Luego de los anuncios hechos por el presidente Arce el 6 de agosto, se han producido al menos cuatro hechos de gran importancia para la vida política y económica del país: cambio de tres miembros del Gabinete de Ministros, un encuentro nacional con organizaciones sociales afines al oficialismo, un diálogo con el empresariado privado del país y el anuncio de una gran reunión con el agro.
La semana comenzó el lunes con el inesperado cambio de los ministros de Trabajo, Hidrocarburos y Desarrollo Rural, todos ellos con agendas tan importantes como urgentes en medio de la difícil coyuntura en la que se encuentra el gobierno. El más urgente de esos temas, probablemente, es el que atañe a Hidrocarburos, pues sin importar cuántos anuncios se hayan hecho, la sensación generalizada en el país es que no hay suficientes carburantes, como lo demuestran interminables filas en las estaciones de servicio.
El nuevo Ministro de Desarrollo Rural seguramente recibirá una abultada agenda como fruto del encuentro que el sábado tendrá el Presidente con las organizaciones empresariales del agro; a nadie deberá sorprender que se hable de la escasez de dólares y de diésel, pero sobre todo que se exija la autorización para usar semillas genéticamente modificadas, tarea que parece haber comenzado, por ejemplo, con la decisión del Tribunal Constitucional de declarar inconstitucional parte de la Ley 071, Madre Tierra, de 2010.
El segundo hecho, el Gabinete Social, que reunió el martes a autoridades gubernamentales con dirigentes de los movimientos sociales, concluyó instruyendo al gobierno el control de dólares de exportaciones para asegurar la circulación de la divisa, la creación de incentivos para quienes ahorren en esta moneda extranjera, un control estricto sobre el contrabando, y el pedido a la Asamblea Legislativa Plurinacional que apruebe los créditos internacionales. Previsiblemente, esta agenda encontró inmediato rechazo entre los empresarios del país.
El tercer hecho fue la reunión de ayer entre Gobierno y empresarios en el llamado «Diálogo Nacional por la Economía y la Producción», que todavía estaba en curso al momento de escribirse estas líneas. La agenda incluía uso de biotecnología, seguridad jurídica, tipo de cambio del dólar, subvenciones estatales y exportaciones. Temas que, por un lado, ya habían sido tratados en anteriores reuniones y que, por el otro, seguramente tendrán una aproximación que conflictúe con la de los movimientos sociales. El cuarto hecho, la reunión prevista para el sábado en Santa Cruz, tiene similar agenda, solo que esta vez corresponderá a los empresarios del agro adelantar la negociación.
En todos los casos, lo que está en juego no es únicamente la estabilidad política y económica del país, asuntos que no parecen ser prioridad de las oposiciones, sino sobre todo la del gobierno, que en las últimas semanas se ha mostrado más vulnerable que nunca. Difícil es saber si los acuerdos que se firmen podrán materializarse con éxito, pero al menos por ahora es posible esperar un golpe de timón que devuelva algunas cosas a su sitio.