Pablo Cossío, hermano del exgobernador de Tarija Mario Cossío,  fue declarado rebelde por la jueza de Ejecución Penal tarijeña Miriam Flores, autoridad que, en la audiencia de revocatoria de ayer, ordenó la detención del fugitivo dentro del país y fuera de él.

Flores explicó que la orden de detención que emitió debe ser cumplida por efectivos de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) en el territorio nacional y por la Interpol (Policía Internacional) en el extranjero, según un reporte de la red ATB difundido desde Tarija.

En septiembre, Flores otorgó un permiso de 15 días, sin custodia policial, a Pablo Cossío, quien cumplía una condena de cuatro años de prisión en la cárcel de Morros Blancos. Sin embargo, el recluso no retornó al penal. El viceministro de Régimen Interior, Jorge Pérez, informó que grupos especiales de la Policía ya realizan un rastrillaje en las zonas fronterizas del país.

En la audiencia de revocación llevada a cabo en Tarija, la jueza Flores también ordenó que los garantes de Pablo Cossío, en este caso algunos de sus familiares, corran con los gastos de detención del recluso prófugo. “Deben depositar el monto (económico) que sea necesario para cubrir los gastos de captura de Cossío”.

Público. Flores hizo notar, además, que su determinación de permiso en favor de Cossío fue de conocimiento del Ministerio Público, de la Gobernación de Tarija y también de los medios de comunicación. Tras conocerse la fuga de Pablo Cossío, autoridades del Gobierno anunciaron el inicio de un proceso legal en contra de la jueza Flores, ya que el origen de este caso sería el permiso que otorgó.

“Se trata de una persona que está condenada a cuatro años de cárcel de un hecho que era delictivo, que además se probó que él era culpable de ese hecho. Estaba cumpliendo esa pena”, sostuvo el Viceministro de Régimen Interior.

Pablo Cossío fue acusado de enriquecimiento ilícito y luego de haberse comprobado que recibió Bs 2,8 MM que estaban destinados a la construcción de una piscina olímpica en Tarija, fue condenado a cuatro años de cárcel. En una nota dejada a su abogada, el sentenciado dijo que admitió su culpabilidad para preservar su vida y obtener su libertad.

Pérez sostuvo que con su fuga, Pablo Cossío pierde los beneficios que Régimen Penitenciario otorga a los presos y, a su vez, se gana un proceso judicial.