De los candidatos, Morales es el más conocido; no así Vargas
Analistas señalan que el fenómeno responde a que Morales es una figura mediática en Bolivia y el exterior, y que Vargas —esporádicamente— solo tiene liderazgo regional
Según una encuesta de Ipsos, de la lista de candidatos a la presidencia, el más conocido es Evo Morales, del Movimiento Al Socialismo (MAS); mientras que Fernando Vargas, del Partido Verde de Bolivia (PVB), solo es visible en un mínimo porcentaje rural.
Ésa es la conclusión que refleja Ipsos Apoyo, Opinión y Mercado para La Razón, con base en 3.000 encuestados, de los cuales el 100% conoce al postulante del partido oficialista, rumbo a las elecciones generales del 12 de octubre.
En contraparte, solo el 14% de los consultados dijo conocer al dirigente del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), quien lideró las marchas de 2011 y 2012, en defensa de ese territorio, ante la proyección de construir una carretera por el medio de ese parque nacional. Actualmente, Vargas se postula a la presidencia del Estado por el Partido Verde de Bolivia (PVB).
La encuesta completa, que incluye otras variables como la intención de voto o la preferencia de candidatos, será presentada mañana en el nuevo suplemento de La Razón, Animal Electoral. El estudio fue realizado entre el 2 y 18 de julio de este año, en distintos hogares de diez ciudades capitales, diez localidades urbanas y 88 comunidades rurales.
Además, los porcentajes que alcanzaron los otros candidatos, Samuel Doria Medina, de Unidad Demócrata (UD); Jorge Quiroga, del Partido Demócrata Cristiano (PDC); Juan del Granado, del Movimiento Sin Miedo (MSM), están detallados en la infografía desplegada en la siguiente página.
Para analistas, el fenómeno de Morales responde a que es una figura mediática dentro y fuera del país, tanto como cuando fue sindicalista cocalero y luego como diputado (1997), para después convertirse en presidente en 2006 y ser reelecto en 2009.
“Es una figura mediática, siempre lo fue: polémico, gestionador, haciendo declaraciones atrevidas e incisivas; él no iba a los medios, los medios iban a buscarlo”, indicó el analista Jorge Komadina, quien añadió que esto se convierte en una “ventaja” con relación a los otros postulantes, por ejemplo Vargas.
“Es la figura menos conocida, su imagen no está posicionada en las ciudades y tiene la tarea de remontar su candidatura en estos pocos meses de campaña”, dijo. Sin embargo, Komadina aclaró que el hecho de que Morales sea el más conocido no quiere decir que sea el mejor candidato y que la gente vaya a votar por él.
Por su parte, la analista María Teresa Zegada sostuvo que esto ocurre porque Bolivia es una sociedad personalista y caudillista. “Morales tuvo toda una trayectoria y marcó un hito como líder cocalero: confrontador y con discursos muy radicales que trascendieron a nivel internacional”.
Luego, como político logró “seducir” al electorado por ser carismático y tener la capacidad de articular a sectores sociales, políticos y a personalidades. “No pasa lo mismo con Vargas, cuyo liderazgo emergió en una coyuntura conflictiva con el Gobierno que lo hizo conocido, pero solamente en algunas regiones del oriente y La Paz, empero, perdió fuerza luego que se decidió poner una pausa al proyecto vial”.
El líder cocalero y el indígena
Morales
Entre 1997 y 2002, Evo Morales fue diputado y tras la crisis de 2003 se catapultó al liderazgo nacional, y fue elegido Presidente, en 2005, con el 53,7%. Luego, en 2008, se sometió a referéndum revocatorio y fue ratificado en el cargo tras obtener el 67% de apoyo. En 2009, en comicios nacionales, fue reelecto al lograr el 64,2% de los votos.
Vargas
Lideró dos marchas en defensa del TIPNIS (2011 y 2012) para evitar la construcción de la vía Villa Tunari-San Ignacio de Moxos. En 2011, la marcha fue intervenida y se declaró férreo opositor al gobierno del MAS.
Liderazgo de Morales no fue ‘casual’
Para el analista político Franco Gamboa, la “fama” de Morales se debe a que apareció justo cuando el país estaba en crisis, en 2003, tras la revuelta denominada “guerra del gas”, que derivó en la salida del entonces presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR).
“El salto del liderazgo sindical al político no fue casual, se fue convirtiendo en una alternativa en un momento de desgaste profundo del viejo sistema partidario y sus liderazgos, además del antiguo modelo económico. Es decir, su fama y liderazgo se acunaron dentro de los conflictos socio-políticos del sistema democrático, el desgaste del sistema que se registró entre 2003 y 2005, gestiones en las que el país tuvo dos presidentes: Carlos Mesa y el expresidente de la Corte Suprema que debió asumir el mandato, Eduardo Rodríguez Veltzé”, dijo.
Para Gamboa, este hecho consolidó el caudillismo en el que se enfrascó el liderazgo del candidato Morales, que se mantiene hasta la fecha, no solamente entre los cocaleros del Chapare, sino en el ámbito nacional.
En cambio, la imagen de Fernando Vargas fue transitoria. El analista señaló que si bien el líder indígena, en un momento determinado, se convirtió en un personaje que se opuso a proyectos gubernamentales, perdió “brillo” cuando una parte de las bases de su organización lo desconoció y el movimiento fue dividido, luego de que el Gobierno determinó dejar en pausa el proyecto vial por el TIPNIS. “Es un líder en su región, pero no tiene figura mediática y tiene que construirla con más apariciones en medios de comunicación en estos meses”.
María Teresa Zegada: Que sean conocidos no es garantía
Que sean conocidos no es garantía de que reciban más votos, es decir, no guarda relación con la intención de los electores el día de los comicios. Los candidatos pueden ser conocidos por lo positivo o lo negativo; por ejemplo, mucha gente conoce a Jorge Quiroga, sabe que ha sido presidente, pero no puede aceptar una continuidad del pasado; por tanto, el voto sería negativo.
Al contrario, si una persona no es tan conocida, no será automáticamente descalificada de las posibilidades electorales. Estos dos meses serán claves por dos cosas: uno, el posicionamiento de los nuevos postulantes y, dos, el cambio de imagen de los que vienen de la política del pasado.
Incluso, en ese grupo está binomio Evo-Álvaro, porque varios sectores han detectado problemas en su gestión, por lo que ellos necesitan lavar su imagen y reinventarla.
Esto servirá para que aparezcan ante el electorado como las autoridades que resolverán los problemas del país. La ventaja de Morales es que reúne condiciones positivas de atracción de voto y cuenta con la ayuda del aparato estatal, que es un plus para cualquier candidato.
María Teresa Zegada es socióloga y analista política.