Kyoko Koga, las donaciones y préstamos de Japón a Bolivia ascienden a $us 1.870 MM
La Embajadora de Japón está a punto de cumplir su misión en Bolivia. En esta entrevista evalúa la relación bilateral, en los ámbitos de los proyectos, las inversiones, entre otros puntos; en un año clave, ya que este 2020 se cumplen 60 años de la primera cooperación técnica japonesa en suelo boliviano.
Kyoko Koga alista maletas. Después de poco más de cuatro años, le notificaron que debe volver a su país, tras cumplir su misión. La Embajadora de Japón en Bolivia recibió a La Razón en su despacho para evaluar su estadía y los resultados de la relación bilateral. Hoy, Japón organiza una recepción en La Paz con motivo del aniversario del natalicio de Su Majestad el Emperador Naruhito, que coincide con el de su día nacional. Un festejo por adelantado.
—¿Por qué el cambio de fecha del día nacional de Japón?
—El día nacional de Japón es el día del natalicio de Su Majestad el Emperador. Esta vez celebramos la primera recepción con motivo del natalicio del nuevo Emperador Naruhito, y su cumpleaños es el 23 de febrero. El cumpleaños del Emperador abdicado Akihito, quien ahora es el Emperador Emérito, es el 23 de diciembre. Por ello, hasta hace dos años celebrábamos la recepción del día nacional en diciembre y, a partir de este año, es en febrero. Esa es la razón del cambio de fecha. El Emperador es el símbolo del Estado y la unidad del pueblo japonés. La ceremonia de entronización para proclamar oficialmente el ascenso del nuevo Emperador fue el 22 de octubre del año pasado, cuando éste recibió felicitaciones de 2.500 representantes nacionales e internacionale
—¿Cuál es su evaluación sobre las relaciones bilaterales?
—El año pasado se destacó la celebración del 120 aniversario de la inmigración japonesa a Bolivia y, por ello, Su Alteza Imperial la princesa Mako visitó diferentes ciudades en julio: La Paz, Santa Cruz, las dos colonias de Okinawa y San Juan. En todos los lugares fue acogida con mucha hospitalidad, por el Gobierno, el pueblo y los inmigrantes y descendientes japoneses. Creo que la visita fue un gran éxito gracias a la hospitalidad.
—Ello es una buena señal…
—Sí, ya llevo poco más de cuatro años y durante mi misión fue el evento más destacado, contribuye grandemente al estrechamiento de las relaciones bilaterales.
—¿Cuáles son los hechos clave para su país en este año?
—Este año es importante para Japón porque se celebran los Juegos Olímpicos y los Paralímpicos de Tokio 2020. Los primeros se realizarán del 24 de julio al 9 de agosto y los otros, del 25 de agosto al 6 de septiembre. Japón será el anfitrión por segunda vez después de 56 años de los Juegos Olímpicos. Para los Paralímpicos, la ciudad de Sumida, en Tokio, se presenta como la anfitriona de los deportistas bolivianos. En ese distrito hay una concejala nacida en La Paz.
—¿Y en el ámbito boliviano?
—Este 2020 se cumplen 60 años desde que se inició la primera cooperación técnica japonesa, cuando se llevó a cabo la capacitación de algunos bolivianos en Japón, en 1960. Desde entonces, la suma de cooperación económica y técnica japonesa es la siguiente: aproximadamente $us 850 millones en donaciones desde 1977; $us 1.020 millones en préstamos desde 1978; más de 6.000 bolivianos capacitados en Japón desde 1960; más de 1.500 expertos y 1.200 voluntarios japoneses enviados a Bolivia desde 1978; y más de 600 proyectos comunitarios ejecutados en el país desde 1990.
—¿Qué proyectos de Japón están funcionando en Bolivia?
—Tenemos el Programa de Preservación Forestal, una donación que se aproxima a los $us 10,9 millones y pronto se entregará equipos de viveros para reforestación a la Escuela Forestal de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) en Cochabamba. Luego tenemos el Proyecto de Mejoramiento de la carretera de la colonia Okinawa, una donación de aproximadamente $us 38,6 millones; el Proyecto sobre Medidas Preventivas de Desastres en la Red Vial Fundamental número 7, que conecta Cochabamba y Santa Cruz, con una donación de $us 15,8 millones; el Proyecto de Construcción de la Planta Geotérmica Laguna Colorada, con un préstamo de aproximadamente $us 637,4 millones, creo que es el monto más grande en América Latina hasta ahora.
Y pronto se firmará la entrega de equipos médicos para hospitales de tercer nivel, una donación que asciende a $us 4,54 millones.
—¿Cuál es su evaluación sobre las inversiones japonesas?
—La mayor inversión japonesa en Bolivia es de la Minera San Cristóbal, hecha por la empresa Sumitomo Corporation, con aproximadamente $us 1.800 millones. Bolivia es el mayor exportador de zinc y el segundo de plomo para Japón. En cuanto a la Minera San Cristóbal, provee de 1.416 empleos directos y 1.081 indirectos. Además, el 99% de los empleados son bolivianos. En 2018, la producción de zinc fue de 460.000 toneladas y la de plomo, de 113.000 toneladas. Y el pago tributario total para Bolivia fue de $us 255 millones en 2018.
—¿Qué otros proyectos apunta Japón a impulsar en Bolivia?
—No hay proyectos concretos para los siguiente años, pero Japón seguirá contribuyendo para el desarrollo económico sostenible de Bolivia mediante la reducción de la pobreza, continuaremos apoyando el mejoramiento de las bases económicas y la diversificación de los sectores productivos y el fomento de la inclusión social. Es la política de base de la cooperación de nuestro país.
enero). Seguramente me voy a mediados de marzo. Yo estuve por Bolivia en 1996, solo durante tres días, pero pude conocerla más o menos, y cuando volví me sorprendí por el gran cambio.
—¿Qué le enamoró de este país?
—Primero, la gente de Bolivia es muy amable y creo que la mayoría de los bolivianos son muy trabajadores. He podido trabajar muy bien con la gente del Gobierno y de otros sectores, el económico, el cultural, entre otros.
PERFIL
Nombre: Kyoko Koga
Cargo: Embajadora de Japón en Bolivia
UNA CARRERA DE 44 AÑOS
Nació en la Prefectura de Saga. Estudió en la Universidad de Osaka de Estudios Extranjeros, especialidad del idioma chino. En 1976 ingresó al Ministerio de Asuntos Exteriores de Japón. En noviembre de 2015 fue designada Embajadora en Bolivia.