El drama de EPSAS
La Ministra de Medio Ambiente y Agua posesionó ayer a los cinco nuevos miembros del Directorio de la Empresa Pública Social de Agua y Saneamiento (EPSAS), luego que una huelga de los trabajadores forzara la renuncia de los dos últimos que quedaban del directivo nombrado años atrás con el mandato de dar paso a una nueva empresa de agua y alcantarillado, además del Gerente General.
La Ministra de Medio Ambiente y Agua posesionó ayer a los cinco nuevos miembros del Directorio de la Empresa Pública Social de Agua y Saneamiento (EPSAS), luego que una huelga de los trabajadores forzara la renuncia de los dos últimos que quedaban del directivo nombrado años atrás con el mandato de dar paso a una nueva empresa de agua y alcantarillado, además del Gerente General.
Pese a que, en rigor, la posesión de nuevos directores era lo que los trabajadores solicitaban, éstos manifestaron ayer su desacuerdo con las personas nombradas, lo mismo que la Federación de Juntas Vecinales. Empero, como se sostuvo en esta página días atrás, la necesidad o no de cambiar el Directorio o al Gerente General no es sino el síntoma del mal que aqueja a la empresa del agua, que es la falta de institucionalidad y, en el extremo, de un marco legal, pues, hay que insistir en esto, EPSAS era una solución transitoria mientras los municipios de La Paz y El Alto creaban la nueva empresa que brindará el servicio en ambas ciudades.
Se dijo entonces que de no atacarse el problema de fondo era fácil prever nuevos conflictos. La actitud de los trabajadores, ayer, confirma plenamente lo señalado. Lo malo es que en última instancia quienes pagan el costo del conflicto son los usuarios del servicio.