo previsto.

En medio de la evaluación de méritos, incluida una prueba de conocimientos, varios postulantes inhabilitados por incumplir requisitos activaron demandas en la justicia para la reconsideración de sus casos. Todas esas acciones prosperaron dejando en suspenso el proceso de preselección de postulantes. Y el plazo corre. Luego de calificar los méritos, la Comisión Mixta de la Asamblea debe aprobar su informe, que será la base para la elección, por dos tercios, en sesión plenaria. Queda solo una semana.

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Es evidente que algunos actores políticos y operadores judiciales están empeñados en frenar sin fecha, nuevamente, las elecciones judiciales. Sería desastroso para la institucionalidad en el país en un contexto de alta desconfianza y de crisis. Por ello es sensato que la Comisión Mixta retome el proceso desde mañana. Tampoco sería una buena señal que se amplíen los plazos, ya que ello implica postergar la votación popular (quizás hasta octubre, lo que se superpone con las elecciones primarias).

Todos sabemos que las elecciones judiciales no solucionan la crisis del sistema de administración de justicia, pero al menos implican cumplir la Constitución y evitar que los autoprorrogados continúen degradando aún más el Estado de Derecho con sus decisiones a la carta. Por ello es fundamental que la ALP culmine pronto su trabajo de preselección con voluntad política y madurez democrática. Luego será el turno de la ciudadanía en las urnas. Y seguirá en agenda la cada vez más urgente reforma estructural del sistema.

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