Nicolás Castellanos quiere ser boliviano
El obispo español vive y trabaja por el Plan Tres Mil (Santa Cruz) hace 19 años
El obispo católico español Nicolás Castellanos, que renunció hace dos décadas a la diócesis de Palencia para ayudar a los pobres en Santa Cruz, se confiesa enamorado de Bolivia y anuncia que se nacionalizará boliviano.
A sus 76 años, el ganador del Premio Príncipe de Asturias de la Concordia de 1998, viaja hoy a España en busca de financiación para nuevos proyectos, con la promesa de seguir trabajando por Bolivia «mientras el cuerpo aguante», asegura en entrevista.
Llegar a su casa en el barrio Plan Tres Mil es sencillo, ya que allí no hay una sola persona que no conozca a Castellanos y sus obras.
Su vivienda es tan modesta como las que le rodean, en una calle de tierra, como cuando llegó a vivir a ese barrio hace dos décadas. «Yo siempre tuve la opción por los pobres; creo que para todo seguidor de Jesús de Nazaret, los pobres son fundamentales», explica Castellanos, al justificar su renuncia al obispado en 1991 para ser misionero en Sudamérica.
Luego de que el papa Juan Pablo II aceptó su renuncia, Castellanos se estableció en 1992 en el deprimido Plan Tres Mil, donde «se masca, se palpa el hambre, la penuria y la necesidad», afirma.
Movido por las necesidades de la zona, fundó el proyecto Hombres Nuevos, para «devolver la dignidad y el protagonismo a los pobres». Quince colegios, un complejo cultural y deportivo, un hospital, 65 canchas, un centro para niños trabajadores, 500 jóvenes becarios en la universidad y decenas de iglesias, son parte de las obras.
Enamorado de su nueva patria, Castellanos comenzó en mayo a tramitar la nacionalidad boliviana, algo que no se le había ocurrido antes porque en Santa Cruz le consideran más «camba que la yuca»; es decir, más cruceño que cualquiera de ellos.