870 atrapados en el norte piden ayuda
Son tres las comunidades aisladas por el agua en la vía a Riberalta. Los afectados no tienen combustible para cocinar. Los viajeros intentan salir a pie

Desde hace 11 días, al menos unas 870 personas están atrapadas en el tramo El Toro-Río Yata de la carretera La Paz-Riberalta, debido a la crecida de ese río que dejó intransitable esa carretera.
El alcalde de Santa Rosa, Javier Nogales, comentó que tal es la cantidad de agua que las lanchas pasan con tranquilidad encima de la carretera que no se ve y está sumergida debajo del líquido.
El director del Centro de Operaciones de Emergencia (COE) del departamento del Beni, Luis Phillips, explicó que el desborde del río Yata es consecuencia de una crecida inusual, la más alta en 30 años, del río Beni. Sus aguas se elevaron 2,40 metros, y anegaron los municipios de Rurrenabaque, Reyes y Santa Rosa.
Las 870 personas atrapadas en el tramo cortado están compuestas por: 104 familias (502 personas) de las comunidades de Puerto Yata, Puerto Teresa y Puerto Candado, 50 viajeros que quedaron varados en Santa Rosa, porque no pudieron proseguir el viaje, y unos 300 choferes y ayudantes de, al menos, 150 camiones atrapados en ese sector, según datos del Alcalde de Santa Rosa.
Las 104 familias de las tres comunidades no tienen siquiera combustible para prepararse alimentos, pues la leña que utilizan habitualmente está mojada. Nogales pidió a las autoridades nacionales el envío de garrafas para que puedan cocinar.
El lunes, la Alcaldía de Santa Rosa ingresó con un tractor y deslizadores enviando alimentos secos y enlatados. Pero no pudieron llegar a la comunidad de Candado, cuya suerte de los habitantes (37 familias) es incierta.
Los damnificados de Yata están viviendo en el puente sobre ese río y en un descampado de 50 metros. Los viajeros que quedaron en Santa Rosa, por el corte de la vía, están durmiendo en la terminal y en las flotas.
Ayer, la Alcaldía de Santa Rosa les entregó 500 bolivianos para su alimentación. La primera autoridad de ese municipio solicitó a las autoridades nacionales un helicóptero para sacar a estas personas hacia Riberalta. «Lo que da pena son los niños, que sufren de alimentos».
Los choferes y ayudantes de los camiones varados se refugiaron en la comunidad Palmaflor, y están sin alimentos. El lunes en la noche, una comisión de la Alcaldía de Riberalta, acompañada por los dirigentes de los transportistas, se internó hasta la zona, llevando alimentos secos y una lancha.
El Director del COE departamental pidió ayuda a las autoridades nacionales para la dotación de helicópteros para intentar evacuar a la gente. La Prefectura del Beni alquiló un avión bimotor para llevar ayuda a Santa Rosa.
Defensa Civil anunció que hoy enviará 7 toneladas de alimentos a Santa Rosa, pero señaló que no tiene ninguna solicitud de helicópteros para rescatar a la gente.
Riesgo de escasez
Los comerciantes del municipio de Riberalta se declararon en estado de emergencia ante un posible desabastecimiento de verduras, debido a que de los 150 camiones varados 20 están cargados con papa, tomate, y otras verduras.
Se estima que el camino esté cortado unos 20 días más, que es el tiempo que se calcula que continúen las aguas y, por lo tanto, podría producirse la escasez de productos en la ciudad de Riberalta.
El dirigente de los gremiales, Edwin Callisaya, explicó que aún hay productos en el mercado, pero que pronto se acabarán. Para evitar ese extremo, anunció que se reunirá con las autoridades ediles para solicitar un puente aéreo para el traslado de verduras ante el inminente riesgo en esta población.
Testimonios
Santos Alarcón
‘Caminamos en busca de comida y agua’
«Los pasajeros nos quedamos en medio del agua. Tuvimos que llegar a pie hasta alguna población para conseguir alimentación. No hay agua, sólo el agua inundada. Algunos tenían sabañones en los pies. Uno fue picado por una víbora, porque las hay en todo este sector. Los camiones se quedaron ahí. Las señoras vienen con sus hijos, es difícil».
Silvia Corrales
‘Es difícil salir, hay personas que lloran’
«En este lugar estamos pasando mal. No tenemos para comer. Hay personas que están llorando porque es difícil salir de aquí. Algunos están caminando, pero es difícil por la heridas en los pies. También se han presentado resfríos. Hay canoas, pero cobran 8,50 bolivianos. Hay lugares en que se puede caminar dentro del agua, pero en otros no».