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Sumergida en la pandemia, la educación vive una desafiante transformación

Las clases ahora tienen tres modalidades. Foto: APG.

Tres años han pasado y la transformación sigue en curso. La educación recibió con la llegada de la pandemia del COVID-19, en 2020, uno de los golpes más duros; con las aulas vacías por el temor al nuevo virus y un anticipado cierre del año escolar, aún se lucha por recuperar el tiempo perdido y adecuar el aprendizaje a la nueva realidad.

“Tuvimos muchas dificultades y eso debemos admitirlo. No solo en Bolivia, en el mundo; eso precisamente afectó en la educación de nuestros estudiantes, por eso el objetivo fue recuperar los aprendizajes”, expresó a La Razón el ministro de Educación, Édgar Pary.

El 10 de marzo de 2020, el COVID-19 llegó a Bolivia. Solo días después las decisiones del entonces gobierno transitorio se orientaron en un encierro masivo, una cuarentena rígida, que hacía imposible mandar a los niños al colegio.

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“La pandemia, de manera estructural, creo que nos ha hecho ver la realidad al mundo entero, no solo a Bolivia, de que no estamos preparados para enfrentar una crisis así, mucho menos los sistemas educativos de países subdesarrollados como el nuestro”, indicó a La Razón el maestro y representante del magisterio urbano, Patricio Molina.

Los maestros quedaron arrinconados. Muchos colegios no tenían ni una plataforma para pasar clases virtuales y otros ni acceso a internet. Se buscaron todos los recursos posibles, pero la situación fue insostenible. Entonces el gobierno de Jeanine Áñez decidió un cierre del año escolar en agosto de 2020, con una aprobación automática de todos los estudiantes; estudios demuestran que Bolivia fue uno de los países con menos jornadas de clases en la región.

“La pandemia ha obligado a que el maestro y el estudiante se separen. Primero por una decisión muy irresponsable de Víctor Hugo Cárdenas (ministro de Educación en la gestión de Áñez) de clausurar el año escolar”, indicó Molina.

En 2021 la situación no había cambiado demasiado. Las vacunas apenas empezaban a llegar y el COVID-19 era aún una amenaza latente. No había tregua, la transformación de la educación ya era ineludible.

“El maestro ha tenido que responder e incluso sustentar esta crisis. Volver a reencontrar al maestro con el estudiante ha sido muy, pero muy difícil. El tema de las condiciones tecnológicas”, informó el maestro.

El Ministerio de Educación, ahora de un nuevo gobierno a la cabeza de Luis Arce, decidió un cambio sin precedentes, aplicar tres modalidades de clases: presencial, semipresencial y a distancia, con ayuda de la virtualidad y la enseñanza por radio y televisión.

Los centros urbanos estaban aún encerrados, en el área rural ya se animaban a ir a los colegios por los bajos niveles de contagios. La llegada de las vacunas y la eventual inoculación de maestros y estudiantes dieron un impulso importante y para finales de 2021 el porcentaje de asistencia a aulas se incrementó.

“Devolver el derecho a la educación fue una medida prioritaria, ese era el compromiso del presidente en época electoral. Teníamos que atender y ver otras modalidades”, contó el ministro.

Aunque las opciones ya eran más con las modalidades a distancia, volver a las aulas siempre fue la prioridad. Era innegable que el encuentro entre estudiantes y maestros resultaba imprescindible para los procesos de aprendizaje, había quienes estaban hasta un año sin ver en persona a sus profesores.

El sueño, entonces imposible, se fue haciendo realidad. Con esfuerzo de autoridades, maestros y estudiantes las aulas volvieron a estar llenas de niños y adolescentes mientras avanzaba el 2021. Ahora, pese a que el COVID-19 sigue generando contagios, estos han bajado, mientras que son cada vez más los estudiantes en los colegios.

Para el Ministerio de Educación este es solo el primer paso. Aún quedan las huellas del tiempo que se perdió en 2020. Desde 2021 se tuvo que rediseñar el plan educativo y dedicar semanas a la nivelación escolar, ahora viene la transformación con la necesidad de actualizar los contenidos educativos a esta nueva realidad.

“El objetivo fue recuperar los aprendizajes, por eso queremos fortalecerlos, queremos mejorarlos. Incorporar nuevos contenidos, que es básico e importante (…) Ya cambia la dinámica, nos obliga, nos exige (…) la realidad, la necesidad nos obliga a actualizarnos”, aseveró Pary.