¿Por qué asesinaron a Luis, Marcelo y Carlos?
La Comisión de la Verdad jaló uno de los hilos de una investigación todavía inconclusa.
DIBUJO LIBRE
La Comisión de la Verdad de Bolivia reveló que el asesinato de Luis Espinal Camps, Marcelo Quiroga Santa Cruz (MQS) y Carlos Flores Bedregal respondió a intereses políticos de Hugo Banzer Suárez y fue ejecutado por órdenes de Luis García Meza. Antes, ninguna investigación había encontrado esta vinculación criminal de julio 1980.
El destino de los restos de MQS es un misterio que reflota de un momento a otro con algún hecho noticioso, como ahora con la recaptura de El Killer (Felipe Froilán Molina Bustamante, exmilitar, paramilitar y seguridad personal de los esposos Banzer Prada).
La versión construida por la Comisión, a fuerza de voluntad, escuchando testigos, analizando archivos secretos del Ejército y revisando publicaciones del más variado origen, fue expuesta el martes 22 de febrero durante la presentación de la Memoria Histórica de las Investigaciones Dictaduras 1964-1982 de la Comisión de la Verdad.
Luis Espinal (Director del Semanario Aquí), Marcelo Quiroga Santa Cruz (líder del PS-1) y Carlos Flores Bedregal (diputado suplente de la UDP) formaron un triángulo confidencial dedicado a acopiar y organizar valiosa información documentada que sustentaba el juicio de responsabilidades a Banzer (1971-1978), por una serie de delitos como traición a la patria, enajenación de los recursos naturales, crímenes de lesa humanidad, entre otros.
A decir de García Meza, el juicio no le dejaba dormir a Banzer y por eso era uno de los más interesados en apresurar el golpe de julio de 1980 a fin de eliminar todo obstáculo político que impida su retorno al poder en el futuro.
El mismo día del sangriento golpe garciamecista, un comando paramilitar tomó sin tiros, escándalo ni forzar cerraduras, la oficina de MQS en el Parlamento; de ahí se llevó 12 voluminosas carpetas que contenían documentos acopiados por el triángulo de víctimas.
Luis Espinal fue asesinado con 18 balas blindadas (en marzo de 1980), como preludio de la asonada militar de corte fascista; quizá ya estaba señalado desde cuando el primer número de Aquí (marzo 1979) lo dedicara a Banzer y sus afanes golpistas y antidemocráticos.
MQS y Flores Bedregal cayeron en el asalto armado a la COB (julio de 1980). De ambos se tejieron una serie de hipótesis sobre el final de sus restos; del líder socialista se dijo que fue herido en la COB, torturado y rematado en el Estado Mayor del Ejército, y del joven diputado que murió de un tiro a quemarropa cuando protegía a MQS; y que ambos cuerpos fueron incinerados sin éxito y trasladados en un avión particular a la hacienda El Potrero en San Julián (Santa Cruz) de propiedad de Banzer.
Las investigaciones llevaron a la Comisión de la Verdad, según expuso su secretario ejecutivo, Fernando Rodríguez, a que en el avión que llegó de Santa Cruz no se llevaron restos humanos sino la documentación saqueada de la oficina de MQS. Se supone que terminaron en cenizas.
La “Operación Avispón” ejecutó el asalto a la COB con los resultados conocidos y la operación de los documentos del juicio fue encargado a un grupo de confianza de Banzer: Winden Rasuk Abrene, organizador de “escuadrones de la muerte”, prefecto de Santa Cruz de la dictadura banzerista, vecino de la hacienda El Potrero y dueño del avión; y Felipe Froilán Molina Bustamante (El Killer-asesino), suboficial del Ejército, guardaespaldas de la familia Banzer Prada y condenado a 30 años de prisión.
Rasuk Abrene, según fuentes escritas, en su hacienda procesaba cocaína; nexo con el rey de la Cocaína, Roberto Suárez Gómez, fue recolector de “donaciones” para financiar el golpe de García Meza; autor intelectual de la muerte y desaparición de personas que resistieron el golpe de Banzer, finalmente fue secuestrado y desaparecido en 1984, previa “taruchada (destruido)” de su avión por narcotraficantes colombianos, esto afirmado por García Meza.
El Killer Molina fue el más escurridizo del juicio y condena a García Meza (1993). En esta sentencia penal no figura su nombre, recién en diciembre de 2007 fue condenado a 30 años por alzamiento armado, terrorismo y asesinato en grado de complicidad de MQS y Flores Bedregal.
Hasta antes de la pena impuesta, permaneció impune y nada se supo de él durante el gobierno democrático de Banzer (1997-2001) sino después de mostrarse en manifestaciones en Santa Cruz contra Evo Morales (2008), hasta que en 2016 fue capturado escondido en su casa de Cota Cota en La Paz y enviado a la cárcel de Chonchocoro; salió con detención domiciliaria en 2020 por orden de un juez de ejecución penal de La Paz y, ante dicha irregularidad, fue recapturado en febrero de este año, en la misma casa.
El Killer volvió abrir el círculo sin fin de la búsqueda de los restos de Marcelo Quiroga Santa Cruz y Carlos Flores Bedregal: “No están enterrados”, dijo camino a la prisión de Chonchocoro. Tres personas, que no mencionó, tendrían en su poder aquellos restos.
La Comisión de la Verdad cesó ya en sus funciones. Para el caso de Marcelo Quiroga Santa Cruz y Carlos Flores Bedregal, recomendó ampliar las investigaciones a las siguientes personas, que tendrían que ver con los dos crímenes: Javier Hinojosa Valdez (El Lince), por el asalto a la COB y asesinato del líder del PS-1; Raúl Solano Medina, para que declare acerca del tiro de gracia a MQS; Marcelino Fernández, exmorguero, para que diga todo lo que sabe del destino de los restos de Carlos Flores Bedregal; Gregorio Loza Balsa, exfuncionario de Operaciones Psicológicas del Departamento II del Estado Mayor del Ejército; y, Franz Pizarro Solano, presunto autor del disparo contra MQS en la COB.
Finalmente, la Comisión recomendó: “Instruir a las Fuerzas Armadas a que se involucren efectiva y eficazmente en la investigación y esclarecimiento de la muerte y destino de los restos de Marcelo Quiroga Santa Cruz”.
(*)Nicolás Fernández M. es periodista.