Michel Pinard se despidió de Bolivia
Ay! Bolivia, Dama bella/ Tierra de sol, tierra de gracia/ Por tus cerros va mi alma/ Por tus ríos corre mi vida/ Por tus plazas y por tus calles he visto bandas y bailes/ Notas alegres de guitarras/ Llantos lentos de zampoñas… Así se despidió el embajador de Francia, Michel Pinard, de esta tierra que lo acogió por tres años y ocho meses. Durante su discurso, el diplomático sacó una hoja del bolsillo de su traje y leyó el poema de su autoría titulado Saliendo de Bolivia. Las palabras fueron pocas, tal vez por la nostalgia que se notaba en su rostro. Luego de referirse a los asistentes, el anfitrión, junto a su esposa Sonia y sus dos hijos Nicolás y Maïa Luna, compartió la velada en su residencia. Al encuentro asistieron representantes del cuerpo diplomático, autoridades, algunos residentes franceses y amigos, todos para desearle éxito a Pinard, luego de haber cumplido su misión en Bolivia. Esa reunión, en la que hubieron amenas charlas, risas y anécdotas, fue la última en Bolivia antes de su partida.