Asambleístas piden procesar al alcalde Becerra por golpear a un periodista durante la entrada de la Virgen de Urkupiña
El presidente de la comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados de la Asamblea Legislativa Plurinacional, Ever Moya, repudió el hecho y pidió al Ministerio Público actuar de oficio.
Asambleístas del oficialismo y la oposición en la Asamblea Legislativa Plurinacional pidieron procesar al alcalde de Quillacollo, Charles Becerra, por agresión física al periodista Walter Gonzales durante la entrada de la Virgen de Urkupiña el pasado miércoles, luego de que éste registrara imágenes del burgomaestre presuntamente consumiendo bebidas alcohólicas detrás del palco principal.
Según reportes de prensa, el alcalde Becerra agarró a patadas al periodista luego de que éste tomara imágenes de la autoridad junto al presidente del Concejo Municipal, Víctor Osinaga, y otros funcionarios presuntamente ingiriendo bebidas alcohólicas.
El presidente de la comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados de la Asamblea Legislativa Plurinacional, Ever Moya (MAS), repudió el hecho y pidió actuar al Ministerio Público.
«Repudiamos esa actitud, todos tenemos derechos y deberes, por lo tanto corresponde que el Ministerio Público asuma su papel de hacer las investigaciones correspondientes y sancionar al alcalde», pidió.
El subjefe de la bancada del MAS en Diputados, Jorge Medina, condenó el acto y exhortó al alcalde a «disculparse» por la agresión.
De la misma manera el diputado de Convergencia Nacional (CN), Alex Orozco, lamentó la actitud del alcalde: «este tipo de hechos empañan los actos por la fiesta de Urkupiña, yo como cochabambino me siento avergonzado, cómo puede ser que esta autoridad emita una ordenanza de no beber y es el primero que lo hace y para rematar agrede a un periodista, esto es de los más bajo», afirmó.
El testimonio del periodista agredido, según refleja el medio digital El Tunari.com, señala que cuando pasaba por el lugar se encontró con el capitán Aldrin Amurrio, quien se encontraba haciendo guardia cerca de un baño portátil, con quien se saludaron para luego proseguir su camino.
«Apenas caminé unos 40 o 50 metros del lugar, apareció de improvisto el alcalde Charles Becerra, quien sin mayores explicaciones me agarró a patadas en la parte de los riñones y me amenazó con hacerme desaparecer, es decir matarme, además de otros improperios. Me dijo que le tenía harto por las cosas que escribo y hablo cuestionando su gestión, por lo que merecía la muerte junto a uno de mis compañeros de trabajo», sostuvo Gonzales.