De la rebelión de los objetos a sus expresiones
Concluido un fecundo ciclo de la RAE, que deja un amplio legado a las ciencias sociales, una nueva etapa de reflexión empezará en 2019.
El mes anterior, el Museo Nacional de Etnografía y Folklore (Musef) celebró la trigésima segunda Reunión Anual de Etnología (RAE), uno de los eventos con más trayectoria de las ciencias sociales bolivianas. La versión 2018 de la RAE, dedicada a los materiales líticos, cerró un ciclo de seis años llamado “La rebelión de los objetos”, cuya conclusión permite el balance y proyección de este importante evento.
Como apuntó Milton Eyzaguirre (en un artículo publicado con anterioridad), en 2012, las “charlas sabatinas” y “sábados culturales” que organizaba el museo se constituyeron en los antecedentes inmediatos de la RAE. Nacida oficialmente en 1987, bajo la dirección de Hugo Daniel Ruiz, su búsqueda inicial es reflexionar sobre la realidad boliviana desde la antropología. Se ensambla también con los actores sociales de los agitados años 80 y 90, razón por la cual la influencia de la RAE en el reconocimiento de la multiculturalidad en Bolivia no puede ser ignorada.
Entre 1990 y 2012, caracterizó a la RAE un seminario central sobre algún tema de actualidad, tratándose tópicos como territorio, educación intercultural, violencia, medio ambiente, patrimonio, racismo, mestizaje o vivir bien. Al mismo tiempo, las mesas de debate se organizaban según disciplina, dando cabida a la antropología y estudios culturales a la arqueología, historia y lingüística. La RAE jugó así un rol destacado en la consolidación de las academias en ciencias sociales bolivianas, proveyendo una plataforma para la reproducción disciplinaria.
Desde 2013 y bajo la dirección de Elvira Espejo, la RAE mutó hacia un evento de temática específica. “La rebelión de los objetos” fue el nombre de este ciclo de seis años, gobernado por el concepto de cadena operatoria como secuencia de pasos que definen la obtención de materiales, producción y uso de objetos, pero también los mundos de significados que se despliegan durante las acciones técnicas. Seis eventos se sucedieron en esta línea, dedicados a las mayores colecciones del museo: textiles (2013), cerámica (2014), arte plumario (2015), minería y metales (2016), cestería y maderas (2017) y líticos (2018).
En retrospectiva se puede cuestionar que estas seis RAE específicas decrecieron en volumen con respecto a sus predecesoras. En contraste, se resalta que la RAE se vinculó a las colecciones del Musef y con ello a su accionar investigativo, documental, editorial y museográfico. También que, con disciplinas ya consolidadas a nivel universitario, ofreció interdisciplina y una vinculación horizontal de los académicos con los practicantes.
Aunque se tiende a percibir a este ciclo como ajeno a la coyuntura, esta idea no es muy cierta. La situación de las comunidades de tejedoras o gremios de orfebres ante el avasallamiento de productos importados; el potencial de industrias como la cerámica y la joyería; el problema entre derechos culturales y medioambientales desde el arte plumario; la deforestación; los problemas de contaminación o de salud que genera la minería, entre otros, fueron temas de “La rebelión de los objetos”. Junto a ellos, el estudio del pasado y presente de los materiales mostró sus interfaces con lo identitario, el folklore, la conservación patrimonial, la educación, la ciencia y el arte. Los seis volúmenes de los Anales de la Reunión Anual de Etnología compilan estos aportes y agrandan el amplio legado de la RAE a las ciencias sociales.
El ciclo 2019-2025 de la RAE titula “Expresiones”, indicando que estos objetos rebeldes, revelados, ahora se expresan y actúan, planteando conexiones para expresar ideas, afectos y reivindicaciones. En su edición 2019, “Cuerpos y objetos” buscará la reflexión acerca del ser humano como cuerpo material y el mundo social que lo rodea. Las discusiones abordarán el rol de la indumentaria en la expresión de las identidades colectivas; las performances y discursos sobre cuerpo y género; las imágenes humanas como signos que transmiten ideales y memorias; el cuerpo como soporte de la expresión gestual, ceremonial y artística; y el cuerpo biológico, en relación con la salud pública e intercultural.
En este ciclo que se inaugura, la RAE pretende mantener la interdisciplina y el vínculo con las colecciones del museo, sugiriendo temáticas más amplias que ensamblen a academias, practicantes, colectivos sociales, activistas y creadores. Encara también el desafío de transferir este conocimiento acumulado a la población mediante nuevos lenguajes. Persigue, honrando la historia de la RAE, reflexionar sobre la sociedad mutando constantemente, en relación con nuevas coyunturas.