Disciplina policial
Toca al ministro Llorenti y a Nina demostrar que los escépticos están equivocados
El Ministro de Gobierno y el Comandante de la Policía presentaron ante la prensa el proyecto de ley que, explicaron, fue aprobado por el gabinete y enviado a la Asamblea Legislativa Plurinacional para su tratamiento, lo que ojalá sea un síntoma de que esta vez la intención es seria. Desde el aspecto disciplinario, explicaron, el proyecto de ley prevé la creación de la Oficina del Control Interno, a cargo del Ministerio de Gobierno e integrada por investigadores civiles y policiales. Será la primera vez que la investigación de faltas disciplinarias en la Policía no sea ejecutada por los mismos policías, resaltó el ministro.
En el proyecto, también está prevista la creación de la figura del agente encubierto para investigar faltas disciplinarias. El ministro manifestó que se desea que esta norma sirva también «para desbaratar los vínculos que existen entre policías y algunos delincuentes», señalando el que probablemente sea uno de los mayores desafíos en la tarea de sanear la Policía.
Finalmente, también se anunció que, en el ánimo de «fortalecer el espíritu y principio de disciplina», se prevé acortar los plazos procesales tanto como endurecer las sanciones. Si hoy un proceso por algún caso grave dura hasta dos años, en los cuales el uniformado es retirado del servicio pero continúa gozando de sus haberes, con el nuevo sistema se espera que el proceso dure seis meses, durante los cuales el investigado no recibirá salario ni vacaciones, y tampoco podrá solicitar permiso o cambio de destino. Habrá que ver qué dicen las instituciones de Derechos Humanos al respecto.
Considerando que, por una parte, ambas autoridades han señalado desde el inicio mismo de sus respectivas gestiones que el saneamiento de la Policía es uno de sus principales objetivos y que, por otra, erradicar los grandes males de la institución del orden es uno de los requisitos esenciales para asegurar el aporte de ésta a la seguridad ciudadana, es más que deseable que el espíritu del proyecto de ley que se comenta comience a hacer carne tan pronto como sea posible.
Sin embargo, también es previsible, como lo demuestra ampliamente la experiencia, que implementar el nuevo sistema disciplinario y administrativo provocará toda clase de reacciones, especialmente de resistencia entre los policías acostumbrados a medrar de la institución y su uniforme. Éste es el otro desafío en la tarea propuesta, y toca a Llorenti y a Nina demostrar que los escépticos están equivocados.