El Gobierno ve en el retorno de los marchistas al TIPNIS el paso a un “verdadero diálogo” en la consulta
Los miembros de la IX marcha indígena fueron prohibidos de ingresar a la plaza Murillo de la ciudad e instalaron una vigilia en cercanías de la vicepresidencia del Estado que soportó lo más crudo del invierno paceño.
El ministro de Gobierno, Carlos Romero, afirmó hoy que la salida de la IX marcha indígena de la ciudad de La Paz dará paso a un «verdadero diálogo» vía la consulta, para solucionar el conflicto generado por el proyecto gubernamental de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos por el medio del TIPNIS.
La columna de la novena marcha indígena, cansados por la indiferencia y maltrato gubernamental, decidieron este martes abandonar la ciudad de La Paz y prometieron resistencia en el corazón del TIPNIS y en los diferentes territorios indígenas.
«Para el gobierno nacional ahora empieza el gran diálogo, el verdadero diálogo. Este gran diálogo será la consulta en el TIPNIS, será una concertación comunidad por comunidad, corregimiento por corregimiento», afirmó el ministro Romero en declaraciones a Radio Panamericana.
La autoridad de Estado reiteró sus acusaciones respecto a la presunta vinculación de la movilización indígena con partidos políticos de oposición con la intención de contraponerse al liderazgo de Evo Morales y descalificó a la líder indígena Bertha Bejarano como interlocutora en el conflicto.
A pesar de la diversas muestras de solidaridad de los pobladores de la ciudad de La Paz durante los 10 días de permanencia y los agradecimientos expresados por los líderes de la IX marcha. Romero asegura que la ciudad sede de gobierno dejó en orfandad a los originarios.
«El pueblo paceño suele darse cuenta cuando está frente a una movilización legitima y cuándo está frente a una movilización que se la utiliza políticamente. Por eso no se ha respondido a la asamblea de la Paceñidad y han quedado en la orfandad», explicó Romero
Los miembros de la IX marcha indígena fueron prohibidos de ingresar a la plaza Murillo de la ciudad e instalaron una vigilia en cercanías de la vicepresidencia del Estado que soportó lo más crudo del invierno paceño.