Icono del sitio La Razón

Estudios científicos del Silala servirán para resolver 17 problemas de aguas transfronterizas con Chile

Ciudadanos bolivianos visitan el Silala. Foto: Archivo La Razón.

Ciudadanos bolivianos visitan el Silala. Foto: Archivo La Razón.

El Gobierno apuesta por emplear los mecanismos científicos que se usaron en el caso Silala, con el objetivo de resolver otros 17 problemas de aguas transfronterizas que mantiene con Chile.

Hay que utilizar “este método de información científica para resolver otros 17 problemas que tenemos con Chile sobre aguas transfronterizas, llámese Lauca y otros”, explicó Sebastián Michel, vocero boliviano del caso Silala, según ABI.

El 6 de junio de 2016, Chile demandó a Bolivia ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), para pedir que ese tribunal declare que el Silala es un río o “curso de agua internacional”.

Lea más: Se prevé que la CIJ diga que Bolivia tiene soberanía sobre el Silala y Chile, derecho a seguir usufructuando sus aguas

Asimismo, solicitó reconocer que Chile tiene derecho a usar sus aguas, conforme al principio del “uso razonable y equitativo”.

Históricamente, esa postura fue rechazada por Bolivia, por lo que en septiembre de 2018, el Estado presentó una contrademanda para que se le reconozca la “soberanía plena” sobre esas aguas, incluidos los canales artificiales construidos desde 1908.

Ese proceso llegó a su fin y este jueves 1 de diciembre, la CIJ emitirá el fallo sobre este caso. La sentencia será leída por la presidenta de la Corte, la jueza Joan E. Donoghue.

Durante los más de seis años que duró el juicio, ambos países presentaron sus respectivos argumentos, en base a estudios y pericias técnicas-científicas, a través de réplicas y dúplicas para que sean evaluadas por los jueces de la Corte.

En ese marco, Bolivia contrató a la consultora internacional Danish Hydraulic Institute (DHI) para que realice un estudio técnico de los flujos de agua superficial y subterránea del Silala.

Esos diagnósticos se basaron en un extenso programa de caracterización hidrogeológica, que incluyó la perforación de 29 pozos de profundidades entre cinco a 140 metros, y la instalación de diversos mecanismos para monitorear los niveles de agua.

Ese trabajo se desarrolló entre febrero de 2017 y marzo de 2018, y así se determinó que “el Silala es de naturaleza compleja y está compuesto por un sistema acoplado de aguas subterráneas y superficiales que se origina en territorio boliviano (aguas arriba) y se extiende hacia Chile (aguas abajo)”.

El trabajo de DHI permitió sustentar la defensa boliviana del Silala, con información técnica científica que ni Chile poseía.

En criterio de Michel, este trabajo “técnico-científico” deberá ser usado para resolver otras cuestiones pendientes que se tiene con Chile.

Uno de ellos es el desvío del río Lauca, por el que Bolivia rompió relaciones diplomáticas con Chile en 1962; otro caso, el menos difundido, es la cuestión referida al desvío del río Caquena.

Mientras el Silala y el Lauca son dos cursos de agua transfronterizos, de “curso continuo”, que van de un país a otro, el Caquena es un “río internacional o de curso contiguo”, cuya principal característica es que sirve de límite territorial entre ambos países.

Según el economista y diplomático Andrés Guzmán Escobari, el flujo del Silala es de 200 a 300 litros por segundo, el del Lauca es de 2.000 y algo más; en tanto que en el caso del Caquena, dicha corriente supera los 3.000 litros por segundo.