Nacional

Tuesday 30 Apr 2024 | Actualizado a 07:56 AM

Morales culmina visita a Alemania presentando a inversionistas la «nueva Bolivia»

El mandatario presentó ante el foro de inversiones a su "nueva Bolivia", de igual modo que en ediciones anteriores hablaron por sus respectivos países la presidenta chilena Michelle Bachelet (2014) o el uruguayo José Mujica (2011).

/ 6 de noviembre de 2015 / 01:47

El presidente boliviano, Evo Morales, culminó hoy su visita a Alemania presentando ante el inversor germano la «nueva Bolivia» que él lidera, un país que ha logrado la «soberanía política y económica, pero no la tecnológica».

En los casi diez años bajo su Gobierno Bolivia puso punto final a la «sumisión política y economía», redujo la pobreza y es el país «que más crecerá económicamente este año en toda América Latina», dijo el líder sudamericano, ante el Día de América Latina, foro de encuentro entre inversores alemanes y políticos de la región.

Bolivia precisa aún transferencias tecnológicas de países como Alemania, añadió, en su calidad de invitado de honor de ese foro de Hamburgo, segunda etapa de su visita a la primera economía de la Unión Europea (UE).

La estabilidad política es garantía de prosperidad, insistió, en lo que entra su denominada Agenda Patriótica 2025 -razón por la que aspira a ser reelegido, de prosperar la reforma Constitucional que le permitiría presentarse a las elecciones presidenciales, en 2019.

Con este discurso ante el empresariado germano -y una serie de convenios en ciernes, como el destinado a la construcción de un tren urbano eléctrico en el departamento de santa Cruz- cerró Morales su visita a Alemania, de marcado acento económico.

Su intervención ante el Día de América Latina era el último acto de una intensa agenda en la que hubo encuentros al más alto nivel político -con la canciller Angela Merkel-, citas con empresarios y también un vibrante discurso ante la Universidad Técnica de Berlín.

En sus citas con representantes de la gran industria -como el gigante Siemens- se fraguaron el citado convenio, más otros en el ámbito de la minería. De la reunión Merkel en Berlín se llevó el elogio de la canciller al «impresionante» crecimiento económico del país y sus avances en la reducción de la pobreza.

En la Universidad fue aclamado como un héroe, apuntalado en su discurso izquierdista y luego, ya en Hamburgo, recuperó el mensaje pragmático de un presidente dispuesto a presentar a la «nueva Bolivia» que, como suele decir, no acude al inversor en busca de «dueños», sino de socios.

El foro hamburgués, el más consolidado del ámbito alemán como lugar de encuentro entre inversores germanos y políticos latinoamericanos, le acogió como representante del país que, en tiempos de recesión en parte del continente, aporta cifras de crecimiento anual del 5,6 %, este año.

La reunión en Hamburgo tenía este año como eje temático la creciente presencia de China en América Latina. El mensaje lanzado al empresariado era que no debe verse al gigante asiático como un rival, sino como un factor de crecimiento que revertirá en beneficio del inversor germano.

La «creciente presencia» de China es una oportunidad para la industria con intereses en la región, apuntó el presidente de la Asociación de Empresarios Alemanes para América Latina, Fritz Horst Melsheimer.

El interés del gigante asiático por las materias primas ha precipitado el «boom económico» experimentado por la región unos años atrás, prosiguió, además de consolidarse como un importante inversor para toda América Latina.

La industria alemana se beneficiará de grandes proyectos, como la planeada línea ferroviaria desde la costa atlántica brasileña a la del Pacífico, en Perú, en la que China quiere invertir 100.000 millones de dólares y que proporcionará «nuevas perspectivas para el comercio» en la región, argumentó Melsheimer.

Morales presentó ante ese foro a su «nueva Bolivia», de igual modo que en ediciones anteriores hablaron por sus respectivos países la presidenta chilena Michelle Bachelet(2014) o el uruguayo José Mujica (2011).

«El Día de América Latina se ha consolidado como lugar idóneo para el contacto entre nuestros inversores y los representantes de la región», resumió el secretario de Estado del ministerio de Economía e Industria, Uwe Beckmeyer.

El representante gubernamental alertó, sin embargo, contra la tentación de querer paliar la recesión actual aparecida en algunos de los grandes países de América Latina, con medidas proteccionistas y a avanzar para dotarse de la necesaria seguridad jurídica.

La seguridad jurídica es, como indicó también Morales, interés prioritario para el inversor alemán. Y ahí, había admitido el presidente boliviano, Bolivia tiene aún debilidades a superar.

Morales seguirá mañana viaje a Italia y después a Francia e Irlanda, las otras estaciones de su gira por Europa.

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La Berlinale más comprometida

‘Fuocoammare’, un clamor a favor de los refugiados, gana el Oso de Oro en un festival volcado en el cine político y de denuncia.

/ 29 de febrero de 2016 / 18:42

Como ya se esperaba desde que comenzó, el festival de cine de Berlín, la Berlinale, se convirtió este año en un homenaje al cine comprometido, y entregó la semana pasada su máximo premio, el Oso de Oro, a Fuocoammare (Fuego en el mar), un desgarrador filme del italiano Gianfranco Rosi sobre el drama de los refugiados que día a día arriesgan su vida por alcanzar la isla de Lampedusa, una tragedia que ha convertido al Mediterráneo en una inmensa tumba.

Este filme partía como favorito ya antes de proyectarse, pues parece hecho a medida de un festival que esta vez sí que cumplió con creces uno de sus mandatos: respaldar el cine político. El resto del palmarés siguió en esta línea y quedó salpicado de mensajes de alerta a otros conflictos en aquella zona del mundo, como los de los Balcanes o el del Magreb.

Al recoger su premio, el italiano Gianfranco Rosi, director de Fuocoammare, definió las muertes de migrantes y refugiados que intentan llegar a la Unión Europea desde Siria y otros lugares en guerra como “la mayor catástrofe desde el Holocausto”. La película combina el documental y la ficción y se pensó desde un principio como un grito de alerta que narra la tragedia de una isla de 20 kilómetros cuadrados a la que llegaron, vivos o muertos, 400.000 refugiados —hombres, mujeres y niños— en los últimos años. Su denuncia sin ambages hizo que, además del Oso de Oro, obtuviese varios premios de los jurados independientes: el de la ONG de Derechos Humanos Amnistía Internacional y el de los lectores del diario Berliner Morgenpost, entre otros. Para amplificar aún más el mensaje, y terminar de ponerle rostro ante las cámaras, Rosi hizo subir al escenario al médico de la isla, Pietro Bartolo.

PROFUNDIDAD. El jurado de la Berlinale estaba presidido por la actriz estadounidense Meryl Streep, una conocida defensora de multitud de causas a lo largo de su carrera. Tal vez por eso de entre los 18 títulos a concurso y cinco fuera de la competición especial se distinguió también Smrt u Sarajevu (Muerte en Sarajevo), del bosnio Danis Tanovic, con el Premio Especial del Jurado. Trata con profundidad pero sin afectación las heridas que aún quedan abiertas en esa conflictiva región, dos décadas después del final oficial de las varias guerras que la destrozaron. El argumento convierte el Hotel Europa de la capital bosnia en un microcosmos en el que se manifiesta el hervidero balcánico, durante los preparativos para conmemorar el centenario del atentado contra Francisco Fernando de Austria, el 28 de junio de 1914, que desencadenó la I Guerra Mundial. Así, la carrera de Tanovic va cumpliendo con las expectativas que creó cuando en 2013 ganó este mismo premio. La crisis política que arrastra el Magreb también mereció la atención del festival, que otorgó el galardón al mejor actor al tunecino Majd Mastoura, por su papel en Hedi, una película que además ganó el premio a la mejor ópera prima y que se centra en la transformación política y social de Túnez desde la primavera árabe.

Pocas estrellas se han paseado este año por la Berlinale. El festival se abrió con el estreno de ¡Ave, César!, una cinta en la que los hermanos estadounidenses Joel y Ethan Coen se burlan comedida y un tanto sentimentalmente de los años dorados de Hollywood y de sus superproducciones. El reparto lo encabeza George Clooney, que aparece flanqueado por Josh Brolin, Channing Tatum, Tilda Swinton y Scarlett Johansson. Muchas estrellas pero ningún premio, algo que los Coen tampoco buscaban en Berlín, pues solo querían estrenar en un festival europeo de prestigio y que siente debilidad por su trabajo. Otros nombres acostumbrados a los grandes carteles luminosos, como la francesa Isabelle Huppert —que actúa en L’avenir, de Mia Hansen-Løve una de las tres producciones francesas en la sección oficial, premiada por su dirección— pasaron discretamente por la Berlinale. Mostraron trabajos interesantes pero cedieron el protagonismo a quienes lo merecían: las víctimas de las guerras y de las políticas migratorias.

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‘Fuocoammare’, un clamor a favor de los refugiados, gana el Oso de Oro en un festival volcado en el cine político y de denuncia.

/ 29 de febrero de 2016 / 18:42

Como ya se esperaba desde que comenzó, el festival de cine de Berlín, la Berlinale, se convirtió este año en un homenaje al cine comprometido, y entregó la semana pasada su máximo premio, el Oso de Oro, a Fuocoammare (Fuego en el mar), un desgarrador filme del italiano Gianfranco Rosi sobre el drama de los refugiados que día a día arriesgan su vida por alcanzar la isla de Lampedusa, una tragedia que ha convertido al Mediterráneo en una inmensa tumba.

Este filme partía como favorito ya antes de proyectarse, pues parece hecho a medida de un festival que esta vez sí que cumplió con creces uno de sus mandatos: respaldar el cine político. El resto del palmarés siguió en esta línea y quedó salpicado de mensajes de alerta a otros conflictos en aquella zona del mundo, como los de los Balcanes o el del Magreb.

Al recoger su premio, el italiano Gianfranco Rosi, director de Fuocoammare, definió las muertes de migrantes y refugiados que intentan llegar a la Unión Europea desde Siria y otros lugares en guerra como “la mayor catástrofe desde el Holocausto”. La película combina el documental y la ficción y se pensó desde un principio como un grito de alerta que narra la tragedia de una isla de 20 kilómetros cuadrados a la que llegaron, vivos o muertos, 400.000 refugiados —hombres, mujeres y niños— en los últimos años. Su denuncia sin ambages hizo que, además del Oso de Oro, obtuviese varios premios de los jurados independientes: el de la ONG de Derechos Humanos Amnistía Internacional y el de los lectores del diario Berliner Morgenpost, entre otros. Para amplificar aún más el mensaje, y terminar de ponerle rostro ante las cámaras, Rosi hizo subir al escenario al médico de la isla, Pietro Bartolo.

PROFUNDIDAD. El jurado de la Berlinale estaba presidido por la actriz estadounidense Meryl Streep, una conocida defensora de multitud de causas a lo largo de su carrera. Tal vez por eso de entre los 18 títulos a concurso y cinco fuera de la competición especial se distinguió también Smrt u Sarajevu (Muerte en Sarajevo), del bosnio Danis Tanovic, con el Premio Especial del Jurado. Trata con profundidad pero sin afectación las heridas que aún quedan abiertas en esa conflictiva región, dos décadas después del final oficial de las varias guerras que la destrozaron. El argumento convierte el Hotel Europa de la capital bosnia en un microcosmos en el que se manifiesta el hervidero balcánico, durante los preparativos para conmemorar el centenario del atentado contra Francisco Fernando de Austria, el 28 de junio de 1914, que desencadenó la I Guerra Mundial. Así, la carrera de Tanovic va cumpliendo con las expectativas que creó cuando en 2013 ganó este mismo premio. La crisis política que arrastra el Magreb también mereció la atención del festival, que otorgó el galardón al mejor actor al tunecino Majd Mastoura, por su papel en Hedi, una película que además ganó el premio a la mejor ópera prima y que se centra en la transformación política y social de Túnez desde la primavera árabe.

Pocas estrellas se han paseado este año por la Berlinale. El festival se abrió con el estreno de ¡Ave, César!, una cinta en la que los hermanos estadounidenses Joel y Ethan Coen se burlan comedida y un tanto sentimentalmente de los años dorados de Hollywood y de sus superproducciones. El reparto lo encabeza George Clooney, que aparece flanqueado por Josh Brolin, Channing Tatum, Tilda Swinton y Scarlett Johansson. Muchas estrellas pero ningún premio, algo que los Coen tampoco buscaban en Berlín, pues solo querían estrenar en un festival europeo de prestigio y que siente debilidad por su trabajo. Otros nombres acostumbrados a los grandes carteles luminosos, como la francesa Isabelle Huppert —que actúa en L’avenir, de Mia Hansen-Løve una de las tres producciones francesas en la sección oficial, premiada por su dirección— pasaron discretamente por la Berlinale. Mostraron trabajos interesantes pero cedieron el protagonismo a quienes lo merecían: las víctimas de las guerras y de las políticas migratorias.

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El mandatario presentó ante el foro de inversiones a su "nueva Bolivia", de igual modo que en ediciones anteriores hablaron por sus respectivos países la presidenta chilena Michelle Bachelet (2014) o el uruguayo José Mujica (2011).

/ 6 de noviembre de 2015 / 01:47

El presidente boliviano, Evo Morales, culminó hoy su visita a Alemania presentando ante el inversor germano la «nueva Bolivia» que él lidera, un país que ha logrado la «soberanía política y económica, pero no la tecnológica».

En los casi diez años bajo su Gobierno Bolivia puso punto final a la «sumisión política y economía», redujo la pobreza y es el país «que más crecerá económicamente este año en toda América Latina», dijo el líder sudamericano, ante el Día de América Latina, foro de encuentro entre inversores alemanes y políticos de la región.

Bolivia precisa aún transferencias tecnológicas de países como Alemania, añadió, en su calidad de invitado de honor de ese foro de Hamburgo, segunda etapa de su visita a la primera economía de la Unión Europea (UE).

La estabilidad política es garantía de prosperidad, insistió, en lo que entra su denominada Agenda Patriótica 2025 -razón por la que aspira a ser reelegido, de prosperar la reforma Constitucional que le permitiría presentarse a las elecciones presidenciales, en 2019.

Con este discurso ante el empresariado germano -y una serie de convenios en ciernes, como el destinado a la construcción de un tren urbano eléctrico en el departamento de santa Cruz- cerró Morales su visita a Alemania, de marcado acento económico.

Su intervención ante el Día de América Latina era el último acto de una intensa agenda en la que hubo encuentros al más alto nivel político -con la canciller Angela Merkel-, citas con empresarios y también un vibrante discurso ante la Universidad Técnica de Berlín.

En sus citas con representantes de la gran industria -como el gigante Siemens- se fraguaron el citado convenio, más otros en el ámbito de la minería. De la reunión Merkel en Berlín se llevó el elogio de la canciller al «impresionante» crecimiento económico del país y sus avances en la reducción de la pobreza.

En la Universidad fue aclamado como un héroe, apuntalado en su discurso izquierdista y luego, ya en Hamburgo, recuperó el mensaje pragmático de un presidente dispuesto a presentar a la «nueva Bolivia» que, como suele decir, no acude al inversor en busca de «dueños», sino de socios.

El foro hamburgués, el más consolidado del ámbito alemán como lugar de encuentro entre inversores germanos y políticos latinoamericanos, le acogió como representante del país que, en tiempos de recesión en parte del continente, aporta cifras de crecimiento anual del 5,6 %, este año.

La reunión en Hamburgo tenía este año como eje temático la creciente presencia de China en América Latina. El mensaje lanzado al empresariado era que no debe verse al gigante asiático como un rival, sino como un factor de crecimiento que revertirá en beneficio del inversor germano.

La «creciente presencia» de China es una oportunidad para la industria con intereses en la región, apuntó el presidente de la Asociación de Empresarios Alemanes para América Latina, Fritz Horst Melsheimer.

El interés del gigante asiático por las materias primas ha precipitado el «boom económico» experimentado por la región unos años atrás, prosiguió, además de consolidarse como un importante inversor para toda América Latina.

La industria alemana se beneficiará de grandes proyectos, como la planeada línea ferroviaria desde la costa atlántica brasileña a la del Pacífico, en Perú, en la que China quiere invertir 100.000 millones de dólares y que proporcionará «nuevas perspectivas para el comercio» en la región, argumentó Melsheimer.

Morales presentó ante ese foro a su «nueva Bolivia», de igual modo que en ediciones anteriores hablaron por sus respectivos países la presidenta chilena Michelle Bachelet(2014) o el uruguayo José Mujica (2011).

«El Día de América Latina se ha consolidado como lugar idóneo para el contacto entre nuestros inversores y los representantes de la región», resumió el secretario de Estado del ministerio de Economía e Industria, Uwe Beckmeyer.

El representante gubernamental alertó, sin embargo, contra la tentación de querer paliar la recesión actual aparecida en algunos de los grandes países de América Latina, con medidas proteccionistas y a avanzar para dotarse de la necesaria seguridad jurídica.

La seguridad jurídica es, como indicó también Morales, interés prioritario para el inversor alemán. Y ahí, había admitido el presidente boliviano, Bolivia tiene aún debilidades a superar.

Morales seguirá mañana viaje a Italia y después a Francia e Irlanda, las otras estaciones de su gira por Europa.

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Morales culmina visita a Alemania presentando a inversionistas la «nueva Bolivia»

El mandatario presentó ante el foro de inversiones a su "nueva Bolivia", de igual modo que en ediciones anteriores hablaron por sus respectivos países la presidenta chilena Michelle Bachelet (2014) o el uruguayo José Mujica (2011).

/ 6 de noviembre de 2015 / 01:47

El presidente boliviano, Evo Morales, culminó hoy su visita a Alemania presentando ante el inversor germano la «nueva Bolivia» que él lidera, un país que ha logrado la «soberanía política y económica, pero no la tecnológica».

En los casi diez años bajo su Gobierno Bolivia puso punto final a la «sumisión política y economía», redujo la pobreza y es el país «que más crecerá económicamente este año en toda América Latina», dijo el líder sudamericano, ante el Día de América Latina, foro de encuentro entre inversores alemanes y políticos de la región.

Bolivia precisa aún transferencias tecnológicas de países como Alemania, añadió, en su calidad de invitado de honor de ese foro de Hamburgo, segunda etapa de su visita a la primera economía de la Unión Europea (UE).

La estabilidad política es garantía de prosperidad, insistió, en lo que entra su denominada Agenda Patriótica 2025 -razón por la que aspira a ser reelegido, de prosperar la reforma Constitucional que le permitiría presentarse a las elecciones presidenciales, en 2019.

Con este discurso ante el empresariado germano -y una serie de convenios en ciernes, como el destinado a la construcción de un tren urbano eléctrico en el departamento de santa Cruz- cerró Morales su visita a Alemania, de marcado acento económico.

Su intervención ante el Día de América Latina era el último acto de una intensa agenda en la que hubo encuentros al más alto nivel político -con la canciller Angela Merkel-, citas con empresarios y también un vibrante discurso ante la Universidad Técnica de Berlín.

En sus citas con representantes de la gran industria -como el gigante Siemens- se fraguaron el citado convenio, más otros en el ámbito de la minería. De la reunión Merkel en Berlín se llevó el elogio de la canciller al «impresionante» crecimiento económico del país y sus avances en la reducción de la pobreza.

En la Universidad fue aclamado como un héroe, apuntalado en su discurso izquierdista y luego, ya en Hamburgo, recuperó el mensaje pragmático de un presidente dispuesto a presentar a la «nueva Bolivia» que, como suele decir, no acude al inversor en busca de «dueños», sino de socios.

El foro hamburgués, el más consolidado del ámbito alemán como lugar de encuentro entre inversores germanos y políticos latinoamericanos, le acogió como representante del país que, en tiempos de recesión en parte del continente, aporta cifras de crecimiento anual del 5,6 %, este año.

La reunión en Hamburgo tenía este año como eje temático la creciente presencia de China en América Latina. El mensaje lanzado al empresariado era que no debe verse al gigante asiático como un rival, sino como un factor de crecimiento que revertirá en beneficio del inversor germano.

La «creciente presencia» de China es una oportunidad para la industria con intereses en la región, apuntó el presidente de la Asociación de Empresarios Alemanes para América Latina, Fritz Horst Melsheimer.

El interés del gigante asiático por las materias primas ha precipitado el «boom económico» experimentado por la región unos años atrás, prosiguió, además de consolidarse como un importante inversor para toda América Latina.

La industria alemana se beneficiará de grandes proyectos, como la planeada línea ferroviaria desde la costa atlántica brasileña a la del Pacífico, en Perú, en la que China quiere invertir 100.000 millones de dólares y que proporcionará «nuevas perspectivas para el comercio» en la región, argumentó Melsheimer.

Morales presentó ante ese foro a su «nueva Bolivia», de igual modo que en ediciones anteriores hablaron por sus respectivos países la presidenta chilena Michelle Bachelet(2014) o el uruguayo José Mujica (2011).

«El Día de América Latina se ha consolidado como lugar idóneo para el contacto entre nuestros inversores y los representantes de la región», resumió el secretario de Estado del ministerio de Economía e Industria, Uwe Beckmeyer.

El representante gubernamental alertó, sin embargo, contra la tentación de querer paliar la recesión actual aparecida en algunos de los grandes países de América Latina, con medidas proteccionistas y a avanzar para dotarse de la necesaria seguridad jurídica.

La seguridad jurídica es, como indicó también Morales, interés prioritario para el inversor alemán. Y ahí, había admitido el presidente boliviano, Bolivia tiene aún debilidades a superar.

Morales seguirá mañana viaje a Italia y después a Francia e Irlanda, las otras estaciones de su gira por Europa.

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