La actriz, directora y educadora teatral boliviano-española conversó con mía, y no solo habló de su pasión por el teatro y de los papeles que encarna, sino de ella, al desnudo y a quemarropa…
mía— ¿Cuáles son tus proyectos?, ¿qué estás haciendo ahora?
García— Estoy por estrenar Ceremonia Sade, donde actúo y hago la asistencia de dirección a Winner Zeballos; compartiré escena con un elenco cruceño. Para 2018 se vienen películas de las que fui parte desde la dirección de casting y el couching actoral como Averno, de Marcos Loayza; Soren, de Juan Carlos Valdivia, y Fuertes, de Óscar Salazar y Franco Traverso. Igual en la serie donde hice el rol de Tania, La entrega, de Gory Patiño. También produciré una obra de Zeballos y dirigiré de nuevo una obra teatral. Y como siempre, en educación está el taller Ser y estar para la formación de jóvenes actores desde la experiencia de la palabra de la dramaturgia contemporánea y los talleres que dirijo para colegios y universidades, así como el concurso intercolegial de teatro Nutrialianza.
mía— ¿Cómo te diste cuenta de que lo tuyo era la actuación?
García— Estaba en la universidad. Tenía 17 años y sin mucha motivación por mi carrera (Comunicación), pese a que hoy trabajo mucho en esa área, un día viví una clase de teatro y ahí me di cuenta de que tenía mucho para decir y transmitir desde ese lenguaje. Fue como si me hubiese cargado de posibilidades y herramientas de las que no me había dado cuenta, pero que eran perfectas para el lenguaje escénico. Entonces pude canalizar la intensidad que sentía en ese momento y que me acompaña hasta ahora.
mía— En ciertos momentos, fuera de las tablas, ¿actúas? ¿En qué circunstancias?
García— En este momento lucho contra la palabra “actuar”. Formamos una idea de que actuar es disfrazarnos y lograr escondernos haciendo de otro, cuando en realidad la labor del intérprete es ser honesto y brindar su ser como canal para la palabra de otro. Así que pienso que hoy trato de trasladar esa honestidad a la totalidad de mi existencia.
mía—¿Cómo es ser mamá soltera exitosa?
García—Para mí el éxito es sentir que mi hijo es feliz, que mis seres queridos están bien y mis estudiantes o quienes ven mis trabajos son tocados, cuestionados, que aprendieron o crecieron desde la experiencia de cruzarse en mi camino. Sin duda, ser mamá me hizo crecer muchísimo. Entender a profundidad el regalo de la vida y el amor. La empatía, el sentir por los otros. El agradecimiento. Ser mamá soltera me dio mucha fuerza. Nunca sentí que me fuese difícil por estar sola. Hoy agradezco cómo se dieron las cosas y el amor tan especial entre mi hijo y yo.
mía— ¿Qué opinas sobre el aborto?, un tema del que hoy se habla sin tapujos, pero tiene sus adeptos y también sus detractores.
García—Yo fui víctima de un sistema judicial boliviano como muchas madres solteras. No puedo dejar de pensar en miles de personas que llegan a vivir situaciones aún más terribles por tener otras condiciones. Por eso, para mí, la problemática actual del aborto reside en que no se procuran leyes en general para que las mujeres podamos, al final de cuentas, decidir. Arrastramos como sociedad demasiadas actitudes machistas y en consecuencia las mujeres sufren cosas extremas solo por ser mujeres. Por eso creo que como sociedad deberíamos tomar parte en ayudar (a la mujer) no solo en su protección, sino en sus libertades.
mía— ¿Es fácil el amor para una actriz…?
García—Cuando pensaba que era actriz por sobre todo fue difícil, ya que yo misma no respetaba la totalidad de mí, el ser Pati. Y, mis antenas, por así decir, no captaban la frecuencia correcta. Pero, mi vida, en estos últimos tres años, ha dado la vuelta y hoy sé que el ser actriz es una herramienta maravillosa para provocar, pero también para recibir y dar amor a la vida. En fin, me he dado cuenta de que el amor es algo que está ahí para todos: es la vida misma.
mía—¿Cómo va el corazón?
García—¡Enamorada! Dichosa con mi compañero. Como suele decirse con la casa llena. La vida te lleva por caminos insospechados para sorprenderte con algo nuevo que aprender. Admiro profundamente a mi compañero, nos hace encontrar la esencia y sentir este “lo tengo todo” por lo que estoy tan agradecida.
mía—Tu mejor interpretación.
García—Cada una de las que hice en su momento, a eso apuesto, a ser transgresora de mí misma. En este momento tengo el reto de interpretar a Pati, a mí misma, en Ceremonia Sade y de hablar del amor desde mi historia de amor. Espero esta sea la siguiente mejor interpretación.
mía—¿Cuál es tu mayor sueño?
García—La familia, siempre lo fue. La casita con mi pareja, niños, perros y ver a todos crecer. Hoy ya no es un sueño. Somos seis en casa y todos sanos, una bendición. Entonces sería que mi familia, ya esparcida por el mundo, se reúna seguido.
En lo profesional, seguir formando generaciones, saber que di continuidad al arte de la interpretación y al aprendizaje de sí mismos.
mía— El papel que nunca harías…
García—Lo único que no haría es maltratar a un animal, por ejemplo… El trabajo artístico siempre queda impregnado de algo mío y algo de ello queda en mi ser. Como decía Charlotte, un personaje que hice: “Son mis principios”, y ellos están ahí más allá de que como artista busco ampliar mis fronteras morales, huir del juzgar y de los límites conmigo misma.
mía— ¿Tu físico… tu rostro y cuerpo te ayudan en tu carrera?
García—No creo que la palabra sea ayudar… Trabajo con quien yo soy y hago una radiografía constante de mí misma, de adentro y afuera. Estoy encantada con mi ser externo. Es fuerte, plástico y generoso. Tengo una conexión con mi cuerpo que me permite traslucir en él, los cambios internos, la base para interpretar.
mía— Tu mejor tip de belleza.
García—Huyo del maquillaje y de las secadoras en el día a día.
mía— Un ritual al salir a escena…
García— Agradecer al teatro donde voy a actuar, al público por confiar, a los compañeros por compartir, al director por la oportunidad y a Dios por poner en mi camino, como forma de vida, algo que me apasiona tanto y me lleva a enfrentarme diariamente con el reto de seguir creciendo.
Fotos: Julio González
La actriz, directora y educadora teatral boliviano-española conversó con mía, y no solo habló de su pasión por el teatro y de los papeles que encarna, sino de ella, al desnudo y a quemarropa…
mía— ¿Cuáles son tus proyectos?, ¿qué estás haciendo ahora?
García— Estoy por estrenar Ceremonia Sade, donde actúo y hago la asistencia de dirección a Winner Zeballos; compartiré escena con un elenco cruceño. Para 2018 se vienen películas de las que fui parte desde la dirección de casting y el couching actoral como Averno, de Marcos Loayza; Soren, de Juan Carlos Valdivia, y Fuertes, de Óscar Salazar y Franco Traverso. Igual en la serie donde hice el rol de Tania, La entrega, de Gory Patiño. También produciré una obra de Zeballos y dirigiré de nuevo una obra teatral. Y como siempre, en educación está el taller Ser y estar para la formación de jóvenes actores desde la experiencia de la palabra de la dramaturgia contemporánea y los talleres que dirijo para colegios y universidades, así como el concurso intercolegial de teatro Nutrialianza.
mía— ¿Cómo te diste cuenta de que lo tuyo era la actuación?
García— Estaba en la universidad. Tenía 17 años y sin mucha motivación por mi carrera (Comunicación), pese a que hoy trabajo mucho en esa área, un día viví una clase de teatro y ahí me di cuenta de que tenía mucho para decir y transmitir desde ese lenguaje. Fue como si me hubiese cargado de posibilidades y herramientas de las que no me había dado cuenta, pero que eran perfectas para el lenguaje escénico. Entonces pude canalizar la intensidad que sentía en ese momento y que me acompaña hasta ahora.
mía— En ciertos momentos, fuera de las tablas, ¿actúas? ¿En qué circunstancias?
García— En este momento lucho contra la palabra “actuar”. Formamos una idea de que actuar es disfrazarnos y lograr escondernos haciendo de otro, cuando en realidad la labor del intérprete es ser honesto y brindar su ser como canal para la palabra de otro. Así que pienso que hoy trato de trasladar esa honestidad a la totalidad de mi existencia.
mía—¿Cómo es ser mamá soltera exitosa?
García—Para mí el éxito es sentir que mi hijo es feliz, que mis seres queridos están bien y mis estudiantes o quienes ven mis trabajos son tocados, cuestionados, que aprendieron o crecieron desde la experiencia de cruzarse en mi camino. Sin duda, ser mamá me hizo crecer muchísimo. Entender a profundidad el regalo de la vida y el amor. La empatía, el sentir por los otros. El agradecimiento. Ser mamá soltera me dio mucha fuerza. Nunca sentí que me fuese difícil por estar sola. Hoy agradezco cómo se dieron las cosas y el amor tan especial entre mi hijo y yo.
mía— ¿Qué opinas sobre el aborto?, un tema del que hoy se habla sin tapujos, pero tiene sus adeptos y también sus detractores.
García—Yo fui víctima de un sistema judicial boliviano como muchas madres solteras. No puedo dejar de pensar en miles de personas que llegan a vivir situaciones aún más terribles por tener otras condiciones. Por eso, para mí, la problemática actual del aborto reside en que no se procuran leyes en general para que las mujeres podamos, al final de cuentas, decidir. Arrastramos como sociedad demasiadas actitudes machistas y en consecuencia las mujeres sufren cosas extremas solo por ser mujeres. Por eso creo que como sociedad deberíamos tomar parte en ayudar (a la mujer) no solo en su protección, sino en sus libertades.
mía— ¿Es fácil el amor para una actriz…?
García—Cuando pensaba que era actriz por sobre todo fue difícil, ya que yo misma no respetaba la totalidad de mí, el ser Pati. Y, mis antenas, por así decir, no captaban la frecuencia correcta. Pero, mi vida, en estos últimos tres años, ha dado la vuelta y hoy sé que el ser actriz es una herramienta maravillosa para provocar, pero también para recibir y dar amor a la vida. En fin, me he dado cuenta de que el amor es algo que está ahí para todos: es la vida misma.
mía—¿Cómo va el corazón?
García—¡Enamorada! Dichosa con mi compañero. Como suele decirse con la casa llena. La vida te lleva por caminos insospechados para sorprenderte con algo nuevo que aprender. Admiro profundamente a mi compañero, nos hace encontrar la esencia y sentir este “lo tengo todo” por lo que estoy tan agradecida.
mía—Tu mejor interpretación.
García—Cada una de las que hice en su momento, a eso apuesto, a ser transgresora de mí misma. En este momento tengo el reto de interpretar a Pati, a mí misma, en Ceremonia Sade y de hablar del amor desde mi historia de amor. Espero esta sea la siguiente mejor interpretación.
mía—¿Cuál es tu mayor sueño?
García—La familia, siempre lo fue. La casita con mi pareja, niños, perros y ver a todos crecer. Hoy ya no es un sueño. Somos seis en casa y todos sanos, una bendición. Entonces sería que mi familia, ya esparcida por el mundo, se reúna seguido.
En lo profesional, seguir formando generaciones, saber que di continuidad al arte de la interpretación y al aprendizaje de sí mismos.
mía— El papel que nunca harías…
García—Lo único que no haría es maltratar a un animal, por ejemplo… El trabajo artístico siempre queda impregnado de algo mío y algo de ello queda en mi ser. Como decía Charlotte, un personaje que hice: “Son mis principios”, y ellos están ahí más allá de que como artista busco ampliar mis fronteras morales, huir del juzgar y de los límites conmigo misma.
mía— ¿Tu físico… tu rostro y cuerpo te ayudan en tu carrera?
García—No creo que la palabra sea ayudar… Trabajo con quien yo soy y hago una radiografía constante de mí misma, de adentro y afuera. Estoy encantada con mi ser externo. Es fuerte, plástico y generoso. Tengo una conexión con mi cuerpo que me permite traslucir en él, los cambios internos, la base para interpretar.
mía— Tu mejor tip de belleza.
García—Huyo del maquillaje y de las secadoras en el día a día.
mía— Un ritual al salir a escena…
García— Agradecer al teatro donde voy a actuar, al público por confiar, a los compañeros por compartir, al director por la oportunidad y a Dios por poner en mi camino, como forma de vida, algo que me apasiona tanto y me lleva a enfrentarme diariamente con el reto de seguir creciendo.
POR: BEATRIZ ANDRADE
fotos: Julio González