Sentado en su camilla, Kevin sonríe bajo la mirada de su mamá y su peluche, sus dos fieles compañeros en el hospital. A sus cinco años, el niño es un luchador, hace solo unos días fue sometido a una cirugía a corazón abierto de la cual salió de manera exitosa. Su mamá ahora respira tranquila y lo cuida en su recuperación.
“Antes de la operación estaba triste, tenía miedo, pero cuando me enteré que ha salido bien me puse feliz. Ahora está bien y está caminando normalmente, es una preocupación menos”, contó a La Razón la madre de Kevin, Magdalena Escóbar.
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Una cirugía a corazón abierto le devolvió la esperanza de vida a Kevin. Él es uno de los nueve pequeños con patologías que fueron beneficiados por la campaña del Hospital del Niño “Ovidio Aliaga Uría” y especialistas de la fundación Gift of Life International Mission Report.
Una vez por año, niños con problemas del corazón son seleccionados para las cirugías a corazón abierto de alta complejidad que ejecuta esta campaña. Este 2023, nueve pequeños de diferentes departamentos fueron sometidos a cirugía satisfactoriamente.
“Vamos a cumplir la meta de nueve niños operados y el hospital no es que solamente opera durante las campañas, opera todo el año. Lo único malo que tenemos es que hay un solo día quirúrgico donde se opera un niño a la semana, lo cual hace que nos retrasemos. La idea con estas campañas es poder operar 10 niños en una sola vez”, dijo a La Razón el jefe de la Unidad de Cardiología del Hospital del Niño, Jesús Pozo.
CAMPAÑA
El especialista agregó que las cirugías a corazón abierto son bastante complejas. De acuerdo con el grado de dificultad se clasifican en Rush (ultrasonido rápido para shock e hipotensión, por sus siglas en inglés) 1, 2, 3, 4, 5, y 6. En el Hospital del Niño se llega hasta Rush 3, empero, el objetivo es ampliar las cirugías hasta llegar a atender las más complejas en el futuro.
Pozo destacó que existen profesionales calificados en el Hospital del Niño de La Paz, que es un referente a nivel nacional, lo que se necesita es que el equipamiento esté a la par. Para realizar cirugías a corazón abierto se precisan más camas de terapia intensiva pediátrica, por lo que se hizo un pedido al Gobierno para que esto se logre.
“Lo que necesitamos es que se pueda construir un Área de Terapia Cardiovascular para que no nos retrasemos. Porque el otro tema es que operamos, pero no hay camas en terapia intensiva; luego necesitamos material que cuando hacemos cirugía al niño. Tenemos que conectarlo a una máquina de circulación extracorpórea; para eso se necesita de oxigenadores que salen alrededor de 2.000 y 3.000 dólares por cada paciente”, explicó.
CIRUGÍA
Pese a la complejidad y la aún necesaria actualización de equipos, los profesionales operan motivados por salvar la vida de los niños. El cardiólogo infantil Oscar Ballivián indicó que si bien las cirugías a corazón abierto son complejas, hay la satisfacción de grupo de poder ver a los niños recuperados y con nuevas esperanzas de vida.
“Es todo un equipo multidisciplinario, es toda una logística. La parte de Cardiología Infantil, Pediatría, Anestesiología, circulantes, cirujanos. Dentro del quirófano hay quien maneja la maquina prefusión, que actúa de corazón, uno local y otro de invitación de la fundación, más o menos son de 17 a 20 personas que se movilizan para cada operación”, explicó Ballivián a La Razón.
Una operación a corazón abierto en establecimientos de salud privados puede costar entre $us 15.000 y $us 20.000, según la complejidad de la cirugía, afirmó Ballivian. La inversión no es solo necesaria para la cirugía; luego de esta el niño debe permanecer en terapia intensiva al menos tres días, para luego pasar a sala de recuperación. A esto se suma la medicación que tiene costos elevados. En casos más complejos el costo de operación puede llegar fácilmente a los $us 50.000.
Los especialistas esperan que la fundación Gift of Life siga colaborando con los gastos de las operaciones y que las campañas se realicen al menos tres veces al año. En tanto, la cruzada continuará operando.
Kevin se refugia en los brazos de su mamá mientras se recupera de su compleja intervención. Los problemas parecen haber terminado, Magdalena mira feliz a su niño.
Ahora, cuentan juntos los días para su alta. Magdalena se prepara para buscar un kínder para su pequeño, el objetivo es que estudie en la ciudad de El Alto, donde ellos viven.