‘Escuché los gritos de la gente, comenzaban a desesperarse’
Minor Vidal. H - Es el único sobreviviente del accidente de aviación del martes por la noche. Cuando fue hallado respondió a preguntas de periodistas de las redes PAT, ATB y red Uno. El Grupo de Tarea Conjunta Diablos Azules fue a su encuentro.
Minor Vidal. H – Es el único sobreviviente del accidente de aviación del martes por la noche. Cuando fue hallado respondió a preguntas de periodistas de las redes PAT, ATB y red Uno. El Grupo de Tarea Conjunta Diablos Azules fue a su encuentro. El empresario de 35 años de edad caminó por el monte, con el cuerpo lastimado y adolorido, alrededor de 800 metros guiado por el ruido de los aviones.
— ¿Cuáles son sus palabras después del rescate?
— Sólo una palabra, es un «milagro», nada más que eso.
— ¿La tripulación les avisó de la emergencia en el avión?
— Nadie (dijo nada), ni cuando estábamos volando, ni cuando estábamos dando vueltas por la ciudad de Trinidad y tampoco cuando empezamos a bajar rápido a la tierra. A mí me pareció extraño, porque el avión estaba volando muy bajo y no se veía nada, no informaron nada.
— ¿Qué sintió cuando el avión descendía tan rápido?
— Sólo sentí el golpe. El avión se estrelló en la noche, sentí miedo porque los motores comenzaron a arder, había fuego y olor a combustible, lo peor es que ya no escuchaba a nadie. A un principio, cuando no veía nada, oía gritos de la gente, comenzaban a desesperarse, yo les decía que tengan fe, que Dios nos iba a ayudar, pero todos se quedaron callados. Ese momento fue horrible, no veía nada, ni veía a nadie. Al día siguiente, cuando recién salí de la nave, me di cuenta de que todos estaban muertos. Había un montón de gente desparramada por todo el suelo y me dio miedo.
— ¿Cómo salió y dónde se encontraba en el avión?
— Estaba tirado dentro del avión, iba en el último asiento. Todos volaron, no sé cómo ni qué pasó ese momento. Traté de salir desde las siete de la mañana (del miércoles; el avión cayó el martes) y me tuve que dar modos. Todo me dolía, sentía que mis costillas estaban lastimadas. Abrí un hueco por el avión que estaba volteado, pero mi costilla y mi pecho no me dejaban salir. Poco a poco, arrastrándome, lo logré. Han debido ver cómo está el avión, quedó hecho añicos, los militares lo pueden constatar.
— ¿Cómo logró sobrevivir estos tres días en el monte?
— Es difícil decirlo (hace un pausa, le cuesta respirar, y luego continúa), no tenía agua y ayer, por la sed, bebí mi propio pis (orín). Me duele todo el cuerpo, pero debía seguir caminando y llegué hasta aquí (la orilla del río), donde pasé la noche.
— ¿Cómo llegó hasta aquí?
— La única manera de sobrevivir era seguir a los aviones y yo me guiaba por el ruido de los que pasaban y pude llegar hasta aquí. Ayer (jueves), cuando estaba aquí, me lograron ver los aviones y los helicópteros, uno plomo con azul intentó pararse en el agua o bajar, pero luego se fue.
— ¿Cómo está y qué necesita en este momento? (pregunta uno de los militares).
— Tengo sed, mucha sed y quisiera comunicarme con mi familia. Me duele la espalda, creo que mi columna está mal. Estoy bien, agradezco a los militares que han estado buscándome, no sólo a mí sino a todos los pasajeros.
Perfil
Nombre: Minor Vidal Huerta
Nació en: Chuquisaca
Cargo: Es Gerente Regional de SAE en Trinidad
Empresario en el rubro de medicamentos importados
Es el menor de siete hermanos de la familia Vidal Huerta (Iván, Rosario, Jeaneth, Deysi, Marlene y Belinda). Está casado con Mariela Llanos, con quien tiene dos hijas (Sofía de 7 años y Sarah de 5). Es el responsable, en Trinidad, de la comercialización de medicamentos importados de la empresa SAE, con sede en la ciudad de Santa Cruz. Su familia lo describe como una persona deportista, que hace, casi a diario, ejercicios, y que le gusta pasear en bicicleta, salir de pesca e ir de campamento a las afueras de la ciudad, pero jamás estuvo solo en sus excursiones al área rural. En la empresa, sus colegas lo califican de jovial, sincero, solidario, trabajador y muy católico.