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El mestizaje del flamenco

Treinta bailarines en el décimo aniversario de la compañía A Compás

/ 5 de octubre de 2014 / 04:00

Resulta evidente que la danza flamenca ha tenido una gran aceptación en La Paz estos los últimos años, y que no ha decaído en su crecimiento. Así, se ha generado una gran cantidad de admiradores que siguen de cerca el trabajo de A Compás, una compañía que desde hace una década viene promoviendo este arte y formando artistas profesionales. En su reciente propuesta, el espectáculo titulado Diez años y pa’lante, ha reunido y revisado lo mejor de su repertorio, y presenta estrenos y algunas coreografías de Marcos Jiménez, bailaor y coreógrafo sevillano que visitó Bolivia el año pasado.

La compañía, bajo la dirección del bailarín y también coreógrafo Yadir Vázquez —que desarrolló gran parte de su carrera en el Ballet Español de Cuba— estrenó la temporada en el Teatro Municipal Alberto Saavedra Pérez, en el marco de la cuarta edición del festival La Paz Danza. Para esa ocasión puso en escena a más de 30 bailarines y contó con el apoyo de varios artistas invitados, entre ellos Manfariel Gitano y parte de los integrantes de la Asociación de Danzas Folklóricas y del grupo de danza árabe Danielle Giselle, quienes ofrecieron un espectáculo con música en vivo, vibrante y de calidad.

La propuesta de Vázquez fue hacer evidente el mestizaje cultural de donde proviene el flamenco que —si bien es original de Andalucía— tiene raíces árabes, indias, gitanas, e incluso africanas. La mezcla se completa incorporando elementos de las culturas caribeñas, que forman parte importante de su acervo hoy en día. De esta forma el coreógrafo ha sido capaz de mostrar esa suerte de crisol que representa este arte, que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) declaró en 2010 Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

A Compás despliega en el escenario una interpretación impecable, cargada de energía, dramatismo, sensualidad, gracia, dulzura y elegancia. Por parte de su cuerpo de baile –integrado por bailarinas formadas todas en su escuela– también se pudo apreciar el talento de las nuevas bailaoras, que aspiran a integrarse definitivamente a la compañía, así como la gran calidad artística de las bailarinas invitadas de los otros grupos.

El baile flamenco se caracteriza por sus movimientos cadenciosos y gráciles, que le otorgan una gran expresividad, y por sus enérgicos zapateos, elementos todos presentes en el espectáculo de A Compás. Se trata un arte que cautiva a todo quien se expone a vivirlo, ya sea abordándolo a través de la danza o la música. Para quienes lo practican se convierte, sin duda, en una experiencia de alta intensidad, y más aún cuando está acompañado de rigor técnico. Para el público espectador representa también una experiencia conmovedora, que en esta ocasión tenemos la oportunidad de disfrutar con el particular sello de Vázquez.

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Treinta bailarines en el décimo aniversario de la compañía A Compás

/ 5 de octubre de 2014 / 04:00

Resulta evidente que la danza flamenca ha tenido una gran aceptación en La Paz estos los últimos años, y que no ha decaído en su crecimiento. Así, se ha generado una gran cantidad de admiradores que siguen de cerca el trabajo de A Compás, una compañía que desde hace una década viene promoviendo este arte y formando artistas profesionales. En su reciente propuesta, el espectáculo titulado Diez años y pa’lante, ha reunido y revisado lo mejor de su repertorio, y presenta estrenos y algunas coreografías de Marcos Jiménez, bailaor y coreógrafo sevillano que visitó Bolivia el año pasado.

La compañía, bajo la dirección del bailarín y también coreógrafo Yadir Vázquez —que desarrolló gran parte de su carrera en el Ballet Español de Cuba— estrenó la temporada en el Teatro Municipal Alberto Saavedra Pérez, en el marco de la cuarta edición del festival La Paz Danza. Para esa ocasión puso en escena a más de 30 bailarines y contó con el apoyo de varios artistas invitados, entre ellos Manfariel Gitano y parte de los integrantes de la Asociación de Danzas Folklóricas y del grupo de danza árabe Danielle Giselle, quienes ofrecieron un espectáculo con música en vivo, vibrante y de calidad.

La propuesta de Vázquez fue hacer evidente el mestizaje cultural de donde proviene el flamenco que —si bien es original de Andalucía— tiene raíces árabes, indias, gitanas, e incluso africanas. La mezcla se completa incorporando elementos de las culturas caribeñas, que forman parte importante de su acervo hoy en día. De esta forma el coreógrafo ha sido capaz de mostrar esa suerte de crisol que representa este arte, que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) declaró en 2010 Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

A Compás despliega en el escenario una interpretación impecable, cargada de energía, dramatismo, sensualidad, gracia, dulzura y elegancia. Por parte de su cuerpo de baile –integrado por bailarinas formadas todas en su escuela– también se pudo apreciar el talento de las nuevas bailaoras, que aspiran a integrarse definitivamente a la compañía, así como la gran calidad artística de las bailarinas invitadas de los otros grupos.

El baile flamenco se caracteriza por sus movimientos cadenciosos y gráciles, que le otorgan una gran expresividad, y por sus enérgicos zapateos, elementos todos presentes en el espectáculo de A Compás. Se trata un arte que cautiva a todo quien se expone a vivirlo, ya sea abordándolo a través de la danza o la música. Para quienes lo practican se convierte, sin duda, en una experiencia de alta intensidad, y más aún cuando está acompañado de rigor técnico. Para el público espectador representa también una experiencia conmovedora, que en esta ocasión tenemos la oportunidad de disfrutar con el particular sello de Vázquez.

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