La Berlinale más comprometida
‘Fuocoammare’, un clamor a favor de los refugiados, gana el Oso de Oro en un festival volcado en el cine político y de denuncia.
Como ya se esperaba desde que comenzó, el festival de cine de Berlín, la Berlinale, se convirtió este año en un homenaje al cine comprometido, y entregó la semana pasada su máximo premio, el Oso de Oro, a Fuocoammare (Fuego en el mar), un desgarrador filme del italiano Gianfranco Rosi sobre el drama de los refugiados que día a día arriesgan su vida por alcanzar la isla de Lampedusa, una tragedia que ha convertido al Mediterráneo en una inmensa tumba.
Este filme partía como favorito ya antes de proyectarse, pues parece hecho a medida de un festival que esta vez sí que cumplió con creces uno de sus mandatos: respaldar el cine político. El resto del palmarés siguió en esta línea y quedó salpicado de mensajes de alerta a otros conflictos en aquella zona del mundo, como los de los Balcanes o el del Magreb.
Al recoger su premio, el italiano Gianfranco Rosi, director de Fuocoammare, definió las muertes de migrantes y refugiados que intentan llegar a la Unión Europea desde Siria y otros lugares en guerra como “la mayor catástrofe desde el Holocausto”. La película combina el documental y la ficción y se pensó desde un principio como un grito de alerta que narra la tragedia de una isla de 20 kilómetros cuadrados a la que llegaron, vivos o muertos, 400.000 refugiados —hombres, mujeres y niños— en los últimos años. Su denuncia sin ambages hizo que, además del Oso de Oro, obtuviese varios premios de los jurados independientes: el de la ONG de Derechos Humanos Amnistía Internacional y el de los lectores del diario Berliner Morgenpost, entre otros. Para amplificar aún más el mensaje, y terminar de ponerle rostro ante las cámaras, Rosi hizo subir al escenario al médico de la isla, Pietro Bartolo.
PROFUNDIDAD. El jurado de la Berlinale estaba presidido por la actriz estadounidense Meryl Streep, una conocida defensora de multitud de causas a lo largo de su carrera. Tal vez por eso de entre los 18 títulos a concurso y cinco fuera de la competición especial se distinguió también Smrt u Sarajevu (Muerte en Sarajevo), del bosnio Danis Tanovic, con el Premio Especial del Jurado. Trata con profundidad pero sin afectación las heridas que aún quedan abiertas en esa conflictiva región, dos décadas después del final oficial de las varias guerras que la destrozaron. El argumento convierte el Hotel Europa de la capital bosnia en un microcosmos en el que se manifiesta el hervidero balcánico, durante los preparativos para conmemorar el centenario del atentado contra Francisco Fernando de Austria, el 28 de junio de 1914, que desencadenó la I Guerra Mundial. Así, la carrera de Tanovic va cumpliendo con las expectativas que creó cuando en 2013 ganó este mismo premio. La crisis política que arrastra el Magreb también mereció la atención del festival, que otorgó el galardón al mejor actor al tunecino Majd Mastoura, por su papel en Hedi, una película que además ganó el premio a la mejor ópera prima y que se centra en la transformación política y social de Túnez desde la primavera árabe.
Pocas estrellas se han paseado este año por la Berlinale. El festival se abrió con el estreno de ¡Ave, César!, una cinta en la que los hermanos estadounidenses Joel y Ethan Coen se burlan comedida y un tanto sentimentalmente de los años dorados de Hollywood y de sus superproducciones. El reparto lo encabeza George Clooney, que aparece flanqueado por Josh Brolin, Channing Tatum, Tilda Swinton y Scarlett Johansson. Muchas estrellas pero ningún premio, algo que los Coen tampoco buscaban en Berlín, pues solo querían estrenar en un festival europeo de prestigio y que siente debilidad por su trabajo. Otros nombres acostumbrados a los grandes carteles luminosos, como la francesa Isabelle Huppert —que actúa en L’avenir, de Mia Hansen-Løve una de las tres producciones francesas en la sección oficial, premiada por su dirección— pasaron discretamente por la Berlinale. Mostraron trabajos interesantes pero cedieron el protagonismo a quienes lo merecían: las víctimas de las guerras y de las políticas migratorias.