Un barbijo, toda la seguridad que tenían víctimas de fuga de gas
Accidente. El Ministerio de Trabajo realiza un informe técnico de lo sucedido y se pronunciará al respecto
Los tres técnicos que fallecieron intoxicados el miércoles dentro de una cámara de la línea primaria de la red de gas en Aranjuez, La Paz, no contaban con indumentaria de seguridad y apenas un barbijo cubría su nariz y su boca, se supo ayer. El director nacional de Bomberos, coronel Gustavo Daza, informó que las víctimas del accidente de trabajo no contaban con vestimenta adecuada.
“Todas las instituciones contamos con protocolos de actuación que indican qué tipo de indumentaria se debe utilizar para esta clase de trabajos, y nos sorprendió ver a estos trabajadores solo con barbijos para un entorno tan peligroso”, manifestó.
El jefe policial añadió que cuando los bomberos realizan tareas en ambientes cerrados donde hay presencia de gases, llevan equipos de respiración autónoma para no inhalar gases tóxicos, botas de protección, máscaras y ropa antiincendios, “porque cuando se trata de gas siempre se puede generar una explosión”.
Ayer también se supo que la empresa Serpetrol, que se adjudicó el contrato con YPFB, subcontrató a la firma Dicab para la instalación de la red primaria de gas natural.
El 2 de marzo, Miguel Cabrera Terán, de 36 años, uno de los dos propietarios de la firma; Adán Mamani Mamani, de 26 años (técnico); el universitario Mauricio Calle Fernández, de 21, quien hacía su proyecto de grado; y Ricardo Cortez Sánchez, de 27 (técnico), se dirigieron a inspeccionar la cámara, ubicada en la avenida Hernando Siles, a la altura del arco de Aranjuez. Su tarea era hacer pruebas con las válvulas, procedimiento previo a la entrega de la red, que estaba prevista en los siguientes días.
Pasante. Mientras manipulaban la llave, se produjo una fuga que ocasionó la muerte de los tres primeros. Cortez, quien se encontraba afuera, intentó ayudarlos. Al sentir el gas, ingresó a la cámara con el objetivo de rescatar a sus compañeros, pero perdió la conciencia. Fue el único que fue rescatado aún con vida.
Maira Fernández, madre de Calle, confirmó que su hijo no tenía equipo de protección. “Estaba con su jean, su chaqueta, un barbijo común y corriente, y unos lentes de plástico. No había seguridad industrial”, denunció.
El joven había concluido la carrera de Mecatrónica en la Universidad Católica, y tras culminar una pasantía de tres meses, continuó en la firma con el objetivo de desarrollar allí su proyecto de grado.
Cabrera Terán, ingeniero electrónico, y su socio José Luis Ayala fundaron Dicap hace nueve años.
“Ya había realizado pruebas desde hace una semana en ese lugar, y el miércoles salió de casa diciendo que tenía que ir a afinar algunos detalles”, contó Yamela Aguilar, su viuda, con quien se casó hace seis años y tiene dos hijos, una niña de cinco y un infante de un año y ocho meses. Respecto a la vestimenta de protección, la viuda aseguró que la empresa de su esposo contaba con el equipamiento adecuado para efectuar este tipo de labores.
Añadió que desconoce las razones por las que ingresaron al recinto subterráneo sin ropa especial. La Razón se contactó con el Ministerio de Trabajo para ver qué medidas de seguridad industrial debieron tomarse. En esa cartera informaron que se elabora un informe que establecerá las causas del accidente, tras el cual habrá un pronunciamiento.
Cortez recuperó la conciencia
Informe
El hospital Arco Iris, donde se encuentra internado Ricardo Cortez Sánchez, informó ayer que “tiene una evolución satisfactoria, está consciente y respira por cuenta propia”.
Sepelios
Los restos de Cabrera y Calle serán sepultados hoy en el Cementerio Jardín durante la mañana. El cuerpo de Mamani fue trasladado a El Alto.
Según la viuda, Dicap tiene seguro de vida
La empresa Dicap, subcontratada por Serpetrol para instalar la red primaria de gas natural domiciliario en Aranjuez, cuenta con seguro de vida. “La empresa de mi esposo tenía las pólizas de seguro; el técnico (Adán Mamani) se beneficiará de la misma, pero el joven (Mauricio Calle) que realizaba su pasantía ya no”, explicó Yamela Aguilar, la viuda de Miguel Cabrera, uno de los dos propietarios de la firma.
El empresario perdió la vida mientras manipulaba una válvula de seguridad dentro de una cámara subterránea. Dicap inició sus actividades en 2000 y tiene presencia en los nueve departamentos del país prestando servicios industriales.