Envuelto de fe, el mes de la Pachamama llega y llena de ilusión a las familias
Desde hace días, las familias acuden en busca de las mesas tradicionales para ofrendar a la Madre Tierra.
María prepara las mesas de ofrenda para la Pachamama, en su abarrotado puesto de la calle Max Paredes de La Paz. Foto: Roberto Guzmán.
Envuelto de fe, el mes de la Pachamama llega y llena de ilusión a las familias, que desde las primeras horas de agosto ya empezaron a hacer arder sus mesas dulces, frutas y todo tipo de ofrendas para la Madre Tierra.
“La gente pide más salud, dinero a la Pachamama, para que les vaya bien, dinero, clientes, de todo. Este mes de agosto todo hay que pedirse, la boca está abierta, la tierra está de hambre, tienen que prepararse una mesita, con fe hay que wajt’ar”, explicó a La Razón María Acho, comerciante chiflera de la calle Santa Cruz, en el centro de la ciudad de La Paz.
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El olor tradicional de las ofrendas de las mesas para la Madre Tierra se siente en las calles de La Paz desde los primeros minutos de agosto. Las familias se reúnen alrededor de las wajt’as para agradecer a la Pachamama por lo recibido y pedirle que las sigan llenando de bendiciones.
PACHAMAMA
“Todo es por fe. Por la salud y para agradecerle a la Pachamama”, contó Rosario, una de las decenas de personas que acudió a la calle Max Paredes de La Paz para pedir una mesa para ofrendarla.
Algunas familias tomaron ya sus previsiones incluso días antes de que llegue agosto, para apenas iniciado este tradicional mes de la Pachamama puedan hacer arder junto con sus familias las mesas de agradecimiento y pedido.
“No es solo hoy, desde hace una semana ya estaba así, haciendo las filas para llevar la mesita para hacer pasar en este mes de agosto”, expresó a La Razón María, cuyo puesto instalado en la calle Max Paredes, en el macrodistrito del mismo nombre de La Paz, es uno de los más buscados.
Cajas en mano, quienes tienen fe en la Madre Tierra hacen filas ya desde hace días para que las manos expertas de las chifleras pongan cada dulce, fruta y ofrenda justa para lo que la familia quiere agradecer y pedir a la Pachamama. Una a una, todas las piezas de la mesa tienen un significado especial y son parte de la tradición forjada por generaciones.