Renovada actitud
Esta actitud puede conducir a un inédito momento en las relaciones bilaterales
En efecto, el jueves, el Presidente del Estado, en su discurso de ocasión por el 182 aniversario del Comando en Jefe de la FFAA, se refirió ampliamente al tema marítimo, instando a su colega, el Presidente chileno, a que haga realidad sus anuncios de voluntad de diálogo y «que Chile presente una propuesta concreta en el marco de las resoluciones de la OEA, para que se inicie formalmente un proceso de negociación para que Bolivia acceda con soberanía al Pacífico».
Así, el Mandatario boliviano respondió de manera muy puntual a su homólogo de Chile, quien en reiteradas ocasiones en las últimas semanas se ha referido a la necesidad de adoptar la vía del diálogo en vez de la vía de una demanda ante un tribunal internacional, anunciada por el Presidente boliviano el 23 de marzo pasado y que ha causado un gran revuelo en los ámbitos diplomáticos y políticos chilenos.
Por otra parte, y precisamente por el revuelo mencionado, el Presidente de Chile aseguró, hace una semana en su mensaje a la nación, que con Bolivia no existen asuntos limítrofes pendientes, y que el Tratado de 1904 ha garantizado durante los últimos 107 años una paz estable entre ambos países, lo cual fue negado por el Mandatario boliviano, que como prueba ha señalado no sólo las numerosas ocasiones en las que ambas naciones han buscado, infructuosamente hasta ahora, soluciones viables al enclaustramiento boliviano, sino también a la evidente carrera armamentista en la que el país vecino parece enfrascado desde hace décadas y que lo ha consolidado como una verdadera potencia militar en la región.
Asimismo, y en referencia a una supuesta intangibilidad de los tratados bilaterales, además de la imposibilidad de discutir éstos en escenarios multilaterales, el presidente Morales ha dado varios ejemplos de reciente data en los que la mediación de terceros ha permitido arribar a acuerdos satisfactorios para países enfrentados. En ese marco, el Presidente boliviano ha insistido, como lo viene haciendo de manera recurrente desde hace ya varios meses, en que es momento de que la potencia vecina presente una propuesta formal, que a su vez será considerada por el Estado boliviano con el «mejor espíritu» de diálogo.
Hay, pues, una actitud renovada, que de ser correspondida por el vecino transandino puede conducir a un nuevo e inédito momento en las relaciones entre ambos países y, sobre todo, a que Bolivia tenga un acceso útil y soberano a los puertos marítimos.