Sociedad

Wednesday 8 May 2024 | Actualizado a 10:35 AM

Fantasmas rondan en hospitales

Los hospitales del Complejo de Miraflores tienen visitantes eternos

Por La Razón

/ 12 de junio de 2011 / 05:00

Los testimonios de enfermeras, de guardias, porteros y hasta pacientes dan cuenta de que por las noches, entre los corredores, jardines, gradas e inclusive salas donde hay internos se escuchan lamentos, risas, llanto de niños y no pocas veces se observa vagar a personajes que, averiguada la cosa, murieron en el hospital.

La Razón realizó un recorrido por el complejo: el Hospital del Niño, el hospital de la Mujer, la Morgue y del Tórax. Conversó con personas que trabajan, en algún caso, desde hace 30 años en el Hospital General. Por ejemplo, Primitiva Trujillo, quien pasó por varios servicios sin problemas, hasta que la designaron a la sala de hemodiálisis.

«Yo tenía que abrir las pilas de agua para hacer funcionar toda la noche los equipos de diálisis. Una noche, cumplí mi trabajo, pero horas después me hicieron notar que dichas pilas estaban cerradas. Las enfermeras me han reñido bastante». Trujillo recordó entonces que una enfermera le había advertido sobre las acciones de unos duendecillos. «Primi, en las noches, cuando entres a la sala de  máquinas, vas a ir hablando, vas a decirles a los duendecillos: ‘¡Ya, por favor, no me hagan esto, no van a cerrar las piletas, se van a portar bien porque de lo contrario me van a ser regañar!; así te vas a quejar y les vas a hablar’, me ha dicho». La mujer, incrédula, no siguió los consejos.

La responsable de instrumentales cuenta que en ese espacio, donde ahora está la sala de diálisis, hace años se hallaba el maternológico y la sala de refrigeración a donde se llevaba a los niños que perdían la vida. «Ahí han fallecido niños, mujeres y por eso debe ser pesado. Pero ahora ya no les tengo miedo, les hablo a los duendecillos», cuenta Trujillo.

Se dice que el Complejo Hospitalario de Miraflores, que fue construido en 1931, se erige sobre un antiguo cementerio. Los primeros años, el lugar fueron administrado por las monjas de la orden de Santa Ana, sobre las que se teje rumores que hablan de una permanencia aún hoy, como fantasmas en pena.

Los fantasmas, duendecillos y almas provocan miedo entre algunos funcionarios; pero hay algunos, como un médico de apellido Tapia, que no cree en ninguna de estas historias. «Son tonterías, he trabajado varios años aquí y nunca vi nada», desecha.

Otra es la opinión de Sonia, enfermera, quien luego de haber trabajado 23 años sin sobresaltos, hace un mes se llevó «el susto de mi vida». Y cuenta que se quedó dormida en la sala de diálisis, «me he recostado en una cama del piso de arriba y estaba encendida la luz. Dormitaba ya, cuando he sentido claramente que me jalaban los dos pies con mucha fuerza. Desperté sobresaltada, pero  no podía gritar ni hablar, nada, y seguía sintiendo los jalones. Me he asustado muchísimo; si alguien me estaba jugando una broma lo habría visto pues todo estaba iluminado. Tuve que hacer uso de  mucha fuerza para al fin  taparme la cara con la sábana. Recé y entonces volvió la calma».

No sólo fantasmas humanos se pasean por el lugar, a decir de los testigos. También está Pancho, un perro que se crió en el Hospital de Clínicas y que, ya muerto, se hace sentir por los guardias de seguridad nocturna.

Pancho, el perro que espanta a las almas y  acompaña a los policías nocturnos

Uno de los guardias de seguridad del Complejo Hospitalario de Miraflores cuenta que hace seis años cuida los tres nosocomios del Complejo Hospitalario de Miraflores. «Todas las noches camino por el Hospital de la Mujer, el de Clínicas y del Tórax, donde está la morgue». El policía dice no sentirse solo, pues Pancho, un perro negro con matices blancos en la frente y en la punta de la cola, está invariablemente a su lado. Otros de los efectivos policiales asignados para el día y la noche cuentan con él, según dicen otros empleados.

«Sin el Pancho no voy por los rincones de noche, él parece saberlo, pues cuando hay un alma no ladra como para asustar a un ladrón, cuando ve un alma primero se queda quieto, mira entre la oscuridad y empieza a ladrar, se vuelve loco», cuenta el policía.

Mire sus ojos (agarra al can y señala el rostro); son muy salidos, bien saltados están, tantas almas que ve, de cualquiera se pueden salir sus ojos pues», concluye como si se tratase de lo más común. Añade que cuando era niño, le decían que si se topaba con un alma mala, «te puede sopapear, puedes entrar en shock y perder mucha sangre». Por eso «me acompaña el Pancho, él me protege, él me cuida, solito no voy, me da miedo de las almas de las personas que han muerto cuando no era su tiempo».

El guardia recuerda que  hace años, cuando cumplía su servicio en el Hospital del Niño —que se encuentra en el lado izquierdo del Complejo de Miraflores— observó el patio del Hospital General y vio a dos jóvenes que corrían en la oscuridad. «Yo hacía mi ronda y una noche se me ocurrió apoyarme en la ventana del cuarto piso y desde ahí he visto que dos jóvenes de negro que corrían y jugaban. Estaba todo muy oscuro, apenas los divisaba; pero cuando llegaron a la luz se perdieron. Me he helado todo, no he vuelto a mirar».

Es más de medianoche y el policía debe ir por la cancha de la morgue. Pancho se adelanta y de rato en rato se detiene para mirar fijamente en la oscuridad. Unos segundos después gime y se anima a ladrar. «Está viendo almas», concluye el guardia.

Doctores  pasean por los pasillos y se pierden en la oscuridad

Tres hombres, con mandiles blancos de médico, que al parecer charlan entre ellos, recorren en medio de la oscuridad de las instalaciones del Hospital de Clínicas. Quienes dicen haberlos visto, afirman que cuando las figuras se acercan a la luz, simplemente desaparecen. Catalina, que trabaja desde hace 30 años como instrumentista, narra que cierta noche en que le tocó limpiar el pabellón Italia, las enfermeras le pidieron que llamara un médico porque un paciente se había puesto mal.  «Salí corriendo y vi a tres doctores de espaldas por el pasillo. Les he llamado: ‘¡Doctores, doctores, los necesitan en la sala de emergencias¡’ Ninguno se daba la vuelta ni me hacía caso». Ella se preguntó por qué no la escuchaban y «he corrido detrás de ellos; cuando me acercaba, ya casi como para tocarlos, han desaparecido, no había nada», cuenta mientras pone cara de susto pese al tiempo transcurrido. «De miedo me he metido a la sala de emergencias y no he salido más; mis cabellos se han parado, lo he sentido así. Yo estaba detrás de ellos, los he visto muy bien; pero cerca de la luz desaparecieron como por arte de magia».

Pero hay otros fantasmas que tomar en cuenta, dice María, responsable de la limpieza del lugar. Éstos golpean, hacen bulla y caminan en la parte superior de Administración.

Un viernes, relata la señora que llama a «sus» fantasmas trabajadores, al terminar sus tareas escuchó un bullicio. «¿Qué raro, si todos se han ido?», pensó. «Estaba solita y ya me tocaba marcharme, cuando sentí que en el Palomar, como se llama a la parte superior del edificio, había luz y ruido». Seguramente los albañiles, que arreglan de vez en cuando el techo, se han quedado a trabajar, se dijo María. Les gritó para que se retirasen, pues ella ya se iba y no era cosa de dejarlos en el hospital.

«¡Maestro, hasta qué hora van a trabajar!», preguntó y subió las gradas para acercarse más y se sorprendió al encontrar la puerta de acceso con candado. Asustada, «me fui corriendo». 

La enfermera  de capa azul, como las de antes, y que vela por los pacientes de las distintas salas
Las enfermeras del Hospital de Clínicas cuentan que por las noches, siempre  a partir de las dos de la madrugada, una enfermera con capa azul como las que se usaba con frecuencia en el pasado, recorre el lugar siempre con la misma trayectoria:  pasillo central del nosocomio para perderse por la puerta de laboratorio. Lo que asusta es que no tiene cabeza. 

Esta historia fue corroborada por Wilma, una de las asistentes de la sala de Oncología, quien asegura que sus colegas también la vieron siempre por el mismo lugar. «Por los pasillos pasea todas las noches. Parece que le gusta quedarse en el área de laboratorio. Cuando alguien se le acerca, desaparece. Dicen que es la enfermera más antigua y que trabajaba cuando las monjas administraban el hospital y eran muy estrictas. Algunas personas aseguran que entra a las salas a cuidar a los pacientes». El Complejo Hospitalario de Miraflores funcionó entre  1913 y 1993 bajo la administración de las religiosas. Desde entonces pasó a ser autónomo, según informó el doctor Eduardo Chávez, exdirector del nosocomio paceño.

El médico con estetoscopio recorre los pasillos del Hospital del Tórax y los jardines de la morgue

El terreno donde actualmente está el Complejo Hospitalario de Miraflores era conocido como el Valle de los Muertos, porque se cree que antes era un cementerio. En 1913 se empezó a edificar la infraestructura siguiendo el diseño arquitectónico de Emilio Villanueva. En la parte superior del terreno donde se estableció la nueva morgue es donde noche tras noche se ve pasear al que se denomina «Doctor sin cabeza» que, de todas maneras, lleva el estetoscopio colgado en el cuello.

Esta historia es contada por la enfermera del servicio de Oncología y la esposa de Eloy, el portero del nosocomio, que trabaja hace 35 años en el lugar. «Tanta gente que ha muerto, hay pues almas, el doctor sin cabeza que aparece por las noches, se dice que va por los pasillos y los jardines de la morgue. Se lo ve en la oscuridad por su mandil blanco y el estetoscopio que brilla. La cabeza se pierde en la oscuridad, tal vez no la tiene».

Las especulaciones vuelan con la imaginación de la gente. «Algunos dicen que es el jinete sin cabeza —confía la esposa de Eloy—, pero es un médico», se convence.

Hay niños que juegan en las salas o que  lloran en las gradas

Teresa trabaja hace 20 años en el Hospital del Niño. Afirma que jamás había vivido una experiencia como la de hace cuatro años. Una noche, mientras realizaba su recorrido nocturno de visita por las salas de internos, escuchó risas de niños en el piso superior. Pensó que algunos de los pequeños pacientes estaban jugando en medio de la oscuridad, así que, para sorprenderlos, subió en silencio. Cuando más se acercaba, más fuerte era el ruido infantil. Cuando abrió la puerta, no halló a nadie.

«Me he asustado. Un frío me ha estremecido todo el cuerpo. Quedé paralizada porque no había nada. Sé lo que escuché con claridad, alguien jugaba y reía». Al día siguiente pensó que era una locura, algo imposible; «pero la portera me reclamó por la bulla que esos niños hicieron toda la noche».

La noticia de niños  que ríen o que lloran en las salas o en las gradas de los nosocomios es frecuente. Nelly, enfermera del Hospital del Tórax,  cuenta que cuando estaba designada en el área de Neurología escuchó el llanto de una pequeña en las gradas. «Salí y la vi, parecía tener unos 11 años, estaba de espaldas. Me acerqué a ver qué le pasaba, pero ya no estaba allí.

He salido corriendo y he pedido que me cambien de servicio».

Algunos padres de familia y funcionarios aseguran haber visto en las rampas del Hospital del Niño a una enfermera en el afán de hacer su paseo nocturno. Se cree que es el espíritu de una antigua funcionaria, que quería mucho a los niños y que por eso persiste en estar junto a ellos por las noches.

Otro ente es La Viuda del General, bautizada como tal por Eloy, el portero del Hospital General. La describe como a una mujer delgada a quien confundió con una enfermera la noche que la divisó en el jardín y la siguió hasta la sala de cirugía. El sereno cuenta que la mujer ingresó al lugar y él por detrás, pero no la vio más. Preguntó a un paciente si la había visto y él le respondió que a nadie.

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Democracia en riesgo

Por La Razón

/ 5 de mayo de 2024 / 00:34

La reciente decisión de una sala constitucional en torno al “congreso del MAS-IPSP” convocado por dirigentes de la facción arcista constituye una tosca injerencia en las competencias del TSE. Y cruza un límite que pone en riesgo no solo la institucionalidad electoral, sino la propia democracia. Es fundamental ponerle freno antes de que conduzca a una deriva autoritaria.

 Una de las condiciones fundamentales de un Estado de Derecho es la autonomía e independencia de los órganos del poder público, además de su separación. Cuando uno o más órganos se subordinan a otro o surge una especie de suprapoder, esa estructura y organización funcional del Estado se resquebraja. Asimismo, cuando el sistema de gobierno empieza a depender de decisiones arbitrarias e inconstitucionales, la democracia está en riesgo. Estamos transitando ese muy peligroso umbral en el país.

En nuestro proceso de construcción y reforma estatal, no es nuevo que el Legislativo dependa de los mandatos del Ejecutivo. Tampoco es raro que la administración de justicia esté subordinada al poder político y a poderes fácticos. Lo crítico es que surja un suprapoder que imponga sucesivos fallos por fuera del marco constitucional y pisoteando la institucionalidad democrática. Desde el año pasado hay un suprapoder en Bolivia que, en consorcio con actores políticos, opera desde el TCP y algunas salas constitucionales.

A punta de sentencias, declaraciones y autos constitucionales, y algunas acciones de defensa, un arriesgado suprapoder está llevando a límites insostenibles el funcionamiento de los órganos del poder público y del sistema de gobierno. Así, bloquearon las elecciones judiciales, suspendieron las funciones de fiscalización de la ALP, se autoprorrogaron, beneficiaron a terratenientes y ahora están emitiendo “instrucciones” sobre las organizaciones políticas y los procesos electorales. Es inaceptable.

Es muy complicado y sensible para el TSE gestionar las disputas internas en los partidos, en especial en este momento la batalla entre facciones en el MAS-IPSP. Debe hacerlo en estricto cumplimiento de la Ley de Organizaciones Políticas y de los estatutos partidarios. ¿Qué ocurre cuando una sala constitucional, desde su filiación política, impone acciones que violan la normativa y vulneran las atribuciones del organismo electoral? Eso es lo que acaban de hacer, sin sonrojarse, los vocales Campero y Angles.

En un pronunciamiento difundido este viernes, las autoridades del Órgano Electoral Plurinacional exigen con timidez el respeto a la independencia de poderes para garantizar la democracia en el país. No es una exigencia menor. En realidad, se está advirtiendo que, si magistrados y jueces continúan perforando el sistema y la institucionalidad electoral, la democracia boliviana está en riesgo. Es fundamental que la disputa política no termine derrumbando el orden constitucional y el régimen democrático.

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Elección en suspenso

Las reacciones luego de conocido el fallo revelaron, cómo no, una nueva fuente de incertidumbre

Por La Razón

/ 2 de mayo de 2024 / 06:16

Como se decía días atrás en este mismo espacio, hace mucho que actores políticos y operadores judiciales están empeñados en frenar sin fecha las elecciones judiciales. El más reciente fallo constitucional ordena no solo paralizar el proceso, sino devolverlo al inicio y comenzar con una nueva ley de convocatoria; el argumento es la defensa de derechos, pero la intención tal vez no.

El 18 de abril, Yeny Duri, dirigente indígena y abogada, candidata eliminada en el proceso de preselección, presentó una acción popular en la que denunció que las aspirantes indígenas de Pando no recibían un trato equitativo en comparación con las de otros departamentos, señalando la falta de oportunidades equitativas en el proceso de preselección. La Sala Constitucional Primera de Cobija emitió el lunes una medida cautelar que suspendió el proceso de preselección en curso y luego, el martes, dictaminó que el proceso de preselección debía dejarse sin efecto completamente, argumentando que la convocatoria inicial no había considerado adecuadamente la inclusión de mujeres e indígenas, e instruyó elaborar una nueva.

Lea: ¿EJ en septiembre?

La reacciones luego de conocido el fallo revelaron, cómo no, una nueva fuente de incertidumbre, pues si bien hay voces, como la del expresidente Eduardo Rodríguez, quien argumentó que la Sala Constitucional de Cobija era incompetente para emitir tal fallo y que sus razonamientos eran improcedentes, sugiriendo que la Asamblea Legislativa debería continuar con el proceso de preselección, la Comisión Mixta de Constitución decidió entrar en cuarto intermedio hasta hoy, a la espera de la notificación oficial del fallo.

El Presidente de la Comisión, Miguel Rejas, del MAS, afirmó que la intervención de la Sala es una «aberración» y criticó duramente a los vocales que concedieron la tutela a la candidata Duri; dijo también que el fallo fue resultado de manipulaciones por parte de vocales y jueces, sugiriendo que algunos de ellos habían sido influenciados por quienes presentaron amparos.

A su vez, la senadora Andrea Barrientos indicó que el fallo de la Sala es «ilegal e inaplicable» y que ninguna sala constitucional tiene la competencia para declarar la inaplicabilidad de una ley, especialmente de la Ley 1549, que ha pasado por control constitucional y cuenta con amplio respaldo legislativo. El diputado por Creemos Leonardo Ayala argumentó que la decisión vulnera los derechos de los más de 400 postulantes habilitados para el proceso de preselección. El Presidente Nato de la Asamblea, como es habitual, no apareció.

La interminable sucesión de recursos judiciales y constitucionales, sumada a la incapacidad de las y los legisladores para acordar un plan de acción capaz de superar los obstáculos que unos y otros ponen en el camino, muestra todo, menos voluntad política, para cumplir con el mandato constitucional de realizar la elección de autoridades del Judicial. Mientras tanto, el sistema judicial boliviano se hunde irremediablemente.

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¿EJ en septiembre?

Por La Razón

/ 28 de abril de 2024 / 00:18

Renovadas acciones de amparo y medidas cautelares están paralizando nuevamente y dejan en incertidumbre las Elecciones Judiciales (EJ). Según lo establecido en la ley transitoria, este 5 de mayo debe concluir la fase de preselección de postulantes en la Asamblea Legislativa Plurinacional. Y el TSE anunció que la votación popular sería en septiembre. Hay duda sobre tales plazos.

Desde hace un año, el proceso electoral para renovar el Órgano Judicial y el Tribunal Constitucional está a la deriva. Según el mandato constitucional, las elecciones debieron realizarse en 2023. Pero políticos y operadores del sistema, en especial del TCP, se encargaron de frenar, congelar y a la postre postergar la elección. Como no se eligieron nuevas autoridades, los actuales magistrados (cuyo mandato ya se cumplió) decidieron autoprorrogarse. Fue como un guion escrito desde el principio para boicotear el proceso.

Como efecto de un bloqueo de caminos realizado en enero, finalmente la bancada oficialista en la Cámara de Diputados viabilizó las truncadas elecciones. Se aprobó entonces una ley de consenso que trazó la ruta, sus fases y los plazos tanto para la preselección a cargo de la ALP como para la votación bajo responsabilidad del TSE. Así, se publicó la convocatoria, se recibieron más de 700 postulaciones, se verificaron requisitos y se resolvieron las inhabilitaciones. Hasta ahí todo conforme a lo previsto.

En medio de la evaluación de méritos, incluida una prueba de conocimientos, varios postulantes inhabilitados por incumplir requisitos activaron demandas en la justicia para la reconsideración de sus casos. Todas esas acciones prosperaron dejando en suspenso el proceso de preselección de postulantes. Y el plazo corre. Luego de calificar los méritos, la Comisión Mixta de la Asamblea debe aprobar su informe, que será la base para la elección, por dos tercios, en sesión plenaria. Queda solo una semana.

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Es evidente que algunos actores políticos y operadores judiciales están empeñados en frenar sin fecha, nuevamente, las elecciones judiciales. Sería desastroso para la institucionalidad en el país en un contexto de alta desconfianza y de crisis. Por ello es sensato que la Comisión Mixta retome el proceso desde mañana. Tampoco sería una buena señal que se amplíen los plazos, ya que ello implica postergar la votación popular (quizás hasta octubre, lo que se superpone con las elecciones primarias).

Todos sabemos que las elecciones judiciales no solucionan la crisis del sistema de administración de justicia, pero al menos implican cumplir la Constitución y evitar que los autoprorrogados continúen degradando aún más el Estado de Derecho con sus decisiones a la carta. Por ello es fundamental que la ALP culmine pronto su trabajo de preselección con voluntad política y madurez democrática. Luego será el turno de la ciudadanía en las urnas. Y seguirá en agenda la cada vez más urgente reforma estructural del sistema.

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Un asunto oscuro

Según la presidenta ejecutiva de YLB, la acusación fue fruto de una investigación técnica realizada a lo largo de dos años

Por La Razón

/ 25 de abril de 2024 / 06:59

La todavía incipiente industria del litio en Bolivia no puede salir de las sombras. Al violento arresto del exministro de Minería y exresponsable de la planta en la región de Lípez en Potosí, Luis Alberto Echazú, se ha sumado, ayer, la muerte del exgerente ejecutivo de Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB). El tema se ha politizado y, ahora, judicializado, pero del negocio no hay más que promesas.

Los contornos del caso, la actuación presuntamente arbitraria e irregular de la Fiscalía el lunes, según denuncia del abogado de Echazú, así como las declaraciones de jerarcas y portavoces del ala evista del MAS, hacen pensar en intereses políticos ligados a la sorda pelea por el poder en el partido gobernante antes que en aquellos ligados al efectivo despegue de la industria del litio en el país. El intercambio de acusaciones, con y sin fundamento, en nada ayuda a reactivar el proyecto.

Lea también: Ley ‘antihombres’

El tono y el contenido de una “carta abierta” firmada por el exgerente de YLB, Juan Carlos Montenegro, otro de los imputados, antes de morir (incluyendo una última línea en la que pide perdón a sus seres queridos por el “dolor” que les causará “esta mi decisión”), hace pensar en que detrás de la acusación hecha el jueves de la semana pasada por la actual gerente del proyecto y el procurador del Estado, además de la sorprendentemente rápida actuación del Ministerio Público, hay mucho más que la búsqueda de justicia o de castigo a la corrupción.

Según la presidenta ejecutiva de YLB, la acusación fue fruto de una investigación técnica realizada a lo largo de dos años, asunto del cual ni ella ni su antecesor habían dicho nada anteriormente. Al ser conducido a celdas policiales, el exministro, ahora en detención domiciliaria, afirmó que “el Gobierno quiere ocultar tres años y medio” de parálisis en el que debería ser el proyecto más importante del Estado Plurinacional en los últimos años.

Coincidiendo con la denuncia de YLB contra exfuncionarios de la institución, el mismo día, el Presidente del Estado acusó a “potencias mundiales” y un “país vecino” de pretender controlar los recursos naturales del país, especialmente el litio, bloqueando las exportaciones y excluyendo a Bolivia en procesos estratégicos de comunicación. A la luz de lo sucedido en los últimos años, es evidente que el principal obstáculo está en el Estado y no fuera de las fronteras.

Mientras Chile se abre a las inversiones de riesgo compartido y se propone recuperar el sitial de primer exportador de litio en el mundo en los próximos dos años, y el presidente de Argentina busca entregar las reservas de su país a las transnacionales del sector, Bolivia todavía no ha mostrado cuál es su estrategia de industrialización y comercialización del preciado mineral, al extremo que ni siquiera ha transparentado los acuerdos (no contratos) que tiene con empresas chinas y rusas. Así, es imposible tener optimismo en el futuro del litio.

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Ley ‘antihombres’

Los datos son innegables y terribles: la violencia contra las mujeres, lejos de disminuir, persiste e incluso aumenta.

Por La Razón

/ 21 de abril de 2024 / 00:27

La penosa declaración del presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, en sentido de que la Ley 348 es una ley “antihombres” (sic), puso en agenda la cuestión irresuelta de la violencia contra las mujeres. Rodríguez recibió fuertes críticas, pero también adhesiones. Lo preocupante es que fomenta a grupos antiderechos y pone en riesgo una norma que protege a las mujeres.

 La ley integral para garantizar a las mujeres una vida libre de violencia (Ley 348) fue promulgada por el presidente Morales en marzo de 2013. Su objeto es establecer mecanismos, medidas y políticas integrales de prevención, atención, protección y reparación a las mujeres en situación de violencia, así como la persecución y sanción a los agresores. Se trata de una ley avanzada, resultado de muchos años de lucha de las mujeres por sus derechos en una sociedad patriarcal y machista como la boliviana.

En 11 años de vigencia, la Ley 348 permitió el registro de centenas de miles de denuncias de violencia contra mujeres en el país. Según datos del Observatorio de Género de la Coordinadora de la Mujer, el año pasado hubo casi 52.000 denuncias. Los casos de violencia familiar o doméstica, que son la mayoría, se incrementaron en 193% entre 2013 y 2023. Cada día, en promedio, hay 142 denuncias de violencia contra mujeres, 30 agresiones sexuales, 104 embarazos de niñas y adolescentes. En 2023 se registraron 81 feminicidios.

Los datos son innegables y terribles: la violencia contra las mujeres, lejos de disminuir, persiste e incluso aumenta. Por ello son deplorables afirmaciones tan ligeras como que la Ley 348 es una “ley antihombres” o, peor, que “la violencia no tiene género”. Si bien existen acusaciones falsas contra hombres, e incluso detenciones arbitrarias presumiendo culpabilidad, ello no atenúa ni menos niega la abrumadora evidencia de que las mujeres son las victimas sistemáticas de actos de violencia en todas sus formas.

En su capítulo de derechos fundamentales, la Constitución señala con claridad que “todas las personas, en particular las mujeres, tienen derecho a no sufrir violencia física, sexual y psicológica”. Y establece que el Estado tiene la obligación de adoptar las medidas necesarias para prevenir, eliminar y sancionar la violencia de género.

Con ese mandato constitucional, la Ley 348 define mecanismos para proteger a las mujeres. Y traza la ruta para la denuncia, persecución y sanción penal de los agresores.

Es evidente que se requiere una reforma normativa y hay valiosas propuestas para el efecto. Pero sobre todo fallan los operadores del sistema judicial. Claro que debe evitarse que haya hombres inocentes en prisión, pero sobre todo que los feminicidas y violentos estén libres. Las polémicas palabras del presidente del Senado tendrían que servir para debatir el tema, mejorar la ley, garantizar en serio para las mujeres una vida libre de violencia y frenar las muy peligrosas campañas antiderechos.

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