Tuesday 14 May 2024 | Actualizado a 08:01 AM

Tiene nombre de mujer

Desde el activismo y las artes visuales, la cruceña Marcela Rivera cuestiona los roles de género y la inequidad.

/ 3 de septiembre de 2017 / 04:00

Marcela Rivera Prudencio expone por primera vez en La Paz con voz propia. Diseñadora gráfica de profesión y artista visual por vocación, como ella misma se define, trabaja entre estos mundos, pero también como activista, gestora y miembro del directorio de la recientemente inaugurada Casa Melchor Pinto en Santa Cruz de la Sierra. Bolivia tiene nombre de mujer es la propuesta que inauguró el 11 de agosto en Persona Casa Galería, del barrio de Sopocachi.

Persona es un espacio de pensamiento, independiente y autónomo, para las artes visuales actuales, que abrió sus puertas en marzo y decidió invitar a proyectos y artistas para el primer año de exposiciones en su galería.

El trabajo con Rivera siempre fue sincero y horizontal. Ella tenía cosas que decir desde el activismo personal y a través de su trabajo en las artes visuales, de más de una década; y se cuestionaba sobre qué era apropiado para mostrar en La Paz. El encuentro de Rivera y Persona dio pie a la idea: desde esculturas con muñecos inflables pasando por fotografía digital hasta la propuesta que ahora tenemos en sala evolucionaron con el diálogo.

“Bolivia, puliwya (quechua), wuliwya (aimara), volívia (guaraní)”. Así inicia el texto que Rivera me propuso. Mientras, yo tenía muy presente la historia oficial y revisaba los caminos que nuestro país ha atravesado, sobre todo en la última década, hasta el punto en que el planteamiento de la artista los pusiera en conversación.

        

Su propuesta sobre una justicia idealizada y a la derecha, la imagen de una mujer que supera las imposiciones sociales.

Pese a los avances en blanco y negro, todavía observamos una cruda realidad sobre los roles de la mujer y las inequidades, la violencia e injusticia contra quienes sin duda han construido y aportado significativamente a nuestro país.

“Una a una, paso a paso contra el mundo si es necesario, a favor de él si lo amerita. Construimos desde donde estamos, desde aquí, desde donde nos tocó. Justa, pero tremendamente parcializada cuando se trata de la equidad, la verdad primará por sobre todas las cosas, y las generaciones venideras deberán fortalecerla, porque en sus genes no hubo nada de ello. Ella decidió construir su herencia”, dice Rivera.

Poesía en objeto, pequeños monumentos, gestos, alegorías sentidas sobre la figura y las construcciones de identidades de la mujer son parte de esta propuesta que nos reta a repensar las cosas: el juego de roles de género, la construcción hipócrita de una sociedad viciada y cegada por el entretenimiento vacío y las ansias de acumulación, entre otros.

En este universo fantástico que propone la artista encontramos miniaturas que hacen referencia a los deseos e ideales, como por ejemplo, en la fiesta de Alasita y con ellas la resignificación del Ekeko, quien en una mesa de comedor cargado con su parafernalia es a su vez cargado en la espalda de una Ekeka, fruto de las interrogantes que Rivera propone con valentía. Lo propio una bandera costurada con calzones de mujer recuperados de la ropa usada o una escultura de la Justicia idealizada desde el romance neoclásico republicano con un acabado “folk”, todo con guiños de picardía que nos dejan desnudos sobre posturas e imposiciones sociales.

Bolivia tiene nombre de mujer es una propuesta directa que busca cuestionar el statu quo y los discursos fútiles de pan y circo que vivimos en nuestro país. Persona Casa Galería está orgullosa de compartir esta muestra del trabajo de Marcela Rivera Prudencio en La Paz.

  • Sepa más

Exposición abierta hasta el 17 de septiembre, de martes a sábado de 15.00 a 20.00. Ingreso libre. Dirección: calle Alfredo Ascarrunz N° 2592. Sopocachi 

Temas Relacionados

Comparte y opina:

Tiene nombre de mujer

Desde el activismo y las artes visuales, la cruceña Marcela Rivera cuestiona los roles de género y la inequidad.

/ 3 de septiembre de 2017 / 04:00

Marcela Rivera Prudencio expone por primera vez en La Paz con voz propia. Diseñadora gráfica de profesión y artista visual por vocación, como ella misma se define, trabaja entre estos mundos, pero también como activista, gestora y miembro del directorio de la recientemente inaugurada Casa Melchor Pinto en Santa Cruz de la Sierra. Bolivia tiene nombre de mujer es la propuesta que inauguró el 11 de agosto en Persona Casa Galería, del barrio de Sopocachi.

Persona es un espacio de pensamiento, independiente y autónomo, para las artes visuales actuales, que abrió sus puertas en marzo y decidió invitar a proyectos y artistas para el primer año de exposiciones en su galería.

El trabajo con Rivera siempre fue sincero y horizontal. Ella tenía cosas que decir desde el activismo personal y a través de su trabajo en las artes visuales, de más de una década; y se cuestionaba sobre qué era apropiado para mostrar en La Paz. El encuentro de Rivera y Persona dio pie a la idea: desde esculturas con muñecos inflables pasando por fotografía digital hasta la propuesta que ahora tenemos en sala evolucionaron con el diálogo.

“Bolivia, puliwya (quechua), wuliwya (aimara), volívia (guaraní)”. Así inicia el texto que Rivera me propuso. Mientras, yo tenía muy presente la historia oficial y revisaba los caminos que nuestro país ha atravesado, sobre todo en la última década, hasta el punto en que el planteamiento de la artista los pusiera en conversación.

        

Su propuesta sobre una justicia idealizada y a la derecha, la imagen de una mujer que supera las imposiciones sociales.

Pese a los avances en blanco y negro, todavía observamos una cruda realidad sobre los roles de la mujer y las inequidades, la violencia e injusticia contra quienes sin duda han construido y aportado significativamente a nuestro país.

“Una a una, paso a paso contra el mundo si es necesario, a favor de él si lo amerita. Construimos desde donde estamos, desde aquí, desde donde nos tocó. Justa, pero tremendamente parcializada cuando se trata de la equidad, la verdad primará por sobre todas las cosas, y las generaciones venideras deberán fortalecerla, porque en sus genes no hubo nada de ello. Ella decidió construir su herencia”, dice Rivera.

Poesía en objeto, pequeños monumentos, gestos, alegorías sentidas sobre la figura y las construcciones de identidades de la mujer son parte de esta propuesta que nos reta a repensar las cosas: el juego de roles de género, la construcción hipócrita de una sociedad viciada y cegada por el entretenimiento vacío y las ansias de acumulación, entre otros.

En este universo fantástico que propone la artista encontramos miniaturas que hacen referencia a los deseos e ideales, como por ejemplo, en la fiesta de Alasita y con ellas la resignificación del Ekeko, quien en una mesa de comedor cargado con su parafernalia es a su vez cargado en la espalda de una Ekeka, fruto de las interrogantes que Rivera propone con valentía. Lo propio una bandera costurada con calzones de mujer recuperados de la ropa usada o una escultura de la Justicia idealizada desde el romance neoclásico republicano con un acabado “folk”, todo con guiños de picardía que nos dejan desnudos sobre posturas e imposiciones sociales.

Bolivia tiene nombre de mujer es una propuesta directa que busca cuestionar el statu quo y los discursos fútiles de pan y circo que vivimos en nuestro país. Persona Casa Galería está orgullosa de compartir esta muestra del trabajo de Marcela Rivera Prudencio en La Paz.

  • Sepa más

Exposición abierta hasta el 17 de septiembre, de martes a sábado de 15.00 a 20.00. Ingreso libre. Dirección: calle Alfredo Ascarrunz N° 2592. Sopocachi 

Temas Relacionados

Comparte y opina:

Últimas Noticias