Sociedad

Sunday 28 Apr 2024 | Actualizado a 02:51 AM

El Gobierno dice que no vetará textos de lectura

Postura. Viceministro Cárdenas ya no habla de censura, pero sostiene observación

Por La Razón

/ 20 de octubre de 2010 / 05:00

El Ministerio de Educación desmintió que se pretenda prohibir la lectura de algunos textos en la currícula escolar. Por el contrario, convocó a los actores educativos y sectores sociales a ser parte de la construcción de la nueva educación.

«Quiero establecer que las políticas educativas de la actual gestión y que se están proyectando en la Ley Avelino Siñani y Elizardo Pérez y en el nuevo currículo educativo parten en el principio de la no prohibición de textos de literatura boliviana», aclaró ayer el ministro de Educación, Roberto Aguilar, en conferencia de prensa.

El lunes, el viceministro de Descolonización, Félix Cárdenas, sostuvo que en Bolivia aún se lee «Raza de Bronce, que es el libro más racista posible y sigue siendo el libro base de lectura, y que la educación fomenta el colonialismo». Un día después, Aguilar explicó que los contenidos de los libros en las unidades educativas deben ser interpretados a partir de un pensamiento «crítico e (deben) incluir en el contexto la orientación».

La autoridad agregó que el debate generado por la aseveración de su colega «no es el correcto, pero sí consideramos que el nuevo currículo educativo incorpore aquellos aspectos que reivindiquen los nuevos componentes que están plasmados en la nueva Constitución».

Para lograr el objetivo, el ministro aseguró que para la construcción del nuevo currículo se convocará a todos los actores educativos y sociales, para que participen en la elaboración de la base del nuevo proceso educativo.

En la misma línea, el viceministro Cárdenas declaró ayer a La Razón que ningún libro será prohibido, pero reivindicó su postura anticolonial. «Eso no quiere decir que se censura, la lectura es universal, pero lo que sí es responsabilidad del Gobierno es incorporar en la educación una mirada más nacional y de identidad de fortalecimiento de nuestras raíces».

Para la autoridad, los libros Raza de Bronce y La Niña de sus Ojos muestran un imaginario de lo que se pretendía ser como sociedad en esa época, «es racismo puro». Ratificó que en el proceso de descolonización, se trabajará en la construcción de una nueva currícula escolar.

«Lamentablemente todos los autores siempre se han basado en construir un imaginario occidental. Ahora se trata de convocar a escritores contemporáneos a que aporten en una nueva forma de ver el país».

Posición del ministerio de educación

-La cartera de Educación publica un comunicado. «Se deja establecido los principios esenciales de respeto entre los seres humanos, entre los bolivianos y fundamentalmente el respeto a las expresiones culturales».

-«La interculturalidad es un principio educativo y estará plasmada en la nueva ley educativa y en el nuevo currículo educativo», señala la nota del Ministerio de Educación.

Dos literatos cuestionan

Para dos literatos, el intento de prohibir la lectura de tres novelas en el currículum educativo es una medida antidemocrática y que atenta contra la cultura nacional.

Para Juan Carlos Orihuela, actual director de la Carrera de Literatura de la UMSA, esta propuesta «asemeja a una medida de la inquisición». Considera que es una idea errónea, ya que «no se debe eliminar la literatura de la educación» y «no debe evaluarse desde una perspectiva política ideológica». El director explica que si bien las novelas tienen un trasfondo social, no son un reflejo de la realidad.    

De igual forma, Guillermo Mariaca Iturri, literato y ex director de la carrera, asegura que «lo fundamental (del proyecto) radica en pretender extirpar la imaginación y sus mejores tradiciones». También considera que «hoy, una vez más, un grupículo desesperado por construir un poder absoluto confía en producirlo ordenando una nueva quema de libros».

Ambos agregaron que las novelas en cuestión (Raza de Bronce, Pueblo Enfermo y La Niña de sus Ojos) son importantes muestras de la literatura nacional del siglo XX que responden a una época y situación específicas.

Los libros cuestionados por Cárdenas

LA NIÑA DE SUS OJOS
La obra pertenece al historiador costumbrista Antonio Díaz Villamil, fue presentada en el año 1919. En el libro se relata la historia de una joven con sangre aymara que, en sus deseos de superación personal, reniega de su pasado indígena y termina siendo rechazada por un pretendiente cuando él se entera de su raíz. Aún se lee en algunos colegios.
RAZA DE BRONCE
La obra pertenece al historiador Alcides Arguedas y fue presentada en el año 1947. Narra las penurias de los indígenas del altiplano boliviano, quienes sufren la opresión de sus hacendados blancos. La indígena Wara Wara, personaje central de la trama, es violada y asesinada, por mestizos y luego por sus patrones, luego desencadena una sublevación de indígenas.
PUEBLO ENFERMO
También es una obra de Alcides Arguedas publicada en 1975. Se describe de una manera especial la subordinación de los indios a las ambiciones y apetitos personales de sus hacendados. También realiza comparaciones entre el indio, el mestizo y el blanco. Además, habla de la psicología y la forma de pensamiento de la población en Bolivia.

Defienden derecho a leer
La ex ministra de Educación Magdalena Cajías manifestó en el programa No Mentirás que «la transformación curricular se tiene que manejar con mucho cuidado y no tomar medidas incorrectas. La lucha contra el racismo no se la combate con prohibiciones, principalmente en el pensamiento, se la tiene que combatir con generación de valores y educación. Cada ser humano tiene derecho de leer cualquier libro y escoger el pensamiento que le conviene».

Se objeta el vetar una obra
El escritor uruguayo y nacionalizado boliviano Emilio Martínez, autor del libro Ciudadano X; La historia secreta del evismo, crítico con el proyecto político liderado por el Mandatario. Opinó, según la agencia EFE, que vetar novelas clásicas como Raza de Bronce, del historiador Alcides Arguedas, sería «un disparate mayúsculo», pues, dijo, «es en realidad una denuncia sobre la trágica condición del pueblo aymara, al que pertenece el Presidente».

Las firmas llegan a 300 mil
Casi 300.000 ciudadanos estamparon sus firmas en unos 100 libros notariados abiertos y distribuidos en las ciudades de los nueve departamentos del país para revertir los artículos 16 y 23 de la Ley Antirracista. El secretario de la Asociación Nacional de la Prensa, René Carvajal, informó que este jueves se realizará una reunión de evaluación de la campaña de firmas y definir nuevas estrategias para llegar a cumplir con el millón de adhesiones.

Definen recurso contra ley
La diputada opositora Norma Piérola (CN) anunció ayer que hasta fin de mes una comisión de asambleístas viajará a EEUU a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para denunciar la inconstitucionalidad de los artículos 16 y 23 de la Ley Antirracismo, al considerarlos violatorios de la libertad de expresión. «Pediremos que como medida precautoria suspendan la aplicación de estos artículos hasta que la Corte no se pronuncie», dijo.

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¿EJ en septiembre?

Por La Razón

/ 28 de abril de 2024 / 00:18

Renovadas acciones de amparo y medidas cautelares están paralizando nuevamente y dejan en incertidumbre las Elecciones Judiciales (EJ). Según lo establecido en la ley transitoria, este 5 de mayo debe concluir la fase de preselección de postulantes en la Asamblea Legislativa Plurinacional. Y el TSE anunció que la votación popular sería en septiembre. Hay duda sobre tales plazos.

Desde hace un año, el proceso electoral para renovar el Órgano Judicial y el Tribunal Constitucional está a la deriva. Según el mandato constitucional, las elecciones debieron realizarse en 2023. Pero políticos y operadores del sistema, en especial del TCP, se encargaron de frenar, congelar y a la postre postergar la elección. Como no se eligieron nuevas autoridades, los actuales magistrados (cuyo mandato ya se cumplió) decidieron autoprorrogarse. Fue como un guion escrito desde el principio para boicotear el proceso.

Como efecto de un bloqueo de caminos realizado en enero, finalmente la bancada oficialista en la Cámara de Diputados viabilizó las truncadas elecciones. Se aprobó entonces una ley de consenso que trazó la ruta, sus fases y los plazos tanto para la preselección a cargo de la ALP como para la votación bajo responsabilidad del TSE. Así, se publicó la convocatoria, se recibieron más de 700 postulaciones, se verificaron requisitos y se resolvieron las inhabilitaciones. Hasta ahí todo conforme a lo previsto.

En medio de la evaluación de méritos, incluida una prueba de conocimientos, varios postulantes inhabilitados por incumplir requisitos activaron demandas en la justicia para la reconsideración de sus casos. Todas esas acciones prosperaron dejando en suspenso el proceso de preselección de postulantes. Y el plazo corre. Luego de calificar los méritos, la Comisión Mixta de la Asamblea debe aprobar su informe, que será la base para la elección, por dos tercios, en sesión plenaria. Queda solo una semana.

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Es evidente que algunos actores políticos y operadores judiciales están empeñados en frenar sin fecha, nuevamente, las elecciones judiciales. Sería desastroso para la institucionalidad en el país en un contexto de alta desconfianza y de crisis. Por ello es sensato que la Comisión Mixta retome el proceso desde mañana. Tampoco sería una buena señal que se amplíen los plazos, ya que ello implica postergar la votación popular (quizás hasta octubre, lo que se superpone con las elecciones primarias).

Todos sabemos que las elecciones judiciales no solucionan la crisis del sistema de administración de justicia, pero al menos implican cumplir la Constitución y evitar que los autoprorrogados continúen degradando aún más el Estado de Derecho con sus decisiones a la carta. Por ello es fundamental que la ALP culmine pronto su trabajo de preselección con voluntad política y madurez democrática. Luego será el turno de la ciudadanía en las urnas. Y seguirá en agenda la cada vez más urgente reforma estructural del sistema.

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Un asunto oscuro

Según la presidenta ejecutiva de YLB, la acusación fue fruto de una investigación técnica realizada a lo largo de dos años

Por La Razón

/ 25 de abril de 2024 / 06:59

La todavía incipiente industria del litio en Bolivia no puede salir de las sombras. Al violento arresto del exministro de Minería y exresponsable de la planta en la región de Lípez en Potosí, Luis Alberto Echazú, se ha sumado, ayer, la muerte del exgerente ejecutivo de Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB). El tema se ha politizado y, ahora, judicializado, pero del negocio no hay más que promesas.

Los contornos del caso, la actuación presuntamente arbitraria e irregular de la Fiscalía el lunes, según denuncia del abogado de Echazú, así como las declaraciones de jerarcas y portavoces del ala evista del MAS, hacen pensar en intereses políticos ligados a la sorda pelea por el poder en el partido gobernante antes que en aquellos ligados al efectivo despegue de la industria del litio en el país. El intercambio de acusaciones, con y sin fundamento, en nada ayuda a reactivar el proyecto.

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El tono y el contenido de una “carta abierta” firmada por el exgerente de YLB, Juan Carlos Montenegro, otro de los imputados, antes de morir (incluyendo una última línea en la que pide perdón a sus seres queridos por el “dolor” que les causará “esta mi decisión”), hace pensar en que detrás de la acusación hecha el jueves de la semana pasada por la actual gerente del proyecto y el procurador del Estado, además de la sorprendentemente rápida actuación del Ministerio Público, hay mucho más que la búsqueda de justicia o de castigo a la corrupción.

Según la presidenta ejecutiva de YLB, la acusación fue fruto de una investigación técnica realizada a lo largo de dos años, asunto del cual ni ella ni su antecesor habían dicho nada anteriormente. Al ser conducido a celdas policiales, el exministro, ahora en detención domiciliaria, afirmó que “el Gobierno quiere ocultar tres años y medio” de parálisis en el que debería ser el proyecto más importante del Estado Plurinacional en los últimos años.

Coincidiendo con la denuncia de YLB contra exfuncionarios de la institución, el mismo día, el Presidente del Estado acusó a “potencias mundiales” y un “país vecino” de pretender controlar los recursos naturales del país, especialmente el litio, bloqueando las exportaciones y excluyendo a Bolivia en procesos estratégicos de comunicación. A la luz de lo sucedido en los últimos años, es evidente que el principal obstáculo está en el Estado y no fuera de las fronteras.

Mientras Chile se abre a las inversiones de riesgo compartido y se propone recuperar el sitial de primer exportador de litio en el mundo en los próximos dos años, y el presidente de Argentina busca entregar las reservas de su país a las transnacionales del sector, Bolivia todavía no ha mostrado cuál es su estrategia de industrialización y comercialización del preciado mineral, al extremo que ni siquiera ha transparentado los acuerdos (no contratos) que tiene con empresas chinas y rusas. Así, es imposible tener optimismo en el futuro del litio.

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Ley ‘antihombres’

Los datos son innegables y terribles: la violencia contra las mujeres, lejos de disminuir, persiste e incluso aumenta.

Por La Razón

/ 21 de abril de 2024 / 00:27

La penosa declaración del presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, en sentido de que la Ley 348 es una ley “antihombres” (sic), puso en agenda la cuestión irresuelta de la violencia contra las mujeres. Rodríguez recibió fuertes críticas, pero también adhesiones. Lo preocupante es que fomenta a grupos antiderechos y pone en riesgo una norma que protege a las mujeres.

 La ley integral para garantizar a las mujeres una vida libre de violencia (Ley 348) fue promulgada por el presidente Morales en marzo de 2013. Su objeto es establecer mecanismos, medidas y políticas integrales de prevención, atención, protección y reparación a las mujeres en situación de violencia, así como la persecución y sanción a los agresores. Se trata de una ley avanzada, resultado de muchos años de lucha de las mujeres por sus derechos en una sociedad patriarcal y machista como la boliviana.

En 11 años de vigencia, la Ley 348 permitió el registro de centenas de miles de denuncias de violencia contra mujeres en el país. Según datos del Observatorio de Género de la Coordinadora de la Mujer, el año pasado hubo casi 52.000 denuncias. Los casos de violencia familiar o doméstica, que son la mayoría, se incrementaron en 193% entre 2013 y 2023. Cada día, en promedio, hay 142 denuncias de violencia contra mujeres, 30 agresiones sexuales, 104 embarazos de niñas y adolescentes. En 2023 se registraron 81 feminicidios.

Los datos son innegables y terribles: la violencia contra las mujeres, lejos de disminuir, persiste e incluso aumenta. Por ello son deplorables afirmaciones tan ligeras como que la Ley 348 es una “ley antihombres” o, peor, que “la violencia no tiene género”. Si bien existen acusaciones falsas contra hombres, e incluso detenciones arbitrarias presumiendo culpabilidad, ello no atenúa ni menos niega la abrumadora evidencia de que las mujeres son las victimas sistemáticas de actos de violencia en todas sus formas.

En su capítulo de derechos fundamentales, la Constitución señala con claridad que “todas las personas, en particular las mujeres, tienen derecho a no sufrir violencia física, sexual y psicológica”. Y establece que el Estado tiene la obligación de adoptar las medidas necesarias para prevenir, eliminar y sancionar la violencia de género.

Con ese mandato constitucional, la Ley 348 define mecanismos para proteger a las mujeres. Y traza la ruta para la denuncia, persecución y sanción penal de los agresores.

Es evidente que se requiere una reforma normativa y hay valiosas propuestas para el efecto. Pero sobre todo fallan los operadores del sistema judicial. Claro que debe evitarse que haya hombres inocentes en prisión, pero sobre todo que los feminicidas y violentos estén libres. Las polémicas palabras del presidente del Senado tendrían que servir para debatir el tema, mejorar la ley, garantizar en serio para las mujeres una vida libre de violencia y frenar las muy peligrosas campañas antiderechos.

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Un vecino conflictivo

El gobierno de Milei podría estar buscando consolidar su base política mediante el nacionalismo y el anti-izquierdismo

Por La Razón

/ 18 de abril de 2024 / 07:06

Días atrás, la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, informó que había decidido reforzar la seguridad en la frontera con Bolivia debido a la supuesta presencia de cientos de militares iraníes en el país. La respuesta de la Cancillería boliviana fue tan rápida como mesurada, en evidente contraste con el tono que está adoptando el gobierno de Javier Milei.

Desde el inicio, la presidencia de Javier Milei ha sido notable no solo por sus políticas internas de shock, sino también por su manejo de las relaciones internacionales, especialmente con países latinoamericanos de gobiernos considerados izquierdistas. Sus controversiales interacciones con líderes regionales han generado un amplio debate sobre las estrategias diplomáticas y sus implicaciones tanto a nivel regional como doméstico.

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Primero, el intercambio de insultos con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, provocó una rápida escalada de tensiones que afortunadamente no pasaron a más. Milei respondió a las críticas de López Obrador, quien había tildado a Milei de “facho conservador”, con términos igualmente duros, exacerbando las fricciones bilaterales. Este tipo de diplomacia de confrontación no solo socava las relaciones tradicionalmente cordiales entre Argentina y México, sino que también plantea preguntas sobre la estabilidad regional.

Por otra parte, las relaciones con Colombia se tensaron significativamente después de que Milei llamara al presidente Gustavo Petro «comunista asesino». Esta declaración provocó una pronta respuesta diplomática de Colombia, incluyendo el llamado de su embajador en Buenos Aires, lo cual subraya la seriedad del conflicto y el impacto en las relaciones diplomáticas; por ahora las relaciones entre ambos países están normalizándose y los respectivos embajadores han regresado a sus funciones.

Asimismo, la afirmación de la ministra Bullrich sobre la presunta presencia de militares iraníes en Bolivia añadió más leña al fuego, mostrando una tendencia hacia declaraciones provocativas que pueden tener serias repercusiones diplomáticas y de seguridad. Algo similar había ocurrido poco antes, cuando el presidente Milei afirmó que el gobierno de Chile iba a llevar a ese país a la pobreza por adoptar políticas socialistas. En ambos casos la respuesta fue pronta, mesurada y contundente.

En el frente interno, estas controversias internacionales parecen servir como una cortina de humo para desviar la atención de los problemas económicos graves que enfrenta Argentina, como la inflación y el estancamiento económico. Al centrarse en conflictos externos, el gobierno de Milei podría estar buscando consolidar su base política mediante el nacionalismo y el anti-izquierdismo, mientras posterga o minimiza la discusión sobre la necesidad de reformas económicas internas profundas.

Es posible que las tácticas de confrontación de Milei tengan un atractivo político inmediato entre ciertos sectores en Argentina que le son afines, pero los riesgos asociados a alienar a países vecinos y potenciales socios comerciales son altos, especialmente en el mediano y largo plazos, cuando el polémico mandatario ya no esté en funciones.

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Los medios en cuestión

Por La Razón

/ 14 de abril de 2024 / 00:20

El reciente estudio Delphi de la Fundación Friedrich Ebert (FES-Bolivia), realizado con líderes de todo el país, revela datos delicados respecto a los medios de comunicación y su desempeño. Además de una baja confianza, se percibe a los medios como promotores del conflicto y como actores políticos que informan en función a su agenda e intereses. La evaluación es crítica.

Hubo un tiempo en que los medios de comunicación y periodistas, en general, estaban en la cima de la confianza ciudadana. Junto con la Iglesia Católica, tenían muy alta legitimidad. Hoy es diferente: en la Delphi de la FES, solo el 7% tiene una confianza alta o muy alta en los medios. Para el 39% es regular. Y un mayoritario 54% confía poco o nada. Estos datos debieran preocuparnos. Si bien estamos mejor que otras entidades, la confianza es un bien preciado que los medios debemos recuperar y preservar.

En un contexto en que los medios digitales y las redes sociales tienden a desplazar a los medios de comunicación tradicionales como principal fuente de información, es necesario hacer un examen acerca de nuestro desempeño. ¿Cómo nos evalúan los líderes? Más de dos tercios, nada menos, sostienen que los medios informan en función a su propia agenda e intereses. Si sumamos el 13,5% que nos perciben como manipuladores, el saldo es muy negativo. Solo un marginal 7% cree que los medios informan con veracidad.

La baja confianza en los medios y la percepción de que informan más pensando en ellos mismos que en la sociedad, quizás se explican, entre otros factores, porque varios operadores mediáticos están polarizados y alientan la polarización. Lo vimos como tragedia en la crisis de 2019, cuando algunos medios y periodistas avalaron y hasta justificaron las masacres. Ello se reafirma en la Delphi: 86% de los líderes consultados sostienen que los medios promueven enfrentamientos y conflictos en el país.

Por si fuera poco, en estas percepciones reveladoras de la situación del campo mediático en Bolivia, casi nueve de cada 10 participantes en el estudio de la FES están de acuerdo con la afirmación de que los medios actúan como si fuesen actores políticos. Es tremendo. Para los liderazgos, la esencia de los medios se está perdiendo. En su balance, varios medios y periodistas están más cerca de la acción política que de la labor informativa. Eso, por supuesto, va en desmedro del periodismo.

Los estudios de percepción cualitativa y de opinión pública expresan tendencias generales en momentos determinados. Son útiles para la reflexión y el análisis. Y contribuyen a la autocrítica. Pero hay diferencias. Más allá de las percepciones aquí descritas, es meritorio el trabajo de medios que persisten en el empeño de cuidar y cultivar cada día los derechos a la comunicación e información. Como diario nos situamos en ese camino reafirmando nuestro compromiso con el libre ejercicio del oficio periodístico.

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