Hallan anomalías en dos geriátricos de la zona Sur
Salud. Ministerio de Justicia, Alcaldía, Gobernación y Fiscalía realizaron visitas
Personal no acreditado, alimentos y medicamentos vencidos, ambientes fríos y sucios e infraestructura no adecuada, fueron algunas irregularidades que hallaron las autoridades en dos geriátricos, tras una inspección sorpresa realizada ayer.
La viceministra de Defensa del Consumidor, Sonia Brito, lideró la supervisión a tres asilos para adultos mayores, dos privados y uno de convenio. “Lamentablemente, los particulares no cumplen con las condiciones adecuadas para su funcionamiento”, describió.
El primer centro que visitaron más de una veintena de funcionarios interinstitucionales fue Corazón de Jesús (Regen Dent) en Achumani. Su propietaria Aurora Araujo no entregó los documentos de funcionamiento. El lugar alberga a 21 personas, cada una paga entre Bs 1.800 y 3.000, según David Mujica (48 años), que es el paciente más joven y se encuentra en una silla de ruedas.
El inmueble tiene habitaciones individuales, dúplex y para tres personas. El personal profesional, un médico y una enfermera, no tienen matrícula ni están registrados en el Ministerio de Salud; y la cocinera nunca asistió a cursos de manipulación de alimentos de la Alcaldía.
Otro de los geriátricos visitados fue Estancia Serena, ubicado también en Achumani, su propietaria Andrea Antelo manifestó que sus documentos están en trámite en el Servicio Departamental de Salud y presentó un sello de recepción.
Al ingresar al recinto, la responsable no dio informes sobre el número de internos. Una de las pacientes dijo que son 15 y que cancelan entre Bs 2.500 y 3.000. En la cocina se encontró sobras de comida en bolsas de plástico, alimentos y medicamentos con fecha vencida. “Se dejaron notificaciones a sus propietarias”, sostuvo Brito.
San Ramón cumple normas
En el asilo San Ramón, ubicado también en Achumani, están albergadas 270 personas y, según las autoridades, es el único que cumple con todas las normas para acoger a ancianos. La hermana Narcisa Tapia fue la encargada de mostrar a las autoridades todos los ambientes del asilo.
En el recorrido se vio que los dormitorios son para dos personas y los nombres están colocados a un costado de la puerta. En cada pabellón, de los cuatro que tiene el albergue, hay un gabinete médico y los especialistas atienden de forma permanente.
Los pabellones están rodeados de jardines y bancas para que los pacientes descansen. En una amplia cocina se prepara la comida y la distribuyen a los tres comedores. Los baños y duchas cuentan con barras o rampas que facilitan la movilidad de los adultos mayores, además de equipo especial para los pacientes que no pueden bañarse sin ayuda de un tercero.