Sociedad

Thursday 10 Oct 2024 | Actualizado a 06:37 AM

Policía devela complicidad; robo y hurtos en locales de diversión

Un oficial de la DACI también alerta sobre los lenocinios clandestinos.

/ 25 de febrero de 2018 / 14:34

El 11 de enero de 2017, seis abogados fueron narcotizados en un karaoke del barrio de Miraflores, La Paz. Cuando despertaron, sus objetos de valor y dinero habían desaparecido. La revisión de las cámaras de vigilancia delató a los culpables.

Se trataba de dos meseros, quienes en complicidad con una mujer, que se hacía pasar por cliente, hurtaron sus teléfonos móviles. 

El año pasado, en La Paz, en 30 intervenciones, la Policía capturó a 50 pildoritas, y en lo que va de este año, a cuatro, informó el mayor Juan José Millán, jefe de la División Propiedades de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) del departamento.

Pero éste no es el único caso.  Hay establecimientos, por lo general ilegales, cuyo personal —administradores, meseros o pinchadiscos— trabaja en complicidad con los asaltantes.

“Hay todo tipo de bares y discotecas; algunos son más frecuentados por gente antisocial. Todo lo que roban,  sean mantas, celulares, dinero, billeteras o joyas, lo depositan en estos sitios para cambiarlos por trago y dinero”, sostuvo un efectivo del Departamento de Análisis Criminal e Inteligencia (DACI) de la fuerza anticrimen de La Paz, quien pidió no ser identificado.

“Los antisociales hacen contacto con los dueños de los establecimientos o con gente que trabaja allí, como meseros o DJ (pinchadiscos), para fichar a posibles víctimas, que tengan objetos de valor, con el fin de robarles”.

Los delincuentes que operan en estos espacios son de tres tipos:  descuidistas, pildoritas  y aquellos que apelan a la violencia.

Encuentre la información completa en la edición impresa de La Razón. (25/02/2018)

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Pablo Osorio: ‘El poeta es un testigo necesario de la sociedad’

El escritor y tiktoker presentó en la Feria Internacional del Libro de Santa Cruz su nuevo poemario

Pablo Osorio Abud (Oruro, 1985) es comediante y escritor. La portada de su libro ha sido diseñada por Natalia Quevedo.

Por Liliana Aguirre

/ 9 de junio de 2024 / 06:43

Con paisajes marcados por el desamor, la pérdida, el Carnaval, el tránsito por dos ciudades, la vida y muerte se ha tejido el poemario De los aquisingos a denantes de Pablo Osorio Abud, el escritor y tiktoker orureño que publicó su tercer libro con una prosa íntima, honesta y vibrante.

El poemario, que fue presentando en la 25ª Feria Internacional del Libro de Santa Cruz, cuenta con más de 60 textos y se corona con poemas que han sido llevados a las plataformas de las redes sociales, en las que el escritor conjuga sus pasiones: la poesía y el TikTok, dándole vida a los escritos en las voces de políticos generadas por inteligencia artificial, quienes con cada una de las palabras escritas por Osorio desbordan pasiones y ambiciones.

En esta entrevista para ESCAPE, el escritor de 38 años cuenta sobre su proceso creativo, el uso de las redes sociales como espacio de consumo poético y el peso de lo político en la poesía con lo que construye irreverentes versos.

— ¿Cómo es que el tránsito entre la vida y la muerte, entre dos ciudades, entre el amor y el desamor ha marcado su obra?

— Mi obra es el resultado de más de 20 años de trabajo en los que he tratado de compilar toda mi producción poética y realizar una curaduría cuidadosa para decidir qué debía estar incluido en este poemario. En dos décadas he vivido muchas experiencias significativas. He vivido entre dos ciudades que han marcado profundamente mi vida: Oruro y Santa Cruz. En ese tiempo, he pasado por historias de amor y corazones rotos, y he sido testigo de momentos trascendentales, como el nacimiento de mis hijos y la muerte de personas queridas. Todas estas vivencias han dejado una huella indeleble en mi poesía.

— ¿Qué hace diferente a este poemario de sus anteriores libros?

— Aunque este poemario incluye muchos textos inspirados por el amor, se distancia significativamente de la adolescencia y el verso enamorado dulzón que caracterizaba mi primer libro. En este nuevo libro, el amor es más doloroso, más cínico, más roto, reflejando las vivencias de alguien que ya ha transitado por muchos caminos. Estos caminos, representados por las ciudades, no solo sirven como escenarios donde se desarrollan los poemas, sino que también se convierten en personajes principales con su propia forma y protagonismo.

— ¿Cómo se puede conjugar el oficio de tiktoker con la poesía? ¿Le ha servido esta plataforma para sus creaciones poéticas?

— Estamos viviendo un momento histórico y revolucionario en el uso de tecnologías, y el arte necesita adaptarse y usar estas herramientas a su favor. Con los videos de TikTok he tratado de enseñar a la audiencia que se puede disfrutar de la poesía con los recursos correctos que demanda esta nueva generación. De esta manera, el libro se convierte en un objeto artístico que las personas que hayan escuchado estos poemas en los videos quieran adquirir, como una forma de quedarse con algo que les gustó en un formato físico. Al mismo tiempo, las redes sociales me permiten una difusión que hoy en día sería impensable utilizando las viejas plataformas, como los eventos literarios o las lecturas de poesía, a las que cada vez menos gente se acerca.

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— Poético, político e irreverente. ¿Por qué usted aborda la política desde el humor en sus textos y no le es indiferente?

— Siempre he creído que la política es ineludible y que el arte debe ser irreverente, porque el otro camino es la complacencia. La poesía llamó mi atención desde muy pequeño, tanto o más que el humor, porque entendí o descubrí en el camino que ambos géneros son hermanos siameses. En ambos casos, se trata de echar luz o mirar allí por donde todos pasan de forma inadvertida, hasta que el poeta o el comediante señalan el camino.

— ¿Desde dónde escribe y produce, desde las vivencias personales o como observador de lo cotidiano?

— Creo que son dos lugares difíciles de separar. No podemos mirar lo cotidiano si no es a través del vidrio o el sesgo de nuestras propias vivencias. No existe la objetividad; toda mirada está empañada por nuestras creencias, vivencias, posturas, influencias y experiencias que hemos adquirido. Por tanto, cuando escribo, trato de que todas esas líneas que me habitan converjan en un mismo punto.

— ¿Cómo es ser poeta en la Bolivia actual?

— El oficio del poeta boliviano quizás es el más ingrato, porque primero no cuenta con una audiencia relevante que le permita sostenerse económicamente con su arte; cada vez hay menos lectores de poesía. Sin embargo, es un oficio que toda sociedad necesita para inmortalizar a su generación. El poeta es un animal callejero, citadino, un testigo necesario de la sociedad, y como la mayoría de los poetas, está condenado a ser valorado por las generaciones venideras. Teniendo en cuenta eso, he tratado de salvarme de esa fatalidad y procurar que mi trabajo sea visto, apoyándome en las herramientas de marketing que he adquirido en el camino. No sé si para bien o para mal, pero espero que mi poesía permanezca.

—¿Por qué tituló así su poemario?

De los aquisingos a denantes es una paráfrasis paródica de la obra De los Apeninos a los Alpes de Amicis. En este poemario, trato de retratar ese viaje, tal vez interno, que hubo en mí al dejar una ciudad y habitar otra. Espero que la audiencia entienda el guiño y se divierta y emocione con esta obra.

Texto: Liliana Aguirre

Fotos: Alvaro Mercado Studio 

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Javier Fernández: Andean Valley busca ubicarse como marca mundial

El director ejecutivo de Andean Valley Corporation comparte cómo visualizó la empresa que dirige y cuáles fueron los resultados tras decidir dar valor agregado a la quinua real. A la fecha, los productos destacan en 11 países del mundo.

/ 31 de marzo de 2021 / 13:34

ENTREVISTA

Con moderna tecnología instalada en su planta procesadora, la empresa Andean Valley, ubicada en El Alto, da valor agregado a la quinua real, transformando el grano en harina, pastas, alimentos para bebé, barras energéticas, flan, brownies y otros. Se trata de productos con una importante demanda externa. Su director ejecutivo, Javier Fernández, destaca los avances de la compañía para posicionarse en un lugar privilegiado en el mercado mundial de alimentos.

—¿Qué implica exportar productos con valor agregado?

—Estamos acostumbrados a visualizarnos como que no podemos o somos los últimos. Considero que es completamente posible que una empresa boliviana destaque en cualquier ámbito. Andean Valley está en camino a posicionarse como una marca mundial, ya que estamos haciendo lo necesario para ello. Somos una empresa que durante los primeros años se dedicó a comercializar quinua, pero hace ocho años cambió el rumbo estratégico basados en todos los elementos diferenciales que tenemos para el mundo y que se han forjado en más de 20 años; esto nos permite visualizar nuestra marca y productos en cualquier supermercado del mundo, porque la quinua tiene todos los elementos necesarios para estar en esos mercados y mucho más que la mayoría de los productos que están allí y que cuentan una historia simplemente a través de una estrategia de marketing, pero mucho más allá de ello no tienen sustento. Con la quinua mostramos lo genuino, lo limpio y que el producto que consumen los clientes no ha deteriorado el ecosistema. Tomamos en cuenta a los productores y nos preocupamos por esas caras, personas y seres humanos que producen este grano andino.

—¿En cuántos países del mundo tienen presencia?

—La empresa tiene presencia en 11 países del mundo. Vas a Hong Kong, China, Chile, Colombia, Costa Rica, Noruega, Portugal, España y Brasil y encuentras estos productos elaborados por una empresa boliviana en su planta de El Alto. Podemos comercializar los productos en grandes cadenas de supermercados y los más importantes del mundo.

—¿Cuál es la estrategia que se aplica para posicionar productos derivados del grano andino con valor agregado?

—Nuestra estrategia comercial está basada en una identificación de cuáles son los países más atractivos en cuanto a la demanda de alimentos saludables, orgánicos, libres de gluten, veganos y vegetarianos. Hoy en día hay muchos países que están siguiendo esta tendencia agresivamente. También hay otros muchos países que recién están entrando en esto en el mundo y están ávidos de alternativas de estas características con alimentos saludables y libres de alérgenos. Cada vez hay una concientización del impacto en el ecosistema en cuanto a la producción animal (carne de res y pollo) y no solo es compasión por los animales sino que esa industria es de las más contaminantes del planeta. Además, dentro de nuestra estrategia hay una oferta directa y sin intermediarios. En los grandes países y mercados, la tendencia lleva a que el consumidor quiera saber quién es el proveedor del producto y qué hace esta marca con el ecosistema y cómo se comporta con el mundo, productores, vecinos y trabajadores en términos éticos. Por ello, lo que tiene que ver con intermediación está en regresión, por eso somos proveedores de grandes marcas.

—¿Con qué marcas internacionales trabajan?

—Somos proveedores de envase de origen de Costco, que es una de las más grandes cadenas de supermercados de EEUU, y nosotros les envasamos el producto en nuestra planta para su marca Kirkland. También lo hacemos para otras empresas representativas e importantes como Quinoa Corporation con su marca Ancient Harvest, Natural en Kuwait y Vitaplus en Austria. Son marcas posicionadas en el mundo hace mucho tiempo.

—¿El negocio está en los productos orgánicos y esa fue la apuesta en su empresa?

—Durante un momento de mi vida universitaria encontré un espacio de conocimiento e información sobre la agricultura sostenible, basada en criterios de sostenibilidad, cuidado del medioambiente y productos destinados para el consumo humano. Estudiaba y me daba cuenta de que había un enorme uso e indiscriminado de químicos en la agricultura. No soy un fundamentalista de lo orgánico (…), pero por supuesto sí existe la posibilidad de llevar cierta agricultura y productos en varios países hacia criterios de agricultura sostenible y agroecológica. Con ello visualicé el tamaño de mercado que es el del mundo orgánico, y la quinua inmediatamente tuvo sentido.

PERFIL

Nombre: Javier Fernández

Cargo: Director Ejecutivo de Andean Valley

VISIONARIO

Es ingeniero agrónomo de la Universidad Austral de Chile. Después de finalizar sus estudios, hace más de 20 años, fundó la compañía que dirige y desde allí promueve la producción, procesamiento y exportación orgánica y sostenible de la quinua real.

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Julio Patiño: Energía fotovoltaica ahorra un 50% del consumo eléctrico

El ingeniero industrial tiene una amplia experiencia internacional en la implementación de energías limpias que no emiten C02. Es impulsor de un emprendimiento en Bolivia a través del cual brinda sistemas fotovoltaicos para eficiencia energética de empresas.

/ 24 de marzo de 2021 / 15:29

ENTREVISTA

Las energías renovables están en agenda en el país con una serie de proyectos nacionales como la planta solar en Oruro, con una capacidad total de 100 megavatios (MW), y la planta solar más alta del mundo en el Salar de Uyuni, con una capacidad de 60 MW. Estas soluciones evitan el uso de fuentes energéticas de combustibles fósiles, permitiendo así incrementar el uso de energías limpias. El experto e impulsor de Innovasol, Julio Patiño, explica el uso de estas energías y el proyecto que desarrolla.

—¿Cuáles son y cómo se obtienen las energías limpias?

—Energías alternativas, energía limpia, energía verde o energía renovable son todas aquellas que provienen de recursos naturales que al utilizarlas para generación eléctrica no contaminan el medioambiente. Se puede obtener energía limpia de muchas maneras y en la naturaleza se encuentran una variedad de fuentes inagotables incluyendo luz solar, el viento, vapor de fuentes volcánicas, y embalses de agua.

—¿Cuánto se ahorra utilizando energía fotovoltaica?

—Ello está en función a la capacidad instalada del sistema y la cantidad de energía eléctrica que se piensa desplazar a través de nuestros equipos. Podemos ahorrar un 50% del consumo eléctrico en horas diurnas de operación. El ahorro monetizado dependerá de la tarifa del cliente. Como ejemplo una planta de 30 kilovatios le permitirá ahorrar al usuario unos Bs. 5.000 por mes, si ésta tuviera una tarifa promedio de Bs. 0.97/kwh.

—¿Cómo y en qué condiciones funciona  este tipo de energía?

—A través de módulos fotovoltaicos (placas que miden aproximadamente 2m x 1m x 40 cm), que se colocan en el techo o en el suelo. Estas captan energía que proviene de los rayos del sol, que es transformada en corriente continua mediante el efecto fotoeléctrico. Este proceso químico consiste en la producción de electricidad, en cuanto radiación, como ser la de la luz del sol, impacta contra la superficie del módulo fotovoltaico. Varios módulos interconectados producen energía eléctrica que se usa para domicilios o aplicaciones comerciales o industriales. La energía solar fotovoltaica puede ser utilizada en zonas aisladas (Off Grid), es decir, fuera de la red convencional o conectada a la red trabajando en forma paralela, a estos últimos sistemas se los llama sistemas fotovoltaicos conectados a la red (On Grid).

—¿El nivel de radiación solar en la zona andina del país que ventajas presenta?

—Por la altura de la zona andina, hay mayor exposición a los rayos del sol que se traduce en índices de rendimiento muy altos. Equipos instalados en regiones como el Altiplano rinden 30% más energía que similares en las llanuras orientales. Una planta de 30 kilovatios de potencia instalada en La Paz produciría 63.000 kilovatios hora/año, mientras que la misma planta en Santa Cruz solo produciría  45,000 kilovatios hora/año. 

—¿Cuál el objetivo de su empresa y su oferta de energía?

—Innovasol, con dos años de creación, es una empresa que tiene como objetivo fomentar el uso de energías renovables en entidades comerciales e industriales, a nivel nacional, que buscan reducir su gasto energético utilizando energía solar. Innovasol es la primera y única empresa que financia, desarrolla e instala sistemas de energía fotovoltaica bajo este esquema.

—¿Esta energía puede usarse en casas e industrias?

—La tecnología puede utilizarse tanto en empresas como hogares con el potencial de altos índices de ahorro de energía. En este momento el marco legal restringe la óptima utilización de estos sistemas para hogares.

—¿Cuántas empresas bolivianas implementaron el uso de la energía fotovoltaica?

—Hay muy poca información oficial sobre este aspecto. Cada vez hay más empresas que deciden apostar por las energías limpias e implementan sistemas de energía fotovoltaica para autoconsumo, de los cuales más de 15 corresponden a nuestro portafolio.

—¿Cuál es la inversión aproximada para implementar esta energía limpia?

—Ello depende de la potencia instalada del sistema y la complejidad de instalación. Sin embargo, a través de Innovasol el cliente no asume ningún costo para el sistema. Innovasol corre con el 100% de todos los costos del equipo y su instalación. El cliente solo paga el costo mensual del servicio de arrendamiento, monto que se calcula en función a la capacidad eléctrica del sistema y la tarifa eléctrica que el cliente tuviera.

—¿Cuáles son los beneficios para el medio ambiente de la energía fotovoltaica?

—Si bien todavía hay mucho camino por recorrer, sabemos el potencial que tiene Bolivia para producir electricidad con energías renovables, como así también la preocupación de varias entidades de apoyar al medio ambiente a través de la reducción de sus emisiones de dióxido de carbono (CO2). Por ello, estamos trabajando para alcanzar el objetivo de tener instalado 1 MW de sistemas solares para fines del 2021, meta que representaría mitigar la emisión de 950 toneladas de CO2 por año (…). Las empresas en Bolivia necesitan un vehículo de transición hacia un modelo energético fundado y basado en el uso eficiente de las energías renovables con modelos de autoconsumo en los que se esté utilizando la tecnología fotovoltaica.

PERFIL

Nombre: Julio Patiño

Profesión: Ingeniero industrial

EXPERTO

Tiene 39 años de experiencia, de los cuales 20 trabajó con energías renovables. Ha sido asesor técnico para el IFC y el Banco Mundial en proyectos de energía solar en Asia, África y Latinoamérica. Dirigió proyectos en Bolivia para el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

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Ronald Reyes: Por el COVID-19, la demanda de fármacos creció de forma exponencial

El nuevo gerente de Droguería Inti cuenta los desafíos que afrontó la empresa ante la creciente demanda de medicamentos durante la primera y segunda ola de la pandemia. Tras esa experiencia, la compañía apunta a satisfacer los requerimientos de la población

/ 10 de marzo de 2021 / 17:47

Entrevista

Desde el pasado 8 de febrero, Ronald Reyes asumió la gerencia de Droguería Inti. El flamante gerente habló con La Razón sobre el reto que afronta la compañía farmacéutica y los proyectos a futuro.

—¿Qué retos implica asumir la gerencia de Inti?

—Para mí es, sin duda, un gran desafío personal y profesional. Droguería Inti es una empresa líder que en sus 84 años de trayectoria ha forjado su misión de contribuir a preservar y cuidar la salud y la vida de las personas. Estos antecedentes nos motivan a superarnos y estar bien enfocados en las próximas reinversiones, innovación y trabajo en equipo, tal como nos enseñó nuestro querido amigo Christian Schilling que, como ustedes saben, resaltaba por su calidad humana y disciplina laboral.

—¿En qué porcentaje ha crecido la demanda de medicamentos que ustedes producen con la llegada de la pandemia, es decir, durante la primera y segunda ola?

—El crecimiento de la demanda ha sido exponencial desde los primeros meses de la pandemia en Bolivia. Lo que antes se vendía en seis meses se agotó en un corto periodo. Sin embargo, nuestra capacidad de producción y logística de distribución nos han permitido mantener el mercado cubierto y abastecido de medicamentos de primera necesidad como antigripales, vitaminas y analgésicos. Además del clásico Mentisán.

—¿Cómo han sobrellevado la importación de excipientes con el cierre de fronteras durante la cuarentena rígida?

—Ha sido una etapa complicada para el sector dedicado a la salud. Contamos con un stock de seguridad de más 180 días en los principales insumos y productos terminados, que nos permitió reaccionar a las necesidades de la demanda del mercado interno. Hemos contado con el apoyo de los proveedores nacionales y extranjeros en el oportuno abastecimiento de insumos por la estrecha relación de trabajo en muchos años.

El nuevo gerente de Droguería Inti cuenta los desafíos que afrontó la empresa ante la creciente demanda de medicamentos durante la primera y segunda ola de la pandemia. Tras esa experiencia, la compañía apunta a satisfacer los requerimientos de la población.

—Como droguería, ¿cómo le hacen frente a la competencia ilegal del contrabando?

—El contrabando es una actividad ilegal que estimamos afecta hasta en un 30%, pero es imposible medirlo porque no hay documentación y varía según la tasa cambiaria en las fronteras con los países vecinos. Sin embargo, nosotros ofrecemos calidad y seguridad, esa es nuestra propuesta de valor. Las farmacias saben que nuestros productos tienen garantía y cumplen con todas las normas de calidad, conservación, almacenaje y distribución. 

—¿Cuál es la clave para mantenerse vigentes 84 años?

—Tenemos experiencia comprobada en el sector y un equipo humano comprometido. En los 84 años de vida institucional hemos respondido proactivamente a las diferentes necesidades de la población en temas de salud. Todas nuestras líneas de producción cumplen las normas establecidas por las autoridades. Tenemos un equipo multidisciplinario de profesionales, más de 40 personas, investigando los diferentes principios activos para combatir diversas enfermedades, un equipo que vela por garantizar calidad en toda la cadena de producción y otro grupo de colaboradores dialogando con las farmacéuticas, médicos y distribuyendo nuestros productos en el país. Inti es una empresa orientada al cliente, que trabaja con honestidad y respeto y estoy seguro de que, eso, nos permite mantener un liderazgo importante en el sector.

—¿Qué proyecciones tiene para esta gestión?

—Nuestro principal propósito es cuidar la salud de los bolivianos, con un trabajo enfocado en el servicio y cumplimiento a la demanda de la población en el contexto que atravesamos. La producción y abastecimiento de fármacos en cada punto de distribución es un tema importante para nosotros. Seguiremos innovando con nuevos fármacos que ayuden a mejorar la salud de la población, que sean accesibles y, sobre todo, bajo estrictas normas de calidad en todas las fases de producción.

PERFIL

Nombre: Ronald Reyes

Cargo: Gerente de  Droguería Inti

Administrador

Es magíster en Administración de Empresas de HIID-Harvard Institute for International Development-Universidad Católica Boliviana. Cuenta con estudios en Grupo Financiero Probursa, en la ciudad de México, y se especializó en Finanzas en The University of Chicago Booth School of Bussiness. Cuenta con más de 10 años de experiencia en finanzas, banca y agencias de bolsa. Desempeñó funciones como gerente general en Valores Unión SA y en 1993 fue premiado por la Bolsa Boliviana de Valores como “Mejor operador de Bolsa”. Trabaja 24 años en Droguería Inti

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Mañaneras: Aguja e hilo, armas de lucha contra la pobreza

El 80% de sus integrantes son mujeres y tienen más de medio siglo de existencia

/ 10 de marzo de 2021 / 16:51

No hay puntada sin hilo”, dice un refrán y también lo repiten las mañaneras. Cada una de las integrantes de esta asociación tiene una historia personal detrás de cada trabajo. Es un oficio que se hereda, de generación en generación en la mayor parte de los casos, y en el que el 80% de sus afiliadas son mujeres, quienes costuran y venden sus propios productos.

Las mañaneras son conocidas por comercializar sus confecciones en las calles, por la Tumusla y la plaza Eguino desde muy tempranas horas del día hasta antes de las 10.00, ya que esos espacios son ocupados luego por las vendedoras con patente y en el mundo de los comerciantes informales la territorialidad no da tregua. Esta actividad data de hace medio siglo, con una historia de organización gremial organizada para sobrevivir.

Esther Chura es una de las mañaneras. Su madre se dedicó a este oficio y ahora lo hace ella y también su hermano, quien migró y trabajó durante años en talleres de costura en Argentina y al volver al país empleó todos sus conocimientos para instalar su propio taller junto a ella.

Chura abre las puertas de su espacio de trabajo en Senkata, donde yacen máquinas a pedal, telas e hilos multicolores con los que sus operarios confeccionan prendas, especialmente para invierno, aunque la coyuntura de la pandemia del COVID19 hizo que el negocio se amplíe a la costura de los trajes de bioseguridad para ambos sexos y todas las edades.

Vencer a la pobreza es el común denominador de las integrantes de este sector, en el que muchas han demostrado que sí es posible y se han convertido en las propietarias de unidades productivas.

Un ejemplo de ello es Clementina Quispe, quien nació en Santiago de Machaca y trabajó desde los siete años de vida, ya que su familia era numerosa y de escasos recursos. “No sabía hablar castellano, mi mamá era aymara cerrada”, cuenta. En su vida laboral hizo de todo y hasta fue trabajadora del hogar en Santiago de Chile, pero su destino cambió en 1999 cuando su madre se accidentó y volvió al país.

“En 1999 empecé a estudiar en el colegio Don Bosco y trabajé cuatro años en la sección de camisas de los costureros y era empleada. De ahí quería estudiar y quise superarme. Comencé a diseñar. A mis 32 años tuve mis propias máquinas. Comencé con faldas y ahora soy múltiple. Ya soy diseñadora y soy patronista múltiple”, señala Quispe, quien ahora tiene su propio taller y operarios bajo su mando.

El taller en Senkata, de Esther Chura. Foto: Álvaro Valero

Costura que trasciende fronteras

Chura explica que “para el mercado boliviano, cada taller produce 20 unidades por día y con eso tenemos un ingreso de subsistencia. Por eso, 40 talleres hemos apuntado a la exportación, sin embargo ahora esta opción está parada”.

Exportar sus prendas es casi imposible porque los países de la región piden una denominación de origen y en Bolivia no se produce tela, hilos y otros elementos para la confección, aunque sí existe la mano de obra calificada. “Pese a ese aspecto, desde hace dos décadas conseguimos un comprador de nacionalidad venezolana, quien hasta 2019 importaba un contenedor anual con nuestras prendas. No perdemos la fe de volver a exportar y nos estamos capacitando con la fundación Folster en este tema”, señala Quispe, cuyo taller está en Achumani.

Estas mujeres encontraron en la costura un medio de vida desde 1968. En la actualidad cuentan con 1.785 miembros registrados, según datos municipales. En cada puntada que dan imprimen una esperanza y una de ellas es seguir prosperando, comprar máquinas más modernas para ahorrar tiempo, producir más y poder hacerle frente a las importaciones de ropa provenientes del gigante asiático, China, para que su oficio siga existiendo.

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