Límites éticos
¿Significa eso que la invasión a la privacidad es buena para unos y mala para otros?
Hasta aquí son dos los excesos cometidos por los periodistas de Educación Radiofónica de Bolivia (Erbol). Por un lado, el fotógrafo literalmente espió por encima del hombro del ministro y capturó la imagen de una comunicación privada. Por el otro, el responsable de la aparición de la fotografía en el periódico digital infirió, sin mayores elementos de prueba, que el ministro estaba instruyendo el bloqueo sólo porque leyó la palabra ‘Yocumo’ (sic) en la pantalla fotografiada.
Previsiblemente, el ministro anunció el fin de semana que acudiría a los medios que la ley le faculta para sancionar esa invasión a su privacidad y la afirmación sin sustento. El Director de Erbol, por su parte, apeló al fácil expediente de señalar que lo hicieron como parte de su política de defender «al débil frente al poderoso», como si tal argumento permitiese validar el exceso cometido.
Al respecto, cabe recordar que días antes, cuando diversos medios de comunicación descubrieron al diputado Pedro Nuni festejando en su casa de Trinidad y lo grabaron en video, diversos analistas y medios de comunicación señalaron que se trataba de un caso de violación al derecho a la privacidad del también dirigente indígena y líder de la marcha.
Asimismo, anteriormente se denunció, en tono de escándalo, que el Gobierno había»pinchado» las comunicaciones privadas de los dirigentes indígenas cuando el Presidente del Estado mostró extractos telefónicos que demostraban que había existido comunicación entre ellos y un personero de la Embajada de EEUU. ¿Significa eso que la invasión a la privacidad es buena para unos y mala para otros?
Para añadir elementos al conflicto, la Asociación Nacional de la Prensa se ha manifestado respecto de la advertencia del ministro, de hacer «todo lo posible para que la ley se cumpla», manifestando su «preocupación por la amenaza del funcionario público» y anunciando que ejercerá la «defensa de la libertad de expresión», pero sin reconocer que tal libertad queda desvirtuada cuando se vulneran otros derechos, comenzando por el de la intimidad.
Hay que tener presente, pues, que el periodismo, en tanto método de interpretación sucesiva de la realidad, no debe ser empleado como arma de ataque ni como instrumento político, pues olvidar que existen límites éticos para obtener y difundir noticias únicamente daña la credibilidad de los medios. No debe existir censura, pero la información que se transmite debe ser obtenida por vías lícitas.