¿Mou o Pep?
Soñamos con que los vientos de cambio alcancen también al fútbol boliviano
Algo habitual en los canales de deportes en los últimos dos años: las cámaras hacen zoom a las gambetas de Messi y a las bicicletas de Ronaldo, para entenderlas. Se justifica porque estos dos fenómenos han revolucionado el fútbol, y en una época en la que los periodistas deportivos se sorprenden poco con el despliegue individual de los jugadores.
La mercadotecnia del «más popular de los deportes», como se le describe en cliché, impone cada temporada un modelo de futbolista espectacular; necesita de la imagen estereotipada de alguien sobresaliente en la persecución del balón que realizan 11 contra 11 dentro de un prolijo rectángulo verde. Los casos de Lionel y Cristiano se amoldan a ese cuadro, pero, no siendo Maradona ni Pelé, y a diferencia de los brasileños Ronaldo o Ronaldinho, ocupan un lugar de privilegio en el contexto de un fútbol que da la impresión de estar atravesando por un momento de transición que nadie sabe dónde lo llevará.
Mientras, «La Pulga» y «El Joven Maravilla» se distinguen por atrevidos, no sólo estéticamente, con firuletes que dibujan arte en el campo de juego, sino con efectividad, marcando dos o tres goles por partido como si esto fuera fácil ante las rigurosas tácticas defensivas que plantean los entrenadores hoy en día.
Otro fenómeno del fútbol actual: los directores técnicos. Hasta aquí, los fanáticos buscaban «distintos» entre los jugadores y poco o nada les representaba lo que ocurría al margen. Pues, este 2010 se habló mucho de una disputa particular entre dos entrenadores, Guardiola y Mourinho, casualmente los que dirigen cada semana a Messi y Ronaldo en el Barcelona y el Real Madrid, respectivamente.
No es común que en las calles se comente sobre quién será declarado el mejor DT, al punto de que esto para muchos llega a importar más que la elección del jugador del año. Los ganadores, tanto para el caso de futbolistas como de entrenadores, se darán a conocer en la primera gala de la nueva «FIFA Ballon d’Or», en Zurich, el 10 de enero. Por primera vez se unificarán los premios de Balón de Oro, entregado por la revista France Footbaal, y el Jugador Mundial de la FIFA.
Entretanto soñamos con que los vientos de cambio que promueven los políticos alcancen también con el depauperado fútbol boliviano, conviene no amargarse y mirar para otro lado, disfrutando de las maravillas de Messi y Ronaldo, esperando el final de la novela del arrogante Mou y el humilde Pep.