Las Vacas Locas, hacer jazz, antes y ahora
La banda que se separó en 2002 se reúne buscando seducir a los jóvenes desde el jazz.
El nombre y el estilo de vestir de los músicos de Las Vacas Locas rompieron los estándares del ambiente jazzero de La Paz en el año 2000. Una propuesta menos formal —con un nombre irreverente y poco común— creó una imagen acorde a la propuesta musical del ensamble. “Queríamos rejuvenecer el jazz, darle algo de frescura. Así que nuestras piezas tenían bastante funk, soul y un toque de folklore, en una época donde ese esquema no se escuchaba y casi tenías que ponerte frac para tocar”, narra el chileno Jobim Jara, uno de los guitarristas.
Daniel “Zegadex” Zegada (batería), Christian Bernal (bajo) y Víctor Hugo Mercado (guitarra), además de Jara, son los integrantes de la banda; a ellos se une ahora Gael Wermelinger en el saxofón. Juntos, dieron su primer concierto el 27 de junio en el Teatro Nuna (21 de Calacoto Nº 8509, parada de PumaKatari). Este espectáculo es parte de la gira nacional que los llevará por diferentes ciudades del país, como Cochabamba, Santa Cruz y Oruro.
“La idea es relanzar nuestro primer disco, Las vacas no tienen la culpa, que es el resultado de un año de ensayo. Pocos lo conocen, porque nos separamos —por razones profesionales— un mes después de grabarlo, en 2002”. Gran parte de las 200 copias del álbum que se presentó 17 años atrás quedaron en manos de coleccionistas, por eso ahora buscan llegar a más personas, tanto a aquellas que los recuerdan, como a nuevo público. Las nueve canciones del material son composiciones de Víctor Hugo Mercado, con arreglos en los que participó todo el grupo.
La reunión fue cosa del destino. Después de más de una década de vivir en departamentos diferentes, los miembros coincidieron en La Paz este año. En el rencuentro con la música que crearon hubo magia. “Cuando nos sentamos a tocar, fue como retroceder en el tiempo. Escuchamos las piezas y volvimos a sentir lo mismo que hace 17 años, fue como si no nos hubiéramos separado nunca”, detalla Jara.
Para esta ocasión, Las Vacas Locas decidieron incorporar un miembro estable más: invitaron al saxofonista español-francés Gael Wermelinger. La energía y complejidad de Las vacas no tienen la culpa convenció a Wermelinger para que dejara Samaipata —donde reside desde hace ocho años— y se traslade a La Paz para el comienzo de la gira de la banda.
“Escuché el disco y me pareció un proyecto interesantísimo. La fusión de jazz, con toques de bossa, funk, soul y folklore tiene mucha riqueza. Por eso, cuando me invitaron llegué corriendo”.
Además de reeditar este material, el ensamble ha comenzado ya a trabajar en su siguiente disco, en el que habrá composiciones de todos y que pretende seguir rompiendo esquemas.
“El jazz es la música del pasado, pero también la del futuro. Por eso queremos simplificar las cosas y hacer accesibles las referencias clásicas del jazz a las nuevas generaciones. Queremos que sientan curiosidad. Es un nuevo formato para seguir buscando oyentes jóvenes”, detalla Jara.