Cierre de fronteras
El temible virus se ceba en las y los más necesitados, y hay muchas personas que son incapaces de darse cuenta.
El tema se discute desde hace al menos una semana: la variante brasileña del COVID-19 amenaza a los países vecinos del coloso sudamericano y lo más razonable es cerrar las fronteras. Sin embargo, la medida no podía dictarse sin más, pues a las consideraciones sanitarias había que añadirle las sociales y económicas. Desde hoy la frontera con Brasil está cerrada por siete días.
El tema inundó de publicaciones y comentarios las redes sociales, al extremo que los expresidentes Jorge Quiroga y Evo Morales coincidieron plenamente en sus publicaciones señalando la necesidad de cerrar las fronteras con Brasil y redoblar esfuerzos de vacunación en las poblaciones fronterizas. En su momento, el Ministro de Salud anunció que las decisiones se tomarían en función a criterios científicos y no a “opiniones”.
El lunes, luego de una oleada de noticias que daban cuenta de nuevos récords de mortandad por COVID-19 en Brasil, los alcaldes de Riberalta, Guayaramerín y Puerto Quijarro advirtieron que la medida afectaría a su economía, aunque reconocieron que dada la circunstancia era necesaria. “Guayaramerín vive del comercio, no tenemos otra fuente de ingreso”, explicó la Alcaldesa de ese municipio; el de Riberalta afirmó que “el que nos provee de alimentos es el vecino país, Brasil”; finalmente, el Alcalde de Puerto Quijarro también reconoció la importancia vital del comercio transfronterizo.
El martes, San Ignacio de Velasco se convirtió en el primer municipio fronterizo en cerrar el paso desde y hacia el vecino, y los otros tres se sumaron al cierre de fronteras poco después. Finalmente, el miércoles, luego de divulgar un confuso decreto, que fue interpretado como un retroceso en los controles, el Gobierno aprobó el Decreto Supremo 4481, con una serie de disposiciones para prevenir la importación del virus y sus nuevas variantes, incluyendo el cierre de fronteras y la exigencia de pruebas clínicas con resultado negativo y cuarentena a todas las personas que deseen ingresar a territorio nacional.
El Ministro de Salud explicó que las fronteras se abrirán por tres horas cada día para posibilitar los negocios que dan vida a las poblaciones fronterizas. Además, anunció que los ministerios de Salud, de Gobierno y de Relaciones Exteriores, mediante resolución ministerial, podrán disponer el cierre temporal de fronteras en otros puntos del país de acuerdo a la situación epidemiológica.
Así, lo que a simple vista parecía falta de visión, o peor: de interés, de las autoridades, se revela como un asunto mucho más delicado y complejo, pues las decisiones sobre la paralización de actividades económicas dependen menos de las opiniones de quienes pueden participar de la conversación en redes sociales y más de las necesidades de quienes están trabajando para ganarse la vida día a día. El temible virus se ceba en las y los más necesitados, y hay muchas personas que son incapaces de darse cuenta.