Delegaciones de Bolivia y Chile se reunieron este jueves en Arica para renudar el trabajo en el Comité de Frontera e Integración. Se definió tareas en varias áreas, la reactivación de la comisión administradora y la profundización del Acuerdo de Complementación Económica (ACE 22).
Mediante un comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia señaló que esta coordinación se lleva a cabo después de seis años. Y gracias a los diálogos entre los presidentes Luis Arce y Gabriel Boric, de Bolivia y Chile, respectivamente, así como los cancilleres.
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Además, esto responde a “la conformación de agendas de mutuo interés que se han venido realizando en el último año”. Por ejemplo, uno de los temas que llevó a una labor conjunta fue el robo de vehículos en suelo chileno, que luego son llevados a Bolivia para su venta.
Bolivia y Chile
Las delegaciones estuvieron encabezadas por el viceministro de Comercio Exterior e Integración de Bolivia, Benjamín Blanco, y la subsecretaria de Relaciones Exteriores de Chile, Gloria de la Fuente, quienes dirigieron las reuniones con cerca de 200 representantes.
“En un espacio de colaboración que refuerza la confianza mutua, se acordó un amplio plan de trabajo en las siguientes áreas: aduanera; controles fronterizos integrados, lucha contra el contrabando, infraestructura vial y fronteriza, migratorio; salud, riesgos y atención de desastres, turismo, policial y fito y zoosanitarios”, informó la Cancillería boliviana.
Sobre estos temas, se acordó un “mecanismo de seguimiento permanente a través de sus respectivas cancillerías”. Asimismo, los viceministros decidieron reactivar la comisión administradora y profundizar el ACE 22.
“Convinieron seguir con la evaluación del marco normativo del oleoducto Sica Sica, en beneficio de ambas partes. También acordaron evaluar las alternativas de mejora para la conectividad ferroviaria y áerea”, subraya el comunicado.
Autoridades de ambas naciones definieron esta reunión en la ciudad chilena tras el acuerdo para luchar contra los delitos transfronterizos, entre ellos el robo de motorizados en Chile y su comercialización en el lado boliviano, el contrabando que ingresa a Bolivia de territorio chileno, y la trata y tráfico de personas, entre otros.