Inclusión educativa tropieza con falta de infraestructura adecuada
Discapacidad. Educación redacta una norma para eliminar barreras arquitectónicas
La falta de rampas, plataformas y otros elementos en la mayoría de los colegios impide la inclusión educativa de personas con discapacidad, según autoridades involucradas en el tema y un recorrido realizado por La Razón. El ministerio del área alista una norma para subsanar las falencias.
Este medio hizo un recorrido el miércoles por seis unidades educativas de la urbe paceña y verificó que en los edificios nuevos y antiguos no hay rampas, ascensores ni baños adaptados para integrar a las personas con discapacidad. En el colegio Simón Bolívar, por ejemplo, los espacios angostos impiden la circulación.
El kínder Macario Pinilla y la unidad educativa Max Paredes (Sopocachi) tienen aceras sin rampas de acceso para sillas de rueda, y en el área abundan los puestos de venta. Pese a esos inconvenientes, Max Paredes acogió hasta el momento a 50 alumnos con algún tipo de discapacidad. “Nosotros estamos con la educación inclusiva y tenemos profesores capacitados para atender a los niños”, aseguró Ruth Rivera, directora del colegio.
La unidad educativa privada Príncipe de Paz tampoco tiene la infraestructura adecuada al interior y exterior, pero llegan niños ciegos y sordomudos a pasar clases. Ivonne Sapiencia, directora del establecimiento, afirmó que en nueve años se acogió a casi 20 niños con discapacidad. “Un alumno que tiene discapacidad intelectual se graduó, ahora estudia en su casa”. La representante del Defensor del Pueblo en La Paz, Teófila Guarachi, confirmó esta situación con la verificación que realizó su repartición a 45 unidades educativas públicas y privadas de La Paz, antes del inicio de clases.
“Lamentablemente observamos en las infraestructuras grandes falencias para acoger a alumnos con discapacidad. La construcción no está adecuada, hay barreras arquitectónicas, desde las aceras, el portón de ingreso, las gradas y baños. Toda la edificación fue hecha sin pensar en los niños con discapacidad”, señaló.
Según datos del Ministerio de Educación, en el país hay 7.000 niños y adolescentes con discapacidad que asisten a Educación Regular. Para aplicar el nuevo currículo del área se capacitó a 140.000 maestros en sistema braille, lenguaje de señas y otros.
Edificios. El viceministro de Educación Especial y Alternativa, Noel Aguirre, reconoció la problemática y la atribuyó a que la mayoría de los colegios posee una infraestructura antigua. La Alcaldía es responsable de las infraestructuras escolares. El director municipal de Educación, Jorge Gómez, posesionado hace una semana, anunció que verificará qué unidades no tienen espacios adecuados. No obstante, Aguirre informó que para subsanar estas falencias, técnicos del ministerio trabajan en la redacción de una norma que agregará estos aspectos arquitectónicos como requisito para las nuevas edificaciones escolares.
“Estamos trabajando en un reglamento que establecerá tácitamente cómo se deben edificar las nuevas construcciones escolares, con rampas, accesos libres de obstáculos. Si no cumplen estos requisitos, no se aprobará el proyecto”, anunció.
Agregó que para fortalecer la educación inclusiva también se entregará a Educación Regular tablillas de braille, diccionarios de señas adecuados al dialecto boliviano, programas de software y centros audio tiflotécnicos (técnicas para ciegos en el uso de la tecnología). El Ministerio de Educación cuenta con un diccionario dactilológico (en lenguaje de señas) para sordos, un compendio con 500 palabras.
Situación del sector poblacional en el país
Según el Censo de 2012, en Bolivia hay 388.119 personas con discapacidad, equivalente al 3% del total de la población. La mayoría de los casos es por discapacidad visual, motriz y auditiva. Las normas educativas garantizan la educación para este sector poblacional, tanto en Educación Regular (inclusiva) como en Centros de Educación Especial. El ministerio del área asigna el 10% de la carga horaria de maestros especializados al apoyo en colegios que tienen alumnos con discapacidad.
Opiniones
Noel Aguirre: ‘Si la escuela rechaza, habrá sanciones’
“Ninguna unidad educativa puede negarse a inscribir a un alumno que tiene algún tipo de discapacidad, pero es mejor que el padre pase por un centro especial para recibir recomendaciones sobre qué establecimientos tienen plantel especializado. Si un colegio o la escuela rechaza inscribir o maltrata al niño, hay sanciones para el maestro o director”.
Teófila Guarachi: ‘Se coarta el derecho de los niños’
“Si el niño o adolescente que tiene algún tipo de discapacidad no recibe educación, al final no se le está preparando para su proyecto de vida, se frustra su futuro. Se les coarta el derecho a los niños a tener un desarrollo pleno, al que sí acceden otros ciudadanos. Si continuamos así, no estamos cumpliendo con las normativas del país”
Ivonne Sapiencia: ‘Hay que tener mucha paciencia’
“Para dar enseñanza conjunta a niños con y sin discapacidad, el maestro necesita tener mucha paciencia, además de una capacitación en el sistema braille o lenguaje de señas. Los profesores deben realizar la enseñanza sin diferencias y lo más importante es sensibilizar a los niños para evitar la discriminación entre ellos”.
Isabel Larazabal: ‘El apoyo de los papás es importante’
“Para que el niño o adolescente no sienta miedo de ir a la escuela es importante el apoyo y la confianza de los padres en los buenos resultados. Hemos tropezado con progenitores que no acompañan a sus hijos en el desempeño del aprendizaje por falta de tiempo, y para evitarse problemas los dejan encerrados en su casa, grave error”.
Colegio Príncipe de Paz enseña con braille y señas
De los 70 alumnos inscritos para la gestión 2015 en la unidad educativa privada Príncipe de Paz, tres tienen ceguera y uno, sordera. Las clases se imparten de manera conjunta, la diferencia es que la profesora usa el lenguaje de señas o el braille para estos estudiantes.
Aunque el colegio no cuenta con la infraestructura adecuada para la enseñanza inclusiva, la maestra y los alumnos se encargan de hacer más acogedor el ambiente para los niños con discapacidad. Los estudiantes guían a sus compañeros ciegos por el patio o las gradas, y otros aprenden el lenguaje de señas para comunicarse con ellos.
“Mis papás me tenían encerrada en mi casa, pero después decidieron traerme a esta escuela, y ahora tengo hartos amigos”, señaló una alumna con ceguera. Ivonne Sapiencia, directora del establecimiento, dijo que la educación inclusiva se imparte desde el nivel inicial hasta el bachillerato. En nueve años de trayectoria pasaron por las aulas al menos 20 alumnos con discapacidad visual, auditiva e intelectual.
Agregó que este grupo de estudiantes tiene un descuento especial, pues pagan Bs 100 al año por la educación, monto que es asignado al material escolar. El resto paga hasta Bs 200 mensualmente. Una de las alumnas de Sapiencia, Isabel Larazabal, quien se graduó como profesora y se capacitó en educación especial, elabora el material en braille para sus estudiantes en el Príncipe de Paz, basado en los textos del resto.
“Lo primero que les enseño a los niños que asisten por primera vez a la escuela es a desarrollar el sentido del tacto; para ello les entrego a cada uno un cuaderno con diferentes tipos de relieve de tela y luego aprenden el alfabeto en el sistema braille. Tengo niños desde nivel inicial”, mencionó.