Mesa y CC no respaldarán juicios bajo ‘mentiras’ por el ‘golpe de Estado’ y la sucesión
En las reuniones extralegislativas por la sucesión presidencial en 2019, Mesa y CC fueron un factor clave para la proclamación de Jeanine Áñez.
En medio del escándalo de la detención en Estados Unidos del exministro Arturo Murillo y la deslegitimación del gobierno transitorio de Jeanine Áñez, Comunidad Ciudadana (CC) anunció que no respaldará juicios bajo “mentiras” de “golpe de Estado” y sucesión “inconstitucional”.
“No respaldaremos juicios que tengan como sustento la mentira de un inexistente ‘golpe de Estado’, o que pretendan criminalizar la sucesión constitucional que derivó en la presidencia transitoria”, expresó la alianza política en un comunicado colgado en redes sociales por Carlos Mesa.
Sin embargo, CC cuestionó que el oficialismo esté viabilizando procesos judiciales de anteriores gestiones.
“CC ratifica el compromiso de viabilizar los juicios que estén adecuadamente fundamentados, sin dejar de lado la exigencia de que se garantice el debido proceso y que se realicen respetando la independencia y transparencia en la administración de justicia”, complementó.
«La verdad es que el gobierno de Jeanine Áñez ha perdido legitimidad con el citado escándalo y el caso respiradores», señala el texto.
La posición de CC sucede al escándalo de la detención de Murillo, acusado de presuntos sobornos e intento de lavado de dinero en Estados Unidos, provenientes del posible sobreprecio de $us 2,3 millones en la compra de material antidisturbios en 2019, por cuya compra el Estado pagó $us 5,6 millones a Bravo Tactical Solutions (BTS), la empresa intermediaria que adquirió los equipos a la fabricante brasileña Cóndor.
CC deslindó vínculos con el gobierno transitorio a la luz del caso Murillo. “Quienes fueron parte de ese gobierno y colocaron representantes en el gabinete y en las instituciones públicas, son responsables de esa gestión y de sus consecuencias”, se lee en el comunicado.
Entre el 11 y 12 de noviembre de 2019, la Unión Europea (UE) y la Iglesia Católica propiciaron diálogos extralegislativos para definir la sucesión presidencial a raíz de la renuncia, el 10, de Evo Morales, presionado por movilizaciones poselectorales, un motín policial y la sugerencia de dimisión planteada por las Fuerzas Armadas.
Mesa y CC, que cobraron notoriedad política al rozar la segunda vuelta en los comicios de entonces, se convirtieron en actos centrales de esas reuniones convocadas en la Universidad Católica Boliviana (UCB).
Entonces, según el relato a La Razón de Teresa Morales, Mesa preguntó a la senadora Adriana Salvatierra, que asistió a las citaciones en su condición de senadora del Movimiento Al Socialismo (MAS): “‘¿Qué les parece que Jeanine Áñez fuera presidenta?”.
“Estaban sentados frente a frente, y Adriana les dijo: ‘Yo no entiendo por qué me preguntan si ya la señora Áñez se está moviendo en la cápsula presidencial; seguramente ustedes habrán decidido cosas’”, complementó Morales, que esa vez dice que asistió a la UCB como “guardaespaldas” de Salvatierra, al saberse sin voz ni voto debido a su condición de funcionaria sí, pero no legisladora.
De la reunión de la UCB emergió el nombre de Áñez, entonces fuera de línea sucesoria al ser segunda vicepresidenta de la Cámara de Senadores. La Constitución Política establece que ante la renuncia del presidente y vicepresidente del Estado asume la presidencia del Estado el o la titular de la Cámara de Senadores o, finalmente, el presidente de la Cámara de Diputados.
Mesa había asistido a la reunión junto con su abogado, ahora diputado, Carlos Alarcón, y asesor Ricardo paz. También estuvieron presentes Jorge Quiroga y el abogado constitucionalista Luis Vásquez; Jerjes Justiniano, en representación del entonces líder cívico cruceño Luis Fernando Camacho; Samuel Doria Medina con Roberto Moscoso; el monseñor Eugenio Scarpellini; León de la Torre, de la UE; Rolando Villena, de Conade (Comité Nacional de Defensa de la Democracia), y Juan Carlos Núñez, director de la fundación Jubileo.
Al día siguiente, el 12 de noviembre, se sumaron la diputada Susana Rivero (MAS) y el senador Óscar Ortiz, de Unidad Demócrata (UD).
Sin embargo, según reveló Morales, hubo otras reuniones paralelas, a las que asistieron Waldo Albarracín, de Conade, quien en una entrevista con María Galindo reveló que esa reunión se definió una salida a la crisis “lo más cercana posible a la Constitución”.
La noche del 12 de noviembre de ese año, Áñez se proclamó presidenta en dos actos legislativos sin resolución ni quorum reglamentario, y sin la presencia de la bancada del MAS, entonces de mayoría de dos tercios de la Asamblea Legislativa.
Entonces, Mesa y CC respaldaron la «constitucionalidad» de la sucesión de Áñez, de quien, sin embargo, el expresidente dijo que si consumara su candidatura en 2020 validaría la tesis del «golpe de Estado».