Bonos venezolanos y deudas sin pago enredan secuestro de Flores
Testimonio. Apareció el español a quien la fuerza anticrimen señaló como cabecilla
La aparición y las declaraciones del español Pedro Zenteno, sindicado por la Policía de liderar la organización criminal que secuestró a Ana María Flores, abrieron dudas sobre la investigación de la fuerza anticrimen, que no se pronunció ayer como tampoco la víctima.
Zenteno, que se identificó como abogado y consultor jurídico, negó ser cabecilla de la banda de secuestradores —integrada además, según la Policía, por dos colombianos con antecedentes de narcotráfico y tres bolivianos—, y menos que se encuentre prófugo. “A través de mi abogado he presentado un memorial a la Fiscalía, solicitando audiencia para una declaración informativa a fin de esclarecer el caso”, dijo.
El extranjero, que radica en Bolivia hace diez años, señaló que Ana María Flores (60) —empresaria, exsenadora y excandidata presidencial, secuestrada el lunes por cinco hombres que exigieron un rescate de $us 1 millón— mantenía relaciones comerciales con los dos colombianos.
En noviembre de 2011, ambos le habrían entregado dos bonos del Banco Central de Venezuela por $us 50 millones, que los habría traspasado a un tercero por $us 10 millones. “A cambio de los títulos valores, que tienen como fecha de vencimiento agosto de 2020, ella tenía que pagar a los colombianos $us 1 millón, pero dicho pago no se realizó”, refirió Zenteno.
Según él, detrás del secuestro estarían los colombianos a quienes Flores no pagó el monto acordado y tampoco devolvió los bonos. “La empresaria quiere evitar un escándalo por el manejo de los bonos venezolanos y prefirió implicar a otras personas que nada tienen que ver”, recalcó.
Detenidos. Los bolivianos Richard H. G., su hija Helen H. I. (novia de uno de los colombianos) y Carlos B., relacionados por la Policía con el secuestro e imputados por la Fiscalía por los delitos de secuestro y organización criminal, fueron remitidos a la cárcel de Palmasola con detención preventiva por orden de la jueza Valeria Salas. Richard H.G. era socio comercial de la empresaria y Carlos B., el chofer de la familia Flores.
En su defensa, el primero confirmó en la audiencia cautelar que tenía una sociedad de venta de lotes con Flores. “Ella está buscando quedarse con mis inversiones, por ello me implicó en algo en que no tengo que ver”, sostuvo. El chofer, Carlos B., se declaró inocente de los cargos que pesan en su contra. “Soy un simple empleado de Flores desde hace cinco años, no sé por qué me implica con el supuesto secuestro”, apuntó.
Sin embargo, no fue Flores quien lo vinculó con el delito sino la Policía. El jueves, el director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) de Santa Cruz, coronel Miguel Gonzales, reveló que un mensaje de texto esclareció la relación del socio y el chofer con el plagio. Zenteno indicó ayer que fue contratado para conformar una sociedad de bienes raíces entre Richard H. G. y la exparlamentaria. “Al final no se concretó legalmente el negocio, sólo quedó en palabras”, añadió.
Para dicha sociedad Flores habría aportado dos urbanizaciones ubicadas en el municipio de La Guardia, y el socio, otras dos. Después —siempre según la versión del ciudadano español—, ambos procedieron a la compra de otras tres urbanizaciones en el Urubó, en Cotoca y cerca del aeropuerto de Viru Viru.
El siguiente paso era conseguir financiamiento para construir viviendas sociales; fue entonces que Flores recibió los bonos venezolanos y dijo que lo que iba a recibir por ellos serviría como capital de operaciones para iniciar el proyecto. Después de estas declaraciones, los jefes policiales de Santa Cruz evitaron el contacto con los periodistas, pese a sus requerimientos. La empresaria Flores, que el jueves reapareció en la FELCC para prestar su declaración informativa, también cortó cualquier contacto con los medios de comunicación.
Cronología del caso Flores
– Ana María Flores fue secuestrada a las 06.00 de su domicilio, situado en la zona del Urubó.
– Los secuestradores maniataron a los empleados de la empresaria y se la llevaron.
– Según la familia, exigieron un rescate de $us 1 millón para devolverla sana y salva.
– La familia pagó el rescate y Flores fue abandonada en la avenida Tres Pasos al Frente, cerca de las 20.30 del martes.
– La Policía presentó el jueves un flujograma de la banda, integrada por tres extranjeros y tres bolivianos.