Sunday 12 May 2024 | Actualizado a 06:28 AM

Adriana Salvatierra: ‘No voy a usar seguridad, no quiero ser inaccesible’

La joven senadora reflexiona sobre su papel: en primer lugar promover el debate político, nunca el personal

/ 30 de enero de 2019 / 04:00

La nueva presidenta del Senado, Adriana Salvatierra, proviene del grupo adscrito al Movimiento Al Socialismo (MAS) Columna Sur; originalmente cruceña, una organización de jóvenes marxistas y feministas. Enfatiza, sin embargo, que éste no es ni mucho menos el único semillero del MAS, que hay otras “juventudes” masistas, de las que van saliendo nuevos liderazgos. Tomando el ejemplo del expresidente del Senado José Alberto Gonzales, anuncia que tampoco usará seguridad, pero por su propia razón: ser accesible a la gente.

— Columna Sur, Generación Evo. ¿En qué medida siempre son la cantera o semillero del MAS?

— Son muchas más organizaciones que estas dos; tenés al FREC, Frente Estudiantil Revolucionario Comuna; Resistencia; obviamente Juventudes del MAS, de la que todos somos parte; la Zurda en Cochabamba, Luis Espinal, Marcelo Quiroga Santa Cruz, Cañoto, la Juventud Igualitaria del Plan (3.000) Andrés Ibáñez; un conjunto de organizaciones que en este momento creo que son el semillero de nuevos liderazgos.

— ¿Semillero para mandos medios técnicos, digamos, o mandos nacionales?

— Todo. Te doy el ejemplo de los jóvenes del Plan 3.000, con 13, 14 años eran jóvenes que estaban en la defensa del Plan, cuando entraba la Unión Juvenil Cruceñista a destruir los puestos de los comerciantes si éstos no hacían paro cívico. Eran jóvenes porque eran los hijos de los comerciantes, que entendieron que en Santa Cruz existía una violencia política que buscaba criminalizar a gente que apostaba por este proceso de cambio, y que hoy día han asumido responsabilidades. Tenés a Valeria Silva en Diputados, Eva Humérez en Pando como parlamentaria; Helmar Callejas en Chuquisaca; Mónica Copa en El Alto; Ademar Valda en Cochabamba; en el Ejecutivo, Mariana Prado, Manuel Canelas; aquí tenés a Rosita Muñoz, que trabaja al frente de Ademaf Beni. En todos los niveles hay jóvenes que se empiezan a incorporar en el servicio público, pero que vienen de una trayectoria política de compromiso probado.

— Columna, sin embargo, tiene un origen particular. Santa Cruz del 2007, 2008.

— A un compañero que fue visto con su polera de Luis Espinal lo agarraron a golpes, le hundieron el cráneo, hoy tiene discapacidad. Columna asumió su uniforme de la gorrita y la pañoleta porque fácilmente después de un acto te las retirabas y continuabas sin que nadie te identifique. Crecimos en un contexto particular, de resistencia, pero no negativa, sino porque existían formas de violencia para hacer política, y nosotros queríamos otra cosa, construir este proyecto político nacional que apostaba por la construcción del país.

— Son jóvenes marxistas…

— Sí. Todo ser humano, aunque no lo diga, confiese o teorice, tiene un marco teórico que se convierte en un lente para ver todo, la ciudadanía, los derechos, el medioambiente; un lente para ver el panorama político; para nosotros eso es el marxismo: comprender que hay una sociedad donde existen ricos y pobres y, dicho de forma sencilla, nuestra opción siempre es por los más humildes.

— Mejor la claridad ideológica antes que esquemas ambiguos…

— Mira, también nos definimos como feministas; creemos que la historia fue un recorrido de construcción patriarcal; esa lógica para construir la familia, la sociedad, el pensar la religión, la política, siempre estuvo transversalizada por lógicas masculinas, para construir el poder, para alcanzarlo, reproducirlo y ejercerlo. Es una organización que se define marxista porque su opción es por los más humildes, y es una organización feminista porque luchamos por construir el feminismo con todos nuestros compañeros y compañeras.

— Hablemos de la gestión. ¿En verdad, qué se juega en el Senado, a diferencia de Diputados?

— Es cámara revisora, la que en última instancia vela no solo por la constitucionalidad del proyecto de ley, sino que además hace una revisión técnica de la norma que haya sido aprobada en Diputados.

— Aunque por ser pocos, hay más posibilidad de concertación.

— Sí. Muy raras veces nos hemos agarrado a gritos en la Cámara; además que quienes han estado en la presidencia, Gringo o Milton (Barón), jamás han dado margen a que pasemos del debate político, técnico, al debate personal.

— Si Gringo se mantuvo tres años fue porque daba voz a todos, respetaba; fue peculiar eso de renunciar a la seguridad, andar como cualquier ciudadano…

— Y la austeridad

— Eso gana a la gente.

— Yo creo que sí. Lo positivo de su gestión ha sido no solo la capacidad de tender puentes de diálogo con la oposición, sino también que él nunca dejó de ser una persona sencilla. Era el mismo que cuando salía a la calle y saludaba a la gente que cuando se reunía con el Presidente. Esa es una cualidad que debe ser reproducida en esta gestión, aunque con obvias diferencias: en el caso mío, por ejemplo, yo sí utilizo el teléfono que nos dio la Cámara, como todos los senadores; sí usaré el vehículo (oficial) porque no conozco la ciudad, soy de Santa Cruz y a mí se me dificulta. Pero no voy a andar con seguridad porque no quiero convertirme en alguien inaccesible; trataré de ser como el Gringo, de poner la humildad como eje transversal para dirigirme a todos.

— Lo de la agenda de género.

— La República de Bolivia se fundó sobre la exclusión de las grandes mayorías; el Estado Plurinacional, sobre el principio de inclusión, por eso se constitucionaliza la paridad y equidad, por eso nosotros alcanzamos el 51% de la Asamblea. Y no lo podemos naturalizar porque no es normal: cuando vos vas a eventos internacionales, dan su informe y ciertos países dicen “sí, antes teníamos un 25% y hoy un 28%” [de mujeres parlamentarias], y todo el mundo aplaude; pero cuando expone Bolivia, se sorprenden porque nosotros alcanzamos 51%. ¿Por qué Bolivia, después de Ruanda, es el país con mayor representación femenina y en América Latina el primero? Porque aquí se dio una revolución y si no fuera por este marco histórico de un proceso de cambio, que impulsó la Constituyente, esto no sería posible.

— El tema es si eso se traduce en un real empoderamiento…

— Muchas veces, este logro que decimos del 51% quizás no refleja las banderas de los movimientos feministas, porque podemos ser mujeres, pero no todas vamos a ser feministas, hay mujeres que no lo son dentro de la Asamblea. Hay mujeres que defienden el derecho a decidir sobre su cuerpo, su sexualidad; y hay otras que no, que creen que una mujer debe escuchar lo que dice la iglesia o el Estado; entonces, tienes todo tipo de mujeres en la Asamblea Legislativa.

— ¿Cómo hacer, además, que una reivindicación legítima no caiga en imposturas, que además del género valgan los méritos?

— Las feministas no luchamos por una inversión de roles, por estar encima de los hombres en términos de derechos. Luchamos por la igualdad entre hombres y mujeres; y eso quiere decir que vos como hombre comprendás que yo tengo situaciones diferentes para ver la vida; que muchas mujeres todavía, en el ámbito público ya no porque está penalizado, pero en el privado haya mujeres que reciben menor salario por un mismo trabajo; que aún la sociedad pretende hacernos creer que la economía del cuidado es una tarea exclusiva de la mujer, que “la mujer tiene que atender su hogar porque le nace, porque hormonalmente se le mueve el cuerpo, porque tiene un deber afectivo”; no. El trabajo en el hogar debe ser reconocido. Esas cosas a mí me hacen feminista. ¿Qué es lo que no comparto? No comparto con aquellos movimientos cuya forma de llegar a vos, como varón, es violenta, porque interpela no de forma educativa tu proceso o lugar en la sociedad, el patriarcado, que todos tenemos, cuando a todos nos han educado con el patriarcado. Para desmontar el patriarcado debe haber un proceso profundamente educativo; y un proceso educativo, incluso para interpelar, no puede ser violento.

Adriana Salvatierra Arriaza. Cuando se le preguntó sobre que en cada interpelación, religiosamente el interpelado sale aplaudido, dijo: “Nosotros vamos a velar porque se respete la imagen institucional de la Asamblea; esta es una instancia de fiscalización con el Ejecutivo”.

Datos

Nombre: Adriana Salvatierra Arriaza

Nació: 3 de junio de 1989, en Santa Cruz de la Sierra

Profesión: Politóloga.

Cargo: Presidenta de la Cámara de Senadores, gestión 2019-2020.

Perfil

“Yo no soy activista política, yo soy militante. El activismo va por causas y tiene un fuerte grado de espontaneísmo; nosotros en cambio tenemos un programa político”.

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A 206 años del nacimiento de Karl Marx

La obra del filósofo alemán continúa siendo una invitación a pensar del devenir de la política y las posibilidades revolucionarias.

/ 12 de mayo de 2024 / 06:25

Dibujo Libre

En una carta de Karl Marx a Arnold Ruge, enviada en 1843 (y publicada en 1844 en los Anales Franco Alemanes), en la que describía la tarea pendiente del movimiento comunista para un verdadero cambio revolucionario, el autor escribía:

“El mundo ha estado soñando por mucho tiempo con la posesión de una cosa de la cual, para poseerla realmente, debe tener conciencia. Será evidente que no se trata de trazar una línea mental divisoria entre el pasado y el futuro, sino de concretar los pensamientos del pasado. Finalmente, será evidente que la humanidad no está comenzando una nueva tarea, sino que está llevando a cabo de manera consciente su antigua tarea”.

Estas líneas de Marx repasan una larga tradición de pensamiento sobre la potencia , es decir sobre aquello que se guarda y aguarda a desarrollarse y que se resume en la idea de que lo nuevo consistiría en hacer florecer lo antiguo, es decir, que el verdadero cambio se encuentra en la existencia de un potencial revolucionario que yace en el pasado y se prorroga hasta el presente. De esta manera, el cambio político no sería más que actualización consciente de la potencia histórica de un pueblo, potencia que debe ser parte del programa político para un cambio revolucionario. Por ello la revolución estaría pre determinada en la historia de un pueblo y en sus condiciones de posibilidad.

Un revolucionario debería conocer tanto de teoría política como de las determinaciones históricas del pueblo que pretende llevar a la revolución.

Marx hizo afirmaciones semejantes en el desarrollo de sus escritos, que lo llevaron a elaborar una teoría multilineal de la historia, que se la puede ver tanto en los “Grundrisse” como en la “Contribución a la crítica de la economía política”. A los modos de producción antiguo (o grecorromano) basado en la esclavitud, el feudal (o europeo) basado en la servidumbre, y el moderno (o burgués) basado en el trabajo asalariado, Marx introduce un modo de producción asiático (o precapitalista, basado en una forma de propiedad comunal).

Marx enfatiza estas tendencias de multilinealidad durante la última década de su vida. En sus notas de 1879 sobre Kovalevsky estudia las relaciones sociales y especialmente los cambios en las formas de propiedad comunal tanto en América como en la India , y la carta a Vera Zasúlich de 1881 explica sus preocupaciones por explicar el potencial revolucionario de una situación dada, actualizada por la acción voluntaria, y atendiendo a la situación rusa.

La potencia es, para Marx, siempre histórica y colectiva, es decir, es parte de un movimiento que anula el estado actual de cosas, en otras palabras, la potencia es un recurso sin explotar que nos lega el pasado pero que habita la situación presente, y que en determinados momentos puede explotar y al hacerlo, redefinir el camino o la ruta histórica de una determinada sociedad.

Para Baruch Spinoza, el filósofo holandés del siglo XVII que fue ampliamente leído por Marx, la potencia de un cuerpo es su esencia, es decir: todo lo que puede hacer y padecer, aquello de lo que es capaz es su esencia.

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En el llamado “estado de naturaleza” es decir, en un mundo sin ley ni deber moral, el derecho de un cuerpo es su potencia. Un cuerpo puede destruir lo que no le conviene o le resulta nocivo y puede asociarse con lo que le conviene o le resulta útil. Para Spinoza nada es más útil para un ser humano que otro ser humano. Cooperando y asociándose, los individuos componen un cuerpo más potente, más fuerte, más sorprendente. De modo que la presencia de otro no limita a un individuo, por el contrario, incrementa su potencia. Diez personas pueden producir mucho más juntos que por separado. Por ello la potencia es siempre colectiva. Un modo de producción no es más que una expresión de la potencia. La potencia es la inmanencia de la vida de los seres humanos, la vida se potencia y se desarrolla transformando la realidad, constituyendo la realidad.

En una de las exposiciones del filósofo francés Gilles Deleuze sobre Baruch Spinoza , la potencia es relacionada directamente con la vida, es decir lo que hace posible a la potencia es la vida. Deleuze hace referencia a la tristeza que precisa aquel que somete, es una tristeza que se precisa para evitar la revolución.

Sólo a partir de la tristeza de la vida es posible someter al ser humano. Sin embargo, lo que pone de manifiesto Deleuze, a partir de su lectura de Spinoza, es que sólo la vida, la potencia de la vida, puede expulsar la sumisión. Así la vida debe entenderse como potencia, pero ante todo potencia revolucionaria que puede cambiar el estado de cosas actual.

El pasado 5 de mayo se recordaron 206 años del nacimiento de Marx y su obra continúa siendo una invitación a pensar del devenir de la política y las posibilidades de reinvención de la potencia revolucionaria que la habita.

(*)Farit Rojas Tudela es abogado constitucionalista

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Ni estatales ni independientes, periodistas

Una reflexión a propósito del Diá del Periodista Boliviano, que se celebra cada 10 de mayo.

Freddy Morales en Piedra, Papel y Tinta. Foto: La Razón.

/ 12 de mayo de 2024 / 06:10

Sala de Prensa

Hay periodistas buenos y malos. Y por lo menos la mitad o más de los periodistas del país, son los malos. Esa es la partición en que han incurrido las Asociaciones de Periodistas de La Paz y de Bolivia para dividir a sus afiliados. A los periodistas malos los ha denominado “estatales u oficialistas”. En esa lógica arbitraria, define como independientes a “sus” periodistas, a los probos, los profesionales, que no mienten ni manipulan, en fin, a quienes hacen periodismo, lo que lleva implícito “que son opositores al Gobierno”. Este absurdo está ocurriendo.

El Estatuto de la Asociación de Periodistas, manda exactamente lo contrario. En su capítulo I, punto cuarto, inciso f ) sobre los objetivos dice “Mantener la unidad de sus asociados estrechando vínculos profesionales y sociales…”

En febrero del año pasado, las Asociaciones de Periodistas junto al Comité de Defensa de la Democracia (CONADE), y una veintena de instituciones similares, presentaron a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, un informe de violaciones a derechos humanos cometidos por el actual gobierno, en una audiencia virtual con Julissa Mantilla, presidenta de la CIDH.

En 50 páginas, sostiene por ejemplo que, “el supuesto Golpe de Estado de 2019 es utilizado por el Ministerio Público y las autoridades para perseguir a los opositores. La gran cantidad de presos políticos que existen en el país son acusados…” en desconocimiento a las recomendaciones del Grupo Internacional de Expertos Independientes (GIEI) que durante ocho meses investigó en Bolivia los hechos de 2019 y recomendó: “es fundamental que se avance en las investigaciones y los procesos judiciales de rendición de cuentas por los hechos documentados en este informe y otros similares”.

Las organizaciones periodísticas defienden a “grupos como la Resistencia Civil La Paz, la Resistencia Juvenil Cochala y la Unión Juvenil Cruceñista están en detención preventiva por delitos menores”. En el informe del GIEI se detallan, en más de 20 páginas, los hechos violentos contra la población ejercidos sobre todo por la llamada Resistencia Juvenil Cochala durante los eventos de 2019. “El GIEI tuvo acceso a más de 20 videos donde se puede observar a personas con distintivos de la RJC ejecutando actos de violencia, racismo y discriminación en contra de civiles…”.

Dicen las instituciones de periodistas que “…las fuerzas uniformadas (FFAA) hicieron uso proporcional de la fuerza contra manifestantes que poseían armas de fuego, dinamitas y otras durante los sucesos de noviembre de 2019 cuando se produjeron alrededor de 20 muertos principalmente en las localidades de Huayllani y Senkata…”.

La investigación del GIEI “constató que, …las fuerzas de seguridad desarrollaron una operación de persecución violenta en contra de los manifestantes, la cual resultó en un conjunto de ejecuciones sin amparo legal, a lo largo de seis horas…”. El GIEI habla de masacre y desmiente “el uso proporcional de la fuerza”.

En 13 páginas, las instituciones de los periodistas, denuncian excesos contra el trabajo periodístico y los periodistas, pero excluyen otros hechos de violencia contra periodistas y el ejercicio del periodismo sufridos por quienes, según los dirigente de esas instituciones, no pertenecen a la casta de “independientes”.

Citar sólo algunos: la captura del periodista José Aramayo de la radio comunitaria Confederación de Trabajadores Campesinos, el 9 de noviembre de 2019, quien fue amarrado a un árbol por grupos opositores al gobierno de entonces, bajo amenaza de muerte. La periodista Brishka Espada, de la red ATB, fue agredida, golpeada hasta desmayarla en la plaza Tarija, en Cochabamba el 29 de octubre de 2019. El 9 noviembre de 2019, en Oruro, manifestantes prendieron fuego y saquearon la sede de la Radio y Televisión Mega. Ese mismo día, manifestantes bloquearon el ingreso a la emisora estatal Bolivia TV, en La Paz y amenazaron con quemar a los periodistas que estaban adentro si no interrumpían las transmisiones. El 10 de noviembre 2019, el periodista argentino Sebastián Moro, jefe de prensa del periódico Prensa Rural, fue encontrado desmayado en su casa y murió el 16 de noviembre a causa de la golpiza que le habían propinado.

Más agresiones a periodistas “no independientes” ignorados por las organizaciones de periodistas: 4 de noviembre de 2019, atentado contra la sede de la cadena Tv Abya Yala, arrojaron objetos y pintura a su fachada. El 8 de noviembre, el periodista Jhon Yana, corresponsal de la Red Patria Nueva en Trinidad, sufrió un atentado cuando se dirigía a su domicilio. El 21 de noviembre fueron suspendidas en Bolivia las transmisiones de los canales internacionales de noticias TeleSur y Rusia Today (todos estos hechos están consignados en la investigación del GIEI).

El 11 de noviembre de 2022, en Santa Cruz, afines a la Unión Juvenil Cruceñista incendiaron la Federación de Campesinos y agredieron en el rostro al periodista Enrique Serrudo Tejerina. El 10 de enero de 2023, en La Paz, grupos relacionados al gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, agredieron a la periodista Adriana Álvares, quien recibió una pedrada en la cabeza.

También fueron ignorados en su denuncia a la CIDH, los casos de la periodista Jeruslava Ojeada, periodista de Bolivia TV en Santa Cruz, Blanca Mamani, reportera de la radio comunitaria de Los Yungas, que fue asaltada y quemadas sus instalaciones en La Asunta; y de Fabio Espinoza, presentador de Noticias de Bolivia TV, en Santa Cruz, hostigado y amenazado junto a su familia.

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Como ejemplo de la discriminación de los dirigentes está un comunicado del 16 de enero, en respuesta a la protesta de periodistas. En el cuarto párrafo dice: “dentro de esos actos de agresiones también se han visto afectados periodistas que trabajan en medios cercanos al oficialismo, estatales” y agrega que cuando emiten comunicados incluyen a “los oficialistas y estatales”.

Este resumen demuestra graves transgresiones a las normas del periodismo boliviano y también discriminación, uno de los males asociados al racismo. El Estatuto del gremio en su capítulo V sobre “Las normas éticas”, dice que el periodista asociado está moralmente obligado a: a) Ejercer la profesión con probidad, honestidad y patriotismo, informando veraz e imparcialmente a la comunidad, d) … Denunciar la violencia, la tortura, la presión física o moral que se ejerciten contra las personas y la sociedad. e) Respetar la opinión ajena y el derecho a disentir…” En su reglamento interno, capítulo III “Sanciones”, el artículo 15 dice: “Todos los asociados y empleados de la Asociación de Periodistas de La Paz deberán guardar el respeto, cortesía y cordialidad en las relaciones entre sí…”

La realidad distinta a lo que mandan las normas sólo se explica por un irracional alineamiento de algunos dirigentes a una posición política, pese a que el Estatuto en su primer artículo la define a la institución “…con prescindencia político-partidista o religiosa”. La respuesta fácil será “que me comprueben que tengo alguna militancia política”. En lo relatado hasta aquí hay suficiente prueba, sin necesidad de exigir el carnet de militante.

Es más, algunos de los actuales dirigentes estuvieron en la reunión con la ministra de Comunicación de la señora Jeanine Añez, la señora Roxana Lizárraga, cuando a nombre de las Instituciones le dieron total respaldo a su iniciativa de emitir un decreto supremo denominado “La recuperación de la libertad de expresión en Bolivia”, cuando se habían sacado del aire a dos canales de televisión internacional y se ejecutaban otras acciones aquí resumidas. Uno de los dirigentes dijo sobre el decreto: “es un huracán imparable” de libertad de prensa (11 de diciembre de 2019, hora: 18:57, ANF).

La historia de nuestras organizaciones es de rechazo a regulaciones que provengan desde los poderes del Estado. La bandera del periodismo es la auto regulación para evitar que sea el poder el que imponga las reglas y defina los derechos a la información, comunicación, expresión, etc. Y en el marco de la auto regulación, están los Tribunales de Honor y los Tribunales de Ética que parecen ignorar todo.

 (*)Freddy Morales es periodista

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Ser antimasista ya no es lo que era

Una entrevista con el reconocido investigador social Julio Córdova.

La disminución de la hegemonía del mas tiene como correlato que las clases medias opositoras busquen nuevos referentes

Por Pablo Deheza

/ 5 de mayo de 2024 / 06:57

El punto sobre la i

En la medida en que la disputa al interior del oficialismo viene debilitando al partido de gobierno, las prioridades entre las clases medias opositoras vienen cambiando. Emergen nuevas demandas, que ya no se centran exclusivamente en sacar al MAS del poder. Además, se observa la conformación de espacios de opinión fragmentados.

Conversamos sobre estos temas con el destacado investigador social Julio Córdova, director de la empresa de estudios de opinión Diagnosis.

¿Cómo ha evolucionado la percepción ciudadana sobre la disputa política en Bolivia luego del gobierno de Jeanine Añez?

Esta evolución de la percepción ciudadana se puede caracterizar en los siguientes cuatro puntos:

1. La polarización social se mantiene. Por un lado, está la postura que apoya la narrativa del MAS “del golpe en 2019”, sobre todo en clases bajas de Occidente, y que llega a más o menos el 35% de la población. Por otro lado, está la posición que respalda la narrativa del “fraude”; presente en clases medias principalmente del Oriente, que llega a más o menos el 45%. Hay un 20% de indiferentes frente a ambas narrativas.

2. Ha disminuido el apoyo al Gobierno de Arce del 55% en las elecciones del 2020 a más o menos el 40%. Este 15% de disminución se traduce en una actitud de “indiferencia” ante la gestión actual del arcismo y está presente principalmente en clases bajas de los Valles que apoyan a Evo.

3. El 40% que respalda al Gobierno de Arce (clases bajas de Occidente) no es una base social totalmente fiel. Tiende a disminuir hasta el 32% en coyunturas de conflicto político e inestabilidad económica.

4. Se ha profundizado una dispersión del apoyo electoral. Entre las clases bajas masistas cerca del 20% piensa votar por Arce, 10% por Evo, un creciente 7% votaría por Andrónico y un 5% por un nuevo del MAS. En las clases medias antimasistas el 10% votaría por Mesa, un porcentaje similar por Cuéllar; Doria Medina, Reyes Villa y Camacho tienen 5% o menos de apoyo cada uno; cerca del 15% espera un candidato nuevo de la oposición.

Se observa un escenario con una multiplicación de discursos polarizadores, ya no sólo entre el oficialismo y las oposiciones, sino también al interior de cada una de estas veredas. ¿Cómo está percibiendo esto la ciudadanía?

Al interior del MAS hay una polarización entre arcistas y evistas. En cambio, en la oposición se trata de una falta de hegemonía y una dispersión de actores con poco poder de convocatoria. Según las encuestas de Diagnosis esta situación se debe a un divorcio entre los dos elementos de la demanda social (la concreta y la simbólica) y la oferta política.

En el ámbito “masista” la demanda social concreta es en orden de importancia: a) acceso a empleos de calidad para jóvenes, b) apoyo a emprendimientos propios de la gente y c) estabilidad económica (precios estables). La demanda simbólica apunta a un líder que muestre la posibilidad de ascenso social desde la pobreza a través de la educación superior. Ni Arce, ni Evo responden adecuadamente a esta demanda social popular. Andrónico se adecúa un poco.

En el ámbito “antimasista” la demanda concreta es, en orden de importancia: a) acceso a empleos de calidad, b) estabilidad económica y c) seguridad ciudadana. La demanda simbólica apunta a un líder fuerte de carácter (decidido); pero que, al mismo tiempo, sepa “entenderse” con los sectores pobres: “el pueblo”; es decir un líder del tipo “bukele”. Ninguna de las figuras opositoras se adecúa a esta demanda.

¿Cómo están incidiendo en el país las redes sociales y otras plataformas en la formación de la opinión pública y la creciente conformación de burbujas culturales?

Las redes sociales tienen mayor incidencia en las clases medias (media típica y media baja) y entre jóvenes de la clase baja. Pero casi no tienen incidencia entre adultos de la clase baja, y en todo el estrato pobreza. En las clases bajas son más importantes los sindicatos y las agrupaciones barriales como espacios de formación de opinión. Es a través de estos espacios de organización popular que el MAS ha construido su hegemonía en estos sectores populares.

Según las encuestas de Diagnosis, en las clases medias, casi el 100% tiene al menos una cuenta en las redes sociales. Sobre todo, en Facebook (92%), aunque con un crecimiento astronómico de Tik Tok (64% en menos de cinco años). En promedio, los jóvenes de clases medias interactúan 3,2 horas por día en las redes; y los adultos interactúan 0,9 horas al día.

Como han demostrado varios estudios en otros países, las redes tienden a profundizar las percepciones y actitudes de los segmentos sociales a través de “comunidades homogéneas”. Con ello se profundizan los “guetos de pensamiento único” al interior de estos segmentos, y la polarización y confrontación con los guetos contrarios. En Bolivia, mucho del “antimasismo” de las clases medias se puede explicar por la incidencia de las redes sociales.

¿Cómo se puede caracterizar la situación actual del campo político nacional y cuáles son las fuerzas dominantes que explican cómo hemos llegado al momento presente?

Se puede hablar de una creciente pérdida de hegemonía del MAS junto con la ausencia de algún movimiento político que pueda reemplazar a este partido. Ello conduce, como dijimos antes, a una creciente dispersión del apoyo social, junto con la expectativa por algún “líder nuevo” en al menos el 55% de la población, tanto en el ámbito masista como en el ámbito antimasista.

Esta pérdida de legitimidad del MAS ante sus bases sociales y ante sus electores, no significa la pérdida de legitimidad de su modelo de desarrollo. Cerca del 60% de la población respalda un modelo estatista en el cual el Estado sea dueño de los recursos naturales, que los industrialice, y que emplee el excedente para dinamizar la economía, de modo que tanto el Estado, la empresa privada, el capital extranjero y los pequeños emprendimientos de la población generen empleos de calidad.

En suma, el campo político actual se caracteriza por la búsqueda de un nuevo actor político que pueda administrar de mejor manera el modelo estatista de desarrollo. Por el momento no hay mucho espacio para propuestas liberales y/o libertarias, o para modelos federales de organización política.

¿Qué se puede avizorar sobre hacia dónde va la sociedad boliviana en las próximas elecciones de 2025? ¿Cuáles se perfilan como los temas o preguntas medulares que estarán en juego?

Existen dos posibles evoluciones del “mercado electoral” de cara al 2025. 1) Por un lado está la “vía peruana” reciente con una “hiper dispersión” del voto sin que algún candidato supere el 20%, lo que puede llevar a la ingobernabilidad e inestabilidad política como se ve actualmente en el país vecino. Es el escenario más probable.

2) Por otro lado está la “vía peruana de los 90” con la repentina e inesperada aparición de un “outsider” como Fujimori que canalice el descontento social. Esta potencialidad del outsider “exótico” fue anticipada de alguna manera el 2019 con el crecimiento electoral de Chi Hyun Chung del 0% al 8% en menos de tres meses. Me parece que este segundo camino es el menos probable por el momento.

Dos serán los temas dominantes en las próximas elecciones: 1) el tema económico y 2) la seguridad ciudadana. En las encuestas de Diagnosis se observa un desplazamiento en el tema económico: de la estabilidad económica como tópico principal el 2020, a la generación de empleo de calidad actualmente. Si el Gobierno de Arce logra mantener cierta estabilidad hasta el 2025 (inflación mínima), es posible que lo central en la demanda social sea el acceso al empleo de calidad.

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La seguridad ciudadana es una preocupación latente pero muy importante. Tiene que ver más con las percepciones que con la realidad como en Chile. Ya que Bolivia tiene menores tasas de delincuencia que otros países de la región. Pero es un tema que preocupa.

Un tercer tema; pero muy por detrás de los dos anteriores, será el concepto de “la no corrupción y la no instrumentalización” de las instituciones por los políticos. Aquí está el interés por la reforma de la justicia, por un padrón electoral confiable, por la independencia de los órganos del Estado del órgano Ejecutivo. Las personas, sobre todo de clases medias, quieren sentir que viven en una democracia, donde se respeta su voto y donde no hay “persecución política (judicial) a los opositores”.

¿Cómo viene evolucionando el campo opositor? ¿Qué cambios han mostrado las oposiciones en los últimos años?

En el campo opositor de las clases medias hay un importante cambio de demanda social y política, desde el apoyo a opciones “antimasistas” el 2019 y aún el 2020 ( fuerzas que puedan “sacar” al MAS del poder), a la demanda de una alternativa que pueda generar esperanza de un futuro mejor. El 2019 y el 2020, las clases medias estaban dispuestas a apoyar a quien tenga más opciones para sacar al MAS del poder. Esta demanda explica el apoyo electoral al Carlos Mesa. Especialmente en Santa Cruz hubo mucho “voto útil” por Mesa en ambas elecciones. Aunque no creían en el candidato como tal, veían que era el que tenía más opciones para vencer, en una segunda vuelta al MAS.

Ahora, el objetivo de sacar al MAS del poder ya no es el más importante para las clases medias. Ven que este partido dividido ya no es tan fuerte. Hoy en las clases medias se busca recuperar la esperanza para sus familias. Esperan un candidato que les proponga tanto en su discurso como en su propia imagen, razones para creer que pueden progresar. Mesa, Camacho y, de alguna manera Cuéllar, mantienen un discurso antimasista que ya no es relevante. El federalismo no enamora en Occidente. En suma, no hay actores relevantes en el campo opositor.

¿Cómo está el alcalde de Cochabamba, Manfred Reyes Villa, en la opinión de la gente?

En las encuestas de Diagnosis, Manfred Reyes Villa no aparece como una figura en ascenso. Es posible que esto se deba a que la cobertura de nuestras encuestas es también rural, donde el alcalde de Cochabamba no tiene apoyo. El apoyo electoral a Reyes Villa se centra en Cochabamba, parte de La Paz y algo en Santa Cruz, en el área urbana; pero nada más. El apoyo hacia él en estos ámbitos se debe a la búsqueda de los electores de “opciones nuevas”.

¿Cómo percibe la ciudadanía la disputa al interior del oficialismo?

Es un tema de “interés”; pero no de “preocupación”. Para las clases medias antimasistas esta pugna confirma que tanto arcistas y masistas son “politiqueros” que se pelean por pegas, dinero y poder. En las clases bajas se toma partido a favor de Arce (clase baja con mayor nivel de instrucción) o de Evo (estrato pobreza, sobre todo de Cochabamba); pero tampoco se cree que esta disputa es decisiva para el país.

¿Cómo viene desarrollando Diagnosis el seguimiento a las percepciones de la ciudadanía boliviana, en particular en lo que hace a la disputa política?

Diagnosis realiza encuestas de opinión quincenales en los nueve departamentos del país, tanto en el área urbana como rural con una muestra de 1800 encuestas presenciales (cara a cara), lo que implica un error muestral del +/- 2,31%. En estas encuestas se pregunta temas de coyuntura de la agenda informativa de los medios de comunicación, así como se hace seguimiento de indicadores de línea de base como favorabilidad de líderes políticos, intención de voto, satisfacción con la situación del país, índice de polarización, demandas electorales, etcétera. Esta información se difunde a los suscriptores de Diagnosis a través de la página https://informes.diagnosisestudios.com, tres veces por semana (lunes, miércoles y viernes). La suscripción cuesta 20 Bs. al mes.

(*)Pablo Deheza es editor de Animal Político

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/ 5 de mayo de 2024 / 06:50

Dibujo Libre

Es José Julián Martí Pérez, ese político cubano, abogado, filósofo y literato quien grafica de forma plena lo que busco escribir: “Los pueblos, como los hombres, no se curan del mal que les roe el hueso con mejunjes de última hora, ni con parches que les muden el color de la piel. A la sangre hay que ir, para que se cure la llaga. O se mete la mano en lo verdadero, y se le quema el hueso al mal, o es la cura impotente, que apenas remienda el dolor de un día, y luego deja suelta la desesperación […]. Hombre es el que le sale al frente al problema, y no deja que otros le ganen el suelo en que ha de vivir y la libertad de que ha de aprovechar. Hombre es quien estudia las raíces de las cosas. Lo otro es rebaño […]. De nuestras esperanzas, de nuestros métodos, de nuestros compromisos, de nuestros propósitos, de eso, como del plan de las batallas, se habla después de haberlas dado”. Ahí está entonces lo importante, en el abordar sin ambages aquello que amenaza con apagar al más importante proceso popular de construcción de igualdades societales de la historia boliviana, después de todo, aquello que no se conceptualiza, no se categoriza, tampoco existe y menos se comprende.

Los estudiantes, siempre los estudiantes y los jóvenes, con su agudeza natural, le preguntaban a Jean Paul Sartre, cuando el calendario marcaba el año 1960, si era posible ¿una revolución sin ideología? La respuesta no dejó de sorprender por su determinación y claridad: “¿Socialismo? ¿Economía Liberal? una Revolución debe saber a dónde va”. Entonces, recuperada la democracia ante el golpe de Estado que había paralizado el Proceso de Cambio, era importante disipar si se redefinían, anticipadamente, los contenidos ideológicos del tiempo reconstituido o, si de manera contraria, era prudente esperar que los sucesos siguientes y venideros detallen su nueva dimensión. Pero si ambos elementos y condiciones vivieron indeterminados, confusos y abstractos, la posibilidad de derechizar las prácticas y las formas del proceso político y social se podría decir que era inevitable. La derechización no es una cuestión discursiva, pues desde la sola palabra se es un día revolucionario y otro libertario. La complejidad está en la consecuencia del pensamiento anclado a una línea conductual que configura la filosofía política de cada actividad humana, de cada actor político.

¿Cuánto es el tiempo de solidez y resistencia en el que puede extenderse un proceso revolucionario? o ¿cuánto podría perdurar el Proceso de Cambio sin transformarse en un hecho burocratizado y signado por las luchas de poder que lo desnortan y lo exponen a una derechización sin punto de retorno? Las revoluciones, los adelantos del progresismo y los procesos de transformación profunda no son únicamente el frenesí y el idilio de un tiempo a veces breve, pues sigue a ello el otro tiempo, el de la radicalidad, del hacer cara y resistir a las fuerzas contrarrevolucionarias, pero después qué, ¿administrar? ¿gestionar? ¿construir enemigos indefinidamente, o idolatrar unas referencias inveteradas? Si no se construye con consistencia ideológica, son las pulsiones ingobernadas de las ambiciones políticas y los dogmas quienes toman la iniciativa. La ideología es buena en cuanto expresa un sentido de hacia dónde caminar. Una sociedad confrontada desde su primer signo vital, requiere instalar una idea de humanismo posible, de libertad comprometida y aprecio por el otro, para así estructurarse y saberse sujeto mismo de su realidad emancipada.

Hoy, con una asombrosa volatilidad, los hechos están señalando los contenidos del Proceso de Cambio, con prácticas de odio, intolerancia y desprecio entre quienes declamaron desterrar toda forma de hostilidad. El Proceso de Cambio está dejando de ser un proceso y tampoco conlleva ya el cambio. Se empuja el personalismo enfurecido sin comprender lo colectivo de su construcción y acumulación en distintas temporalidades. Se olvida que la construcción del Estado Plurinacional fue una obra coral, el producto de un colectivo, que colocó a Morales en el vértice de la pirámide, pero que se soportaba sobre una base precisamente colectiva. Ese colectivo hoy se enfrenta y desgarra con prácticas que son propias de la derecha más exaltada e intransigente.

El histórico antagonismo con aquellos sectores de hegemonías dominantes se constituyó finalmente en el factor de cohesión que posibilitó la transformación de movimientos sociales a movimiento político, a opción de poder y finalmente, a modelo de poder socio estatal. Derrotado entonces el primer antagonismo en el tiempo del Proceso de Cambio y construcción del Estado Plurinacional, este segundo momento va configurándose como un proceso des-histórico y des-socializado, lo que es igual a decir, separado y apartado de las formas de su conceptualización primigenia y del entorno global actual. Allí, la necesitada unidad histórica que revierta el final de ciclo ha sido relevada por una incomprensible amplificación de la frontera de adversarios internos en la lógica fratricida del “tú” contra “él” dentro del espectro “nosotros”. Es tan totalizante este nuevo antagonismo que la agresión empieza a mostrar sus costuras autoritarias y antidemocráticas. Su intensidad, sin signos visibles de agotamiento, ha desconectado el proceso y las utopías del todo social.

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Steve Bannon, ideólogo de la extrema derecha norteamericana y vinculado con el trumpismo, entusiasta partidario del caos, la confusión y la desinformación, sentencia sin escrúpulos y exquisiteces, que lo importante es “inundar todo de mierda”, contar con un constructo discursivo mediático de anarquía extrema donde lo fundamental e importante convive y se mezcla con lo banal y accesorio, permaneciendo allí por espacios prolongados, siempre en la primera fila del debate público y al lado de lo que es urgente para el Estado. Se quiere una sociedad estresada, ansiosa, molesta, irritada hasta crear un nuevo ecosistema que impida responder por las cuestiones centrales. El caos absoluto con enemigos diarios, antagonismo extremo e ideología vacía y con la vista siempre impertérrita en el proceso electoral del 25.

El ciclo social popular se cierra y agota pues las demandas centrales han dejado de ser estructurales e históricas para ser sucedidas por simples peticiones convencionales. La cuestión movilizadora ya no es la inclusión popular y el reconocimiento de una sociedad civil marginada y periférica, se va construyendo así la lógica corriente del poder político convencional, con prácticas derechizadas que, por supuesto, no tienen esencia transformadora, menos aún, un hálito revolucionario.

En el poco tiempo que resta y con todo destrozándose, Martí de nuevo: “Por ley de historia, un perdón puede ser un error, pero una venganza es siempre una infelicidad. La conciliación es la ventura de los pueblos”.

 (*)Jorge Richter Ramírez es politólogo

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Polémica sobre los vocales electorales

Más elementos para el debate en torno a la institucionalidad del Estado plurinacional.

Sala Plena del TSE junto a vocales departamentales.

Por Carlos Bellott

/ 5 de mayo de 2024 / 06:24

Dibujo Libre

El 14 de abril, Israel Quino Romero publicó un artículo, en el suplemento Animal Político de LA RAZÓN, afirmando que la sustitución de una vocal del Tribunal Supremo Electoral (TSE) fue constitucional. Dedico el presente aporte a refutar esa posición.

El autor de dicha publicación dice que la sustitución “no es inconstitucional (lamentablemente)”, debido a que, según él, se trata del ejercicio “de una prerrogativa constitucional”, que responde únicamente a “la voluntad del dignatario de Estado”. Para sustentar esta afirmación, cita lo que la Constitución (CPE) y la Ley 018 mandan al respecto: que le corresponde al Presidente designar a un/a vocal para el TSE (CPE, arts. 172.21 y 206.III; Ley 018, art. 13.1).

Lo que olvida Quino es que la administración pública se rige por el principio de legalidad (CPE, art. 232). Esto se inventó con el propósito de limitar el ejercicio del poder de los gobernantes. Por eso funciona a la inversa del principio de libertad, ese que dice que “lo que no está prohibido está permitido” (CPE, art. 14.IV). Esto aplica únicamente para los ciudadanos. Por el contrario, para quienes ejercen el poder público, lo que la Constitución y las leyes no habilita está prácticamente prohibido. El presidente Arce lo sabe. Cuando fue ministro de Economía y Finanzas Públicas, esta cartera de gobierno publicó un libro titulado “Principios del Derecho Administrativo” (2013), donde entendió al principio de legalidad en ese sentido: “los ciudadanos y, en general, los sujetos privados, pueden hacer todo aquello que la Ley no les prohíbe, en tanto que la Administración necesita una habilitación legal para adoptar una actuación determinada, es decir, puede hacer únicamente aquello que la Ley le permite” (pág. 3).

Por lo mismo, para que el Presidente pueda destituir vocales electorales designados por él tendría que tener una atribución expresa asignada por la propia CPE. De no ser así, implica que no tiene potestad, sino únicamente para designar. No la tiene no porque se olvidaron establecerla, sino porque los órganos de los gobiernos funcionan bajo el principio de independencia (CPE, art. 12.I). En este marco, si bien extrañamente el Presidente del Estado tiene la prerrogativa de designar a un vocal para el TSE, no la tiene para poder destituirlo. De tenerla, sería una clara permisibilidad de la cooptación política, por lo que el vocal se constituiría prácticamente en un funcionario dependiente del Presidente, y tendría que acatar todas las órdenes de este. De no hacerlo, se lo sustituiría por otro que esté dispuesto a seguir instrucciones políticas. Esta forma, debido a que iría contra la independencia de órganos, sería inconstitucional. Por esta misma razón, la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP), que designa a los demás vocales electorales, no tiene la posibilidad de destituirlos. En la lógica del autor rebatido, quien tiene la atribución de designar tiene automáticamente también la atribución de destituir. Al parecer a eso él le llama prerrogativa. Bajo esa lógica, todos los vocales podrían ser destituidos, ya que también la ALP tendría tal potestad respecto de los que designa. Los vocales designados por el presidente, así como los por la ALP, gozan de “inamovilidad durante todo el período” (Ley 018, art. 20) que es de seis años (CPE, art. 206.II).

Sobre eso, todas las designaciones de vocales electorales hechas por los presidentes desde 2009 son inconstitucionales, por no cumplir con la “convocatoria pública previa, y calificación de capacidad y méritos a través de concurso público”, como manda la CPE (art. 206.IV); al igual que lo son todas las destituciones realizadas por el presidente Arce, recientemente y en 2020. Es más, tales actos son en realidad delitos de resoluciones contrarias a la Constitución y a las leyes (Código Penal, art. 153). No obstante, la irregularidad en la designación únicamente afecta a quien designa y no al designado, ya que este último no es el que toma la decisión.

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Finalmente, la forma de destitución es de fábula, pues cometieron errores que se esperarían de un estudiante y no del Gobierno más grande del país, que tiene la capacidad de financiar excelentes asesores jurídicos. Únicamente las normas abstractas se derogan o abrogan, debido a su vigencia permanente. Los actos administrativos (decisiones concretas) —como son las designaciones—, en cambio, dejan de tener vigencia en el momento en que se ejecutan, en el caso de los vocales, al momento de asumir el cargo mediante la posesión. En caso de que se pretenda destituir, corresponde otro acto administrativo: el de destitución. Por eso, en cargos subalternos existe el memorando de nombramiento y el de despido. Por lo mismo, no puede un decreto presidencial destituir a alguien mediante el mecanismo de la abrogación del decreto de designación, porque este ya no se encuentra en vigencia. Eso sería como pretender matar algo ya muerto. En ese entendido, tiene lógica el discurso de la doble designación de vocal electoral por el Presidente para el TSE, ya que la vocal Chuquimia, designada en 2021, en realidad nunca fue destituida.

Por último, la vocal sustituida podría impugnar administrativamente, y solicitar tutela jurisdiccional de su derecho a continuar en el cargo. Si bien es posible que los tribunales ordinarios y el Constitucional, todos hoy políticamente cooptados, podrían no ayudarle y, por el contrario, posiblemente más bien respaldarían las decisiones del Presidente, difícilmente podrían cooptar a los sistemas internacionales de los derechos humanos, por lo que, al final, si bien por los tiempos que tardan los fallos no lograría una restitución en el cargo, obtendría una muy buena indemnización. En su caso, los responsables, como el Presidente y sus asesores, serían sujetos de acciones de repetición para reponer todo el dinero que el Estado boliviano pague para indemnizar. Esto no sólo sería bueno para la afectada, sino también para la independencia del Órgano Electoral: dejaría claro que el Presidente no puede destituir vocales electorales.

(*)Carlos Bellott es constitucionalista

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