El caso Fancesa
Se debe cuidar que las políticas estatales vayan de la mano con la iniciativa privada
La recuperación a favor del Gobierno Departamental de Chuquisaca de las acciones en Fancesa que tenía la cementera Soboce y que antes pertenecían a la Prefectura de Chuquisaca, desató un verdadero revuelo en el país. Se tocaron intereses de uno de los empresarios bolivianos más importantes, Samuel Doria Medina, pero también de extranjeros que tienen participación en la firma.
La exitosa fórmula mixta de administración empresarial a cargo de dos entidades públicas con una compañía privada, era un ejemplo a nivel de Latinoamérica. La Alcaldía de Sucre y la Universidad San Francisco Xavier de Chuquisaca compartían el directorio con Soboce en la Fábrica Nacional de Cemento (Fancesa). Pero, esto cambiará debido a la medida asumida el 1 de septiembre por el gobierno de Evo Morales.
La Sociedad Boliviana de Cemento, hasta ese momento, vino contribuyendo al crecimiento sostenido de la fábrica sucrense.
Con Soboce como copropietaria de Fancesa, ésta multiplicó por 10 sus ganancias económicas en los últimos años. Esto significa que la empresa mantuvo altos niveles de rendimiento desde 1999, cuando el grupo paceño compró el 33,34% de las acciones en $us 26 millones. Hoy, se estima que ese paquete accionario podría tener un valor mucho mayor, aunque el Decreto Supremo 0616, con el que el Gobierno traspasó los títulos privados a favor del Gobierno Departamental de Chuquisaca, establece que una empresa independiente se encargará de justipreciarlo, antes de proceder al pago.
El 6 de agosto de este año, el presidente Evo Morales invitó a los empresarios nacionales a invertir en el país; pero, con medidas como la aplicada en el caso de Soboce, se crea un nuevo ambiente de incertidumbre. El pretexto es recuperar lo que fue del Estado y lograr más de $us 4,5 millones anuales para Chuquisaca, acusando en el camino a Doria Medina de tráfico de influencias en el gobierno de Jaime Paz Zamora.
Según la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia y la Cámara Nacional de Comercio, la medida generará incertidumbre jurídica y alejará del país a posibles inversionistas nacionales y extranjeros. No es la primera vez que el gobierno del mandatario Morales provoca este tipo de reacciones y, en ese sentido, lo conveniente sería cuidar que las políticas estatales vayan de la mano con la iniciativa privada. Aunque se diga que el resto de las inversiones con esfuerzo privado se respetarán.
Una empresa, como lo es Fancesa, debe tener un manejo empresarial y no político, pues esto podría resultar nefasto para la principal industria de Chuquisaca en un mercado cada vez más competitivo. ¿No era mejor tratar de recomprar las acciones de Soboce ofreciéndole a ésta la posibilidad de negociar? ¿Por qué optar, siempre, por la vía de la reversión forzosa?